¿Por qué no hay más mujeres en la alta cocina?, ¿Estamos haciendo todo lo necesario por estar donde queremos estar? ¿Cuál es la causa de la Invisibilidad de las mujeres en la gastronomía?
Conducido el acto por Chuchita Lluch, conocida en el sector por haber sido Presidenta de la Academia de Gastronomía Valenciana, y académica en la actualidad de la Real Academia de Gastronomía, ésta dio paso a Purificación García-Segovia, directora de la tesis doctoral de Majd Haddaji «Gender barriers and facilitators faced by women chefs in the gastronomy and the ‘Haute Cuisine’ fields”» (Barreras de género y facilitadores con los que se encuentran las cocineras en la gastronomía y en la alta cocina), abrió la jornada mostrando algunos datos arrojados por la tesis. El trabajo parte de la base de que las mujeres dominan la gastronomía doméstica, no así la profesional, teniendo las féminas escasa presencia en la alta cocina en países como Francia, Estados Unidos, Reino Unido y España. Por poner dos ejemplos, en Francia menos del 3% de restaurantes con alguna estrella Michelin tiene como chef a una mujer; en España andamos algo mejor, siendo las mujeres ‘estrelladas’ algo menos del 10%.

Curioso fue que, en una encuesta elaborada por los responsables de la tesis a cocineros y estudiantes de cocina de ambos sexos, el escollo que todos encontraban para el desarrollo de su trabajo era la conciliación familiar. En el caso de las mujeres, también la cultura masculina establecida y las condiciones del lugar de trabajo. Una de las conclusiones de García-Segovia, que quedó algo diluida, puso el dedo en la llaga: «hay que crear modelos de mujer, personajes femeninos en los que las otras mujeres puedan verse representadas o puedan admirar, así se ayudará a salir de la invisibilidad». Tras Purificación García- Segovia llegó el turno de las mujeres, con una primera intervención de María José San Román, organizadora de una comida en septiembre precursora de estas #mujeresengastronomía. San Román agitó el sector en la pasada edición de la Gastronómika, poniendo el foco en la prácticamente nula representación femenina en las ponencias. Entonces, San Román me declaraba indignada que «no puede ser que en más de 60 ponencias sólo haya 3 mujeres, y que dos de ellas compartamos el tiempo de una sola ponencia». Recordemos que San Román hizo una exposición sobre el estudio del arroz, que está llevando a cabo en tan sólo 15 minutos; los quince minutos restantes fueron para Mari Carmen Vélez, también hablando del cereal. La cocinera y propietaria de Monastrell, tras pedir disculpas por si en los últimos días ha dicho o hecho algo que haya podido ofender, afirmó que «la igualdad no es sólo cuestión de mujeres, es de toda la sociedad» y animó a emprender acciones que impliquen a los hombres aunque «lo hagan por vergüenza». A juicio