Mucho se habla de la cuesta de Enero, pero para muchas familias la cuesta de Septiembre es más pronunciada aún. A los gastos fijos de todos los meses se suma el poco ahorro que suele producirse en vacaciones y los gastos extras de Septiembre: libros, uniformes, matrículas, material escolar, etc… Eso acompañado de la subida de los precios supone un coste enorme que implica encontrar vías de ahorro. Hacer la compra puede ser una de ellas.
Lo primero que queremos dejarte claro es que no queremos que comas mal y que tu familia acabe desnutrida por ahorrar unos euros. Hacer la compra sin arruinarse es posible. Con este método lo conseguirás. Y no renunciarás a comer sano y rico.
Y por último, te aconsejamos que hagas la compra semanal. Por nuestra experiencia, ahorrarás dinero y comerás mejor si lo haces así. Sabemos que muchas veces el tiempo es escaso, pero encuentra una hora a la semana y dedícala a este tema tan importante. Tu calidad de vida mejorará.

Trabajo que hacer en casa
Para ahorrar dinero en la lista de la compra debes hacer un trabajo previo muy sencillo pero que las primeras veces puede costarte algo de tiempo. Es básico, antes de comprar, saber que tenemos y que vamos a necesitar. Parecerá una perogrullada pero muchas veces elegimos los menús en el propio super. Error. Si hacemos eso el ticket de nuestra compra se disparará.
El Inventario
Para saber que tenemos lo mejor es hacer una lista. Puedes crearte una plantilla en un Excell, es lo mejor. Así podrás reutilizarla sin tener que escribirla de nueva tantas veces como necesites. Te aconsejamos que dividas tus alimentos por grupos y dentro de estos grupos por producto.
Por ejemplo: un grupo sería «Pasta» y dentro encontraríamos los productos «fideos», «macarrones», «canelones»,…. Al principio, te costará ir elaborando tu propia lista pero en un par de compras tendrás apuntados todos los productos que utilizas, tanto los más habituales como los más esporádicos. Luego solo será rellenar el stock que tienes de cada uno en tu casa.
Un ejemplo de una lista de la compra podría ser este formato en Excell:

Los menús
Una vez tengamos el inventario, y nunca antes, nos pondremos con la elaboración de menús. Decimos que nunca antes, porque utilizaremos los productos que tengamos en la despensa para nuestras recetas, de forma que no se acumulen sin aprovecharlos.
Para los menús debemos fijarnos, lo primero de todo, en la pirámide nutricional.

Además, otro aspecto que tenéis que tener en cuenta antes de poneros a planificar son los días reales que comerás o cenarás en casa.
Así que te aconsejamos que prepares un calendario de este tipo:

Lo siguiente, colorear de negro los días que no estarás en casa (por ejemplo si trabajas, los niños comen en el comedor del colegio o has quedado para comer el sábado fuera).

Y con esta información sobre la mesa, es el momento de elaborar nuestros menús. La tabla nutricional debe ser nuestra hoja de ruta. Comienza añadiendo los dos días que comerás legumbres, continua con tus platos de pescado, huevos y verduras. Finaliza añadiendo lácteos y frutas. Todo ello teniendo en cuenta el inventario.
La lista definitiva.
Ahora lo único que debes hacer es completar el inventario con los productos que necesites para tus recetas. Cuidado: es importante que señalices lo que ya tienes y lo que te falta, por ejemplo con un color diferente.

Y un detalle que no puede faltar. El capricho. Deberéis permitiros un capricho a la semana que estará presupuestado y agendado en la lista. Lo ideal es que establezcáis un coste por semana, de esa forma, una vez en el supermercado, sabréis que tenéis por ejemplo 10 euros para comprar cosas que no están en la lista.
La hora de la verdad: en el supermercado
Ha llegado el momento de poner la teoría en práctica. No os vamos a contar ningún secreto si os decimos que todos los supermercados tiene técnicas más que estudiadas para que te gastes un pastón en ellos. Por mucho que sus letreros y eslóganes no paren de hablar de ahorro y de repetir la palabra «barato», no te creas nada. Es un negocio. Y todo en el supermercado está milimétricamente ideado para que gastes lo más posible.
Pero ellos no cuentan con nuestras dos poderosas armas: nuestra lista de la compra y un lapicero.
De esta forma, podrás recorrer los enormes pasillos del supermercado sin hacer caso de las en principio irrechazables ofertas que nos proponen. Cada vez que metas en el carro uno de los productos de la lista, táchalo con el lapicero.
Cuando no haya más que comprar y que tu lista esté tachada del todo, es el momento de comprar el capricho. Ahora si, ¡déjate llevar por el consumismo y gasta esos 10 euros que has presupuestado en lo que más te apetezca!
