Lo más incómodo de comer de tapas es hacerlo de pié, siempre lo he pensado cuando alguién tiene la feliz idea: ¿Por qué no cenamos de picoteo? Al final de la noche estás agotado, no sabes si has comido mucho o poco, y alguién acaba siempre manchado porque si las raciones pasan por encima, algo acaba goteando… Por eso cuando me contaron lo de «El Picoteo de el Gallinero» me gustó la idea: un comedor acogedor y sencillo donde te sirven tapas y raciones de forma rápida y a precios asequibles, pero había que saber si era cierto… y lo es.
Fuimos el 18 de abril de 2009 en el almuerzo cinco personas, tres de ellas muy jóvenes, pidieron cerveza: bien tirada. De aperitivo, un ajoblanco con membrillo por gentileza de la casa -el membrillo no gustó a todos-, en conjunto agradable, después pedimos unas gambas blancas de Hueva (18€), espectaculares: no las darían más frescas en la propia costa. En la mesa no faltó el vino, en este caso un Beronia Crianza 2005. Luego llegó una tabla de quesos, correcta. Una ensalada de tomate y atún, riquisima 8€, croquetas del Gallinero sobre un lecho de patatas paja 8€, muy cremosas, seguidas por los huevos con picadillo 8€ frescos, con un gran sabor e imprescindibles en el «picoteo». Probamos también las fabes con almejas por 16,5 € y un fantástico secreto ibérico por 10€. 
Todos los postres tienen el mismo precio 4€, nosotros probamos la Tarta de Queso -algo insípida- y el Pastel de Trufa: Muy bueno.
El servicio, aunque atento, mantiene los «tempos» del restaurante y resulta algo lento para raciones. Todos los platos muy bien presentados, abundantes y con productos de primera calidad. Recordemos de nuestra visita a la zona de restaurante, que «El gallinero» es completamente accesible, incluso baños, y dispone de parking in situ. Una alternativa muy atractiva (15-20€ promedio) para almorzar o cenar de forma más informal y rápida.
Galería fotográfica:
