El privilegio de Hanóver, entre Celle y Hamelín

Hanóver, capital de la Baja Sajonia, se encuentra en un lugar estratégico para disfrutar de los encantos rurales y urbanos de Alemania. Muy cerca de la capital, Celle y Hamelín, dos pueblos anclados en el pasado, concentran tanta belleza y tanto que ver y disfrutar que la ruta se torna apasionante, sorprendente y divertida.

Joaquín del Palacio24/01/2019
Colores de HanóverColores de Hanóver

Las ciudades alemanas se caracterizan por la modernidad y la habitabilidad pero, a su vez, por el contraste entre aquellas casas antiguas alternadas con otras actuales. Sin embargo, algunos pueblos aún conservan la magia medieval y están repletos de viejos edificios. A la gastronomía le pasa algo parecido: es fácil encontrar la típica cervecería alemana con sus productos de toda la vida y otros establecimientos con platos más evolucionados.

Curiosa combinación urbana

Torre Gerhy. HanóverTorre Gerhy. Hanóver

Hanóver fue destruida casi completamente durante la Segunda Guerra Mundial, pero de ahí surgió un curioso puzle urbano que no deja indiferente a quien lo visita. Sorprende a cada paso. Es un ejemplo de ciudad moderna, con edificios singulares como la metálica Torre Gehry, que finge una torsión hipnótica, con zonas peatonales con esculturas modernas de colores que embellecen la ciudad, e incluso posee modernas galerías subterráneas con comercios y los elementos necesarios para evitar los rigores invernales.

Por otro lado, conserva grandes monumentos del pasado, como la universidad de Leibniz, el ayuntamiento o el Landesmuseum. Otro edificio muy antiguo es la iglesia Marktkirche, del siglo XIII, destruida durante la guerra, aunque mantiene sus muros y su torre en pie para recordar lo negativo de los conflictos armados. La cultura y los museos también son valores fundamentales de las urbes germanas.

Continente y contenido

Museo Sprengel. HanóverMuseo Sprengel. Hanóver

El museo Sprengel es un continente moderno diseñado especialmente para contener las últimas tendencias artísticas. Su colección y las vanguardistas exposiciones temporales hacen de su visita un acicate para la mente y la vista. Es como abrir una ventana al futuro. Cuenta con un espacio destinado a exposiciones temporales panelable, que distribuye la amplitud de las salas según interese. Su iluminación es cuasiperfecta. Además, por si en la visita pilla la hora de la comida, tiene un restaurante con buena calidad a buen precio. Muy cerca también hay otro que produce su propia cerveza: el bar restaurante Meiers Lebenslust, que sirve para tomar algo viendo partidos, o para comer, por ejemplo el pato, que lo hacen de maravilla y además las raciones son enormes.

Sin embargo, la gran virtud de Hanóver es su situación, en el centro de la mitad norte del país. Nada lejos, en autobahn, de tres de las cuatro urbes más grandes: Berlín, Hamburgo o Colonia. Pero, sobre todo, está cerca de varios municipios preciosos, concretamente a 50 km. de dos que son imprescindibles.

El sonido de la magia

El Flautista de HamelínEl Flautista de Hamelín

Al sureste de la capital se ubica el escenario del famoso flautista tocando seguido de roedores. Una mezcla de historia y leyenda. Uno de los pueblos de la ruta de los hermanos Grimm. La estética antigua y bien conservada de este lugar hace volar la mente cuando se pasea por la noche en soledad… Los sonidos y los recuerdos aparecen.

Érase una vez Hamelín en el año 1284… Hubo tal plaga de ratas que contrataron al flautista para limpiarla. No le pagaron. Y volvió, pero lo hizo disfrazado, para no ser reconocido y así, tocando de nuevo, se llevó del pueblo a los niños. Dos se escaparon, pero uno era ciego y no sabía guiarles y el otro era mudo y no pudo contarlo…

En Hamelín hay ratas, sí muchas, y es divertido buscarlas. Las hay por doquier… pero no roen. Están en unas placas en el suelo para seguir una ruta. Se esconden en los escaparates, en su museo, salen tres veces al día (13:05, 15:35 y 17:35 h) en el carillón, también hay una gigantesca sobre un puente del río Weser… ¡Están hasta en el monumento del flautista!

