Casa Rural Doña María

El pausado Camino Inglés, otra forma de peregrinar

Joaquín del Palacio13/02/2013

Paisaje del Camino InglésGalicia es una tierra muy atractiva por sus peculiares características naturales, culturales y gastronómicas. Allí se encuentran algunos de los mejores rincones de la geografía española y unos platos muy ricos, hechos con productos de alta calidad. Pero, mucho antes de que esto ocurriese, ya era un territorio especial. Las rocas más antiguas de la península están allí, en el cabo de Ortegal, son unas anfibolitas de hace más de 1.160 millones de años. Galicia es una tierra que lleva emergida mucho tiempo bajo el sol y al viento, es como esos campesinos viejos y sabios en cuya cara se nota el paso del tiempo. Así es Galicia: vieja, sabia y atractiva…

Camino Inglés. A Coruña-Santiago de CompostelaAdemás, su capital es el lugar de peregrinación más importante del mundo, porque gente de todas las culturas, de todos los rincones y todas las creencias acuden a Compostela siguiendo el Camino de Santiago desde hace muchos siglos y por motivos diversos. Es una ruta que ya aparece narrada como una guía de viajes en el famoso Códice Calixtino del siglo XII. Pero los verdaderos orígenes de esta peregrinación se pierden en la antigüedad. Algunos de los dólmenes más antiguos de Europa están en Galicia, y el interés por conocer el lugar donde muere el sol, el finis terrae, era algo que atraía a los pueblos que tenían a nuestra principal estrella por su dios. Así pues, Santiago de Compostela llegó a ser tan importante como Roma o Jerusalén y también, como ellas, lugar santo. Sin embargo, se diferencia de otros lugares santos en que casi todos llegan andando y da lo mismo sus creencias, sus motivos y su procedencia.

HórreoDesde hace muchos siglos los peregrinos han acudido a Santiago recorriendo a pie, en bicicleta o a caballo el Camino. Se dice Camino de Santiago a cualquiera de los siete oficiales pero, a pesar de sus diferencias, todos igualmente conducen a la plaza del Obradoiro. Realmente nadie sabe muy bien por qué una persona recorre cientos de kilómetros para dar un abrazo al Apóstol. ¡A veces no lo sabe ni el propio peregrino! Para unos es un viaje único, una promesa para otros, algunos lo tildan de aventura y otros siempre quisieron hacerlo, pero no saben muy bien por qué; de lo que no cabe duda es de que es mágico y de que todo el mundo que lo hace queda de algún modo marcado por él. Algunos peregrinos llegan totalmente destrozados, pero el mero hecho de darle un abrazo al Apóstol es una fuerza mayor que cualquier dolencia. En todos los lugares se encuentran caminantes con problemas, pero no cejan en su deseo de alcanzar la meta, ese lugar único, ese lugar que colma a muchos que cambia a otros y que marca con una señal invisible pero indeleble al que entra en un club selecto, los que tienen la Compostelana.

Santiago de SigrásLos rincones que se pueden ver andando, paso a paso por los caminos, son diferentes a los que abrazan las carreteras y se ven tras el cristal de una ventanilla de un coche, y también son muy distintos a los que sobrevuela el aeroplano y se observan desde el aire. Y lo son porque se ven de cerca, se escuchan, se tocan con tus propias manos y se comparten conversaciones con los paisanos que viven allí. Caminando por los pueblos se nota el espíritu del lugareño, el verdadero sentido de las tradiciones y la vida rural, estos encantos son parte del camino, pero es necesario tener tiempo para percibirlos bien. El típico modo de hacer esta peregrinación es madrugar mucho y simplemente andar muchas horas al día, con la intención de llegar pronto al albergue para descansar y, sobre todo, encontrar plaza libre. Puede llegar a ser un poco agobiante cuando en los meses de verano se llenan los albergues e, incluso, puede resultar competitivo, pero existe otro modo de hacerlo y disfrutarlo, si cabe con más intensidad: hacerlo al modo que se llama slow.

CruceiroAlgunos de estos recorridos son más famosos, más conocidos o más deseados, pero todos aportan una experiencia especial. El Camino Inglés era el que recorrían las gentes del norte que se embarcaban y, tras arribar a puerto en Ferrol o en A Coruña, empezaban a caminar. Un trayecto corto en torno al centenar de kilómetros, pero que ofrece algunos detalles que le diferencia de los demás. Mucha gente quiere hacer ese viaje espiritual pero no puede por diferentes razones (edad, impedimentos físicos, etc.) y les resultaría extremadamente duro o imposible, sin embargo muchas de estas personas sí pueden recorrerlo haciendo etapas más cortas y yendo más despacio. También preferirán descansar en buenos establecimientos y comer en buenos restaurantes. Algunos peregrinos también quieren disfrutar de un tranquilo paseo más relajado, en el que el equipaje sea llevado por coche y que este mismo vehículo pueda ser un apoyo en caso de desfallecimiento. Dependiendo de la capacidad de cada uno, el mérito se alcanza con diferente cantidad de trabajo pues el esfuerzo de un anciano, un convaleciente o de una persona no acostumbrada a andar puede ser inmensamente mayor al de un joven atlético, aunque éste recorra muchos más kilómetros y más deprisa.

El modo de vida slow supone ralentizar el ritmo de vida occidental, recuperar los afectos, practicar actividades placenteras y comer saludablemente, en definitiva, disfrutar constantemente del momento presente. Desacelerar y producir más placer es el motivo para recorrer este Camino Inglés. Recorrerlo hasta llegar a buenos hoteles rurales, que permitan descansar y disfrutar, y parando a comer en buenos restaurantes. Es una experiencia sensacional. No hay problema por llegar antes o después: una buena ducha y una buena cama te esperan para descansar y una buena mesa con suculentos platos para reponer fuerzas. Así sí se puede peregrinar en el S.XXI.