El Restaurante Asador Illunbe está de celebración. Diez años de trayectoria profesional en La Moraleja avalan a un equipo de trabajo que, liderado por José Ángel Aguinaga, ha dado continuas muestras de solvencia culinaria. José Ángel se trajo desde la guipuzcoana Usurbil la fórmula del éxito: la cocina vasca, mimando la calidad en los productos y manejando la parrilla con una maestría que hacen de Illunbe uno de los mejores asadores de Madrid.
Illunbe, ubicado en la zona empresarial de La Moraleja, ofrece una variada oferta culinaria. En la primera planta cuanta con una estupenda barra y zona de cafetería donde se pueden degustar una amplia variedad de pinchos fríos y calientes en un ambiente cuidado, idóneo para picar algo rápido o tomar algo a media mañana. No hay que perderse tampoco la sidra que José Ángel elabora en su propio lagar guipuzcoano.
La parte de arriba la ocupa el restaurante, amplio y elegante, con una magnífica terraza y con la parrilla a la vista donde resulta un espectáculo ver como José Ángel y su equipo preparan los pescados sabiendo darle el difícil punto que una parrilla requiere. Igual trato reciben las carnes, que el Restaurante Asador Illunbe ofrece. No es extraño encontrar en su oferta buey, del de verdad, que una vez pasa por su parrilla, al igual que cualquier carne roja, supone una experiencia gastronómica sobresaliente.
En las celebraciones del décimo aniversario, Illunbe convocó a sus clientes y amigos junto a los medios para festejarlo como se merece, en una tarde-noche donde no faltaron los pinchos, las exhibiciones de José Ángel en las parrillas o la música en directo y mucha diversión por parte de los numerosos incondicionales del Asador.
Los actos comenzaron con una cata de los vinos Avenencia dirigida por el maestro sumiller Luis Miguel Martín, donde los participantes aplaudieron los magníficos caldos que Juan Vinuesa elabora tanto en Rueda como en la Ribera del Duero. Así, los convocados tuvieron la oportunidad de conocer el Avenencia verdejo 2010 D.O. Rueda que, continuando y enriqueciendo la línea de años anteriores, se muestra intenso en aromas, bien estructurado con el puntito graso y de largo final que le da el breve paso por barrica, pero refrescante y muy complejo. Un excelente vino para mariscos grasos, pescados sabrosos o arroces resultando muy fácil de beber en cualquier circunstancia.
A continuación probamos el «Avenencia 12», un Ribera del Duero del 2008, 100% tinta fina, procedente de la finca «El Vallejo» cerca de La Horra en la «milla de oro» de la Ribera. Este es uno de los vinos más populares de Avenencia, no sólo por su excelente relación calidad-precio, unos 7,50 euros. De un rojo cereza intenso con ribete morado, tiene una fase olfativa compleja y potente con frutas rojas, tostados, café y cuero que lo hacen muy especial, en boca es muy agradable, denso y envolvente pero fácil de beber, con final largo y gustoso de los que piden más tragos.
El tercero de la cata fue el «Avenencia Vendimia Seleccionada», que se produce exclusivamente los años de uva excelente a partir de la tinta fina que producen las cepas viejas de la finca «El Rasillo» en Pesquera del Duero. Este es un vino muy especial, ya se dice en el nombre que, con una producción en 2004 de solo 24.952 botellas y 1524 magnums, se presenta bien vestido con una capa intensa rojo cereza y reflejos púrpuras brillantes. En nariz aparecen frutos rojos y negros y un sutil fondo de madera noble. En boca es tánico pero con un final sedoso donde se manifiesta la fruta y un ligero recuerdo a tostados y café. Este es un vino ya difícil de encontrar, al producirse solo los mejores años, pero si lo ven en alguna carta no se lo pierdan. Excelente con cualquier carne roja, caza, guisos de legumbres o pescados potentes, no se extrañen de encontrar algún sedimento en el vino, que en este caso es el síntoma de su mimada evolución natural en bodega, eso sí, mejor si se decanta.
Para acabar la cata se presentó, según Juan Vinuesa, el «buque insignia» de sus vinos, un Ribera del con 24 meses de barrica francesa y otros 24 en botella, está hecho con las uvas de la finca «Pisarrosas» con cepas de más de 25 años de antigüedad y suelo calizo. Es un vino de capa media-alta de color picota intenso, limpio y brillante. En nariz es muy elegante con frutas maduras y compotadas, matices lácteos, balsámicos y de especias sobre un elegante fondo de madera, unos aromas extraordinariamente complejos. En boca es muy sabroso y sedoso con los taninos muy redondeados y un equilibrado y largo final de fruta, madera y tostados. Es un vino mayúsculo que pide platos mayores de carnes rojas o estofados o algún pescado suculento como mero o rodaballo al horno.
Juan Vinuesa es el creador de estos vinos. No es un bodeguero al uso, ya que no elabora con sus medios: el verdejo de Rueda lo hace en las bodegas de Félix Lorenzo Cachazo en Pozaldez y los Riberas los elabora Federico Fernández en Pesquera de Duero, pero la impronta y el caracter que Juan imprime a sus vinos es personal y diferente.