La provincia de Salamanca, tierra de grandes aportes gastronómicos, presume de elaborar los mejores productos con carne de cerdo ibérico del país. Muy conocidas son sus dehesas donde se cría este animal y cuya carne se exporta al resto de España y parte del extranjero. Precisamente en el terreno del cerdo ibérico la provincia no solo es conocida por su famoso jamón ibérico, el cual se vende a nivel mundial, sino también los embutidos de Salamanca, elaborados a partir de la carne de este animal, gozan de enorme calidad, pues son productos muy valorados y cada vez más demandados de forma online. Entre los embutidos más conocidos encontramos por ejemplo, productos como el morcón, el chorizo y salchichón, la sobrasada u otras elaboraciones con la misma materia prima como la caña de lomo o la papada ibérica.
Los embutidos
A pesar de ser una auténtica delicatesen, el morcón es el embutido menos conocido del panorama nacional. Se trata de un producto similar al chorizo en cuanto al adobo, realizado a base de pimentón, orégano y ajo, pero elaborado con carne que contiene menor cantidad de grasa. La gran diferencia principal que presenta con el primero es que el morcón se embute en el intestino grueso o en tripas sintéticas más gruesas que las del chorizo cular.

Por su parte, la sobrasada ibérica, a pesar de estar atribuida a zonas mediterráneas como las Islas Baleares o la zona del levante, está también muy presente entre los embutidos salmantinos. Ejemplo de ello es la sobrasada ibérica de Jamones Benito Pérez, elaborada a partir de la carne del cerdo ibérico de bellota, ideal para untar sobre una tostada de pan. La sobrasada logra esta textura cremosa debido a la forma de picar su carne y al posterior secado o curado que recibe. Mientras que la carne para elaborar chorizo o salchichón es picada ligeramente, la carne de la sobrasada se tritura hasta obtener una pasta casi homogénea en la que no se diferencian sus partículas.
Más ibéricos
La caña de lomo y la papada ibérica se desligan del grupo de los embutidos, ya que en este caso se trata de piezas enteras del cerdo ibérico adobadas y posteriormente curadas. Es cierto que la caña de lomo ibérico también se presenta embutido en tripa, pero en este caso la carne no se desmenuza o pica como en el caso de los anteriores. Esta pieza se sitúa debajo de las costillas y, antes de introducirse en la tripa, se adoba con especias y pimentón. Después de dos a tres meses de curación, está listo para consumir.

La papada es una de las partes más preciadas del cerdo ibérico, ya que es un producto sabroso y jugoso. Además, ofrece mucha versatilidad en la cocina, se puede cortar en tiras finas para cocinarla a la plancha o parrilla, hacer tacos para acompañar guisos o incluso servirse cruda para tomar como aperitivo junto con unos pedazos de pan tostado. El proceso de elaboración de la papada ibérica es similar al de los productos anteriores, después de salarla y adobarla en pimentón, se deja secar hasta su punto óptimo de curación.
El cerdo ibérico
La calidad de los embutidos de esta zona viene dada por la materia prima con la que cuenta. El cerdo ibérico que se cría en las dehesas salmantinas está meticulosamente cuidado para que su carne sea de la mejor calidad posible. Esta radica principalmente en la alimentación del animal, en el caso de las dehesas de esta provincia el cerdo ibérico es alimentado a base de bellota de encina que al tener un alto contenido de lípidos e hidratos de carbono aporta a la carne del cerdo un mayor porcentaje de ácido oleico, lo que se traduce en una mayor concentración de grasa muy interesante a la hora de elaborar embutidos.

La alimentación a base de bellota solo es posible durante la llamada “época de la montanera”, época en la cual la bellota madura y se desprende de las encinas. Esta época comienza aproximadamente a finales del mes de octubre y puede prolongarse hasta el mes de marzo, siempre dependiendo de la climatología determinada de ese año. El resto de los meses, el cerdo ibérico se alimenta de los pastos naturales que pueblan las dehesas.
El cerdo ibérico es sacrificado cuando pasa los 10 o 13 meses de edad y una vez despiezado se procede a seleccionar las partes más idóneas para elaborar los diferentes embutidos. Por último, se realizará el proceso de curado o secado. En este contexto Salamanca cuenta con uno de los mejores climas para ello: inviernos muy fríos pero secos, sin humedad ni excesivas precipitaciones y veranos calurosos. Después de conocer los productos que nos brinda esta zona, es normal que quieras hacer un viaje a tierras charras para degustarlos. Como no sabemos si eso es posible, pero no queremos que te pierdas las exquisiteces del cerdo ibérico, te proponemos comprar jamón ibérico online directamente a la provincia de Salamanca.