Puzle de casas

Casa típica. HamelínCasa típica. Hamelín

Aquella magia legendaria sigue vigente. Solamente hay que abrir los ojos al pasear o acceder al museo de la Ciudad, casi parece un rastro, pues tiene todo tipo de piezas y, sobre todo, se conoce el interior de una de esas casas con entramado de madera que se ven en la calle. Por dentro aún sorprenden más. Esas casas pintan el característico paisaje urbano hameliano.

Otras son de piedra y están repletas de detalles, como el restaurante El Cazador de Ratas, en Osterstrasse, (la calle principal) que data del siglo XVII. Entre sus muros se guarda una receta riquísima: la de las Colas de rata. Las preparan en la mesa ante los comensales. Las simulan con carne de cerdo cortada en tiras, pero el secreto está en la salsa, está tan rica que es uno de los principales encantos hamelianos. Aquí es divertido hasta pedir un digestivo después de comer, tienen uno llamado Rattenkiller (Matarratas).

Joya del Aller

Primera casa de viviendas (1923-24)Primera casa de viviendas (1923-24)

Al noroeste de Hanóver, en la orilla del río Aller, se encuentra Celle, que aglutina los ingredientes de una gran ciudad. El castillo cuenta con un museo, un teatro y, como guinda, la capilla protestante del siglo XVI, que está tal y como se concibió, uno de esos sitios por los que merece la pena el viaje. Aparte, esta ciudad posee más de 490 casas de entramado de madera con varios siglos, pero también casas de la Bauhaus (movimiento arquitectónico que en 2019 cumple un siglo).

La urbe está rodeada por varias zonas verdes y sus calles viven un ambiente bastante animado. Pero la Joya del Aller detenta otro galardón… Tradicional, con edificios y rincones de foto y, por supuesto, considerado uno de los más bonitos de Alemania: Celle también es pueblo. Y en esa dualidad reside su principal encanto, bueno, y en sus restaurantes también.

Gastronomía en Celle

Plato típico de CellePlato típico de Celle

La elaboración de licores con hierbas es una práctica centroeuropea muy típica. Celle tiene su propia receta secreta para destilar su licor, el Alter Provisor. Muy rico, con sabor amargo parece más una pócima mágica o, incluso, uno de esos brebajes curativos del pasado, ya que al observar el aspecto de la tienda, antigua y pequeña, y de su «laboratorio» parece del siglo XIX o del XVIII.

En el restaurante Bierakademie sirven el tradicional rollo de carne de vacuno. El plato típico del lugar. Compuesto por un fino filete que se enrolla y en su interior lleva mostaza, tocino, cebolla y una mezcla de especias secreta. Recuerda al sabor del steak tartar. Sabe muy rico, sobre todo tomado con la cerveza local.

Otro precioso sitio para comer está bajo el ayuntamiento: el restaurante Ratskeller está en las bodegas del edificio que data del siglo XIV. En sí mismo es una visita turística. Preparan una trucha muy jugosa, una buena sopa de calabaza y otros platos que están muy bien. Los postres los elaboran ellos y están muy buenos. Además, tienen buenas cervezas y vinos.

No te vayas sin:

Elaborando colas de rataElaborando colas de rata
  • Visitar el museo Sprengel, en Hanóver.
  • Probar las Colas de rata y el Matarratas de Hamelín.
  • Pasear al amanecer o al atardecer por estos pueblos para ver como la luz cambia en esas maravillosas casas antiguas y hacerles fotos.
  • Subir al campanario de la iglesia de Hamelín para divisarla entera.

Información práctica:

Sopa de calabaza. Restaurante Meiers Lebenlust. HanóverSopa de calabaza. Restaurante Meiers Lebenlust. Hanóver
  • El mejor sistema para visitar Alemania es el Fly&Drive. Permite disfrutar de la conducción en el país mejor preparado para el automóvil. Por las autobahn se llega a casi todos los destinos. ¡Y conducen de maravilla!
  • Mercure Hotel Hannover City. Buena habitación y desayuno completo. Cerca del centro y los principales museos.
  • Hotel zur Krone, en Hamelín. En la calle principal. Aparcamiento. Buen desayuno.
  • Hotel Caroline Mathilde, en Celle. Dentro y fuera de la ciudad. Tranquilo, atractivo y con aparcamiento incluido. Buen desayuno.