Si bien es cierto que el sector de producción del helado no ha sido uno de los más maltratados por la pandemia, el riesgo de impago ha crecido 6 puntos: del 26% previo al Covid-19, al 32% del sector heladero actualmente.
Si la pandemia no fue tan dura con los heladeros fue porque el consumo de su producto se disparó durante el confinamiento, bien para preparar recetas o para aderezar los ratos muertos de sofá. Por otro lado, este verano se prevé recuperar niveles de ingresos anteriores a 2020; ya que se espera una de las mejores campañas de verano de la última década.
Además, la antigüedad se ha detectado como un factor diferencial a la hora de garantizar la viabilidad de los negocios heladeros. Según un estudio de Insight View, entre aquellos negocios con más de 25 años de vida, solo hay un 9% de probabilidades de caer en impago. Sin embargo, la situación financiera empeora al hablar de heladerías abiertas hace menos de 10 años; en dicha franja, el riesgo de impago afecta al 47% de las empresas.
El consumo de helado se disparó durante la cuarentenaEl mismo análisis de Insight View llama la atención, también, sobre la dependencia que tiene el sector respecto a financiación externa. De hecho, las fuentes ajenas representan un 42% de los ingresos en el sector heladero. En definitiva, El análisis agregado de las cuentas de las casi 600 empresas del sector muestra cómo en 2020 el sector afrontó un deterioro generalizado de sus ratios de rentabilidad.
Este deterioro es especialmente alarmante si tenemos en cuenta que se trata en su gran mayoría, por no decir la totalidad, de microempresas o pequeñas empresas. Es decir, negocios familiares. Por otro lado, se percibe una atomización en el sector, que se ha disgregado por toda la península. A pesar de ello, las Comunidades Autónomas que permanecen a la cabeza en cuanto a producción de helados son Málaga y Alicante. Seguidas por Barcelona, Madrid, Baleares y Valencia.
