Yogur griego

El yogur griego, delicioso y repleto de beneficios

Descubierto alrededor del tercer milenio de manera accidental, el yogur griego ha conquistado el mundo en los últimos años, convirtiéndose en un alimento indispensable en la dieta diaria tanto de niños como de adultos.

Silvia Álvarez Martínez22/01/2018

El yogur es, sin lugar a dudas, uno de los alimentos más consumidos en todo el mundo. Fue descubierto alrededor del tercer milenio antes de Cristo por cabreros anatolios de manera accidental.

Piel de cabra rellena de leche, origen del yogur

Al guardar la leche en bolsas fabricadas de piel de oveja o de cabra, para conservarla durante más tiempo y transportarla, descubrieron que la leche almacenada no sólo se volvía espesa y agria, sino que seguía siendo comestible después de pasar largos períodos bajo el sol. Muchos comenzaron a preferir su sabor, lo que provocó que se continuara con la práctica y que su consumo se extendiera rápidamente por todo el Mediterráneo oriental, especialmente en Grecia, donde se desarrolló una variedad local conocida como oxygala, que era endulzado con miel.

En el mundo occidental tardaría algunos siglos en introducirse. En 1452, el rey Francoise I de Francia lo utilizó como tratamiento proporcionado por algunos médicos de sus aliados turcos cuando sufría una diarrea severa. La noticia de los beneficios de este alimento comenzaron entonces a extenderse por Francia y el resto de Europa. A principios del siglo XX, un estudiante de medicina búlgaro llamado Stamen Grigorov, descubrió en 1905 el lactobacillus bulgaricus, una bacteria del ácido lácteo. Poco después en París, el subdirector del Instituto Pasteur y premio Nobel ruso Iliá Méchnikov, sugirió que el lactobacillus era el responsable de la longevidad de los campesinos búlgaros, lo que ayudó a difundir sus propiedades «curativas».

Sin embargo, no sería hasta algunas décadas más tarde que el yogur comenzara popularizarse e introducirse en la dieta diaria de los europeos. Su andadura comercial empezaría cuando Isaac Carasso emigró de su Salónica natal, en el norte de Grecia, para establecerse en Barcelona, donde comenzaría a fabricar artesanalmente yogur con mermeladas. En 1919 Carasso fundó un pequeño negocio familiar llamado Danone que, años más tarde, popularizaría activamente el yogur en toda Europa occidental. Aunque, a diferencia de lo que sucedía en Grecia u otros países del Mediterráneo oriental, donde el yogur formaba, y sigue formando, parte de muchos de sus platos tradicionales, el yogur empezaría a consumirse con sabor dulce, como desayuno o postre.

Stragistó: el yogur griego tradicional

Stragistó, el yogur griego tradicional

Conocido en Grecia como «stragistó», el yogur que en España y otros países denominamos como «griego» está ligado a la tradición agrícola helena desde la antigüedad. De consistencia más espesa que el yogur elaborado en otras partes del mundo, el yogur griego tradicional se elabora con leche pura de oveja o de cabra. Su textura cremosa se obtiene colando la leche, ya fermentada, en bolsas, normalmente de muselina (una tela fina de algodón), para eliminar el suero líquido hasta conseguir la densidad adecuada.

Base de platos tradicionales y tan mundialmente conocidos como el tzatziki, una deliciosa salsa a base de yogur, ajo y pepino, es sin duda uno de los alimentos más sobresalientes de la gastronomía helena, donde es común su uso en todo tipo de platos. Se combina con arroz, verduras, carnes, guisos a base de aves de corral o legumbres y, por supuesto, mezclado con miel y frutos secos.

El «stragistó» destaca por su gran versatilidad y está considerado como un extraordinario sustituto de la crema agria, el queso de untar, la mayonesa o la mantequilla. Su textura espesa le convierte en un magnífico acompañamiento para sándwiches y un perfecto condimento para ensaladas.

Beneficios del yogur griego

El yogur griego es fácilmente digerible y tiene un alto valor nutricionalEl yogur griego no sólo ha conquistado el mundo en los últimos años, sino que se ha convertido en un alimento indispensable en la dieta diaria, tanto de niños como de adultos. Fácilmente digerible y con un alto valor nutricional, el yogur griego cuenta con menos hidratos de carbono, aproximadamente la mitad del sodio y un cuarenta por ciento menos de azúcar que el yogur normal. Además de ser una de las alternativas más saludables a la hora de elegir un producto lácteo y de tener un sabor exquisito, aporta una serie de nutrientes esenciales para el organismo como las vitaminas B6 y B12.

Si se consume a diario, es altamente beneficioso para el intestino y el sistema inmunológico, debido a la gran cantidad de probióticos que contiene. El yogur griego es también una excelente fuente de calcio, que ayuda a reforzar los huesos y destaca por sus altos niveles de fósforo, potasio y magnesio, sustancias fundamentales para el cuerpo humano y que ayudan a reducir el riesgo de problemas cardiovasculares.

Al contrario de lo que sucede con otros lácteos, al yogur griego se le incluye en numerosas dietas para perder peso debido a su elevado contenido de proteína, la cual se digiere lentamente y ayuda al organismo a sentirse saciado durante más tiempo.