La bodega Emilio Moro es un referente de compromiso de Responsabilidad Social Corporativa, tanto a través de su fundación benéfica de apoyo a proyectos solidarios como del esfuerzo por adaptar el disfrute del mundo del vino a toda la sociedad. Con el lanzamiento hace unos meses de su nueva imagen, la bodega se convertía en una de las pioneras a nivel mundial en incorporar en todas las etiquetas de sus vinos la lectura en código Braille. Ahora, presenta la adaptación de su espacio y de la visita a la bodega para las personas con discapacidad visual.
La iniciativa, fruto de la colaboración entre la ONCE y Bodegas Emilio Moro, nace en Septiembre de 2010 con la firma de un convenio marco para «procurar la accesibilidad de las bodegas y sus vinos a las personas con esta discapacidad». El convenio recoge, además, el compromiso con el empleo de las personas con discapacidad por parte de la bodega.
Gracias a esta iniciativa, todos los visitantes de la bodega recibirán las descripciones técnicas necesarias para conocer el proceso de elaboración del vino y contarán con una sala totalmente adaptada, en la que se incluyen paneles explicativos y un plano en relieve y rotulado en Braille, barricas diseccionadas por la mitad y otras con los distintos tipos de suelo de sus viñedos, que permiten palpar y oler algunos de los elementos que influyen en el carácter final del vino.
En definitiva, a excepción de la vista, los sentidos son los protagonistas de esta experiencia sensorial y sensitiva que invita a adentrarse en el mágico mundo de la viticultura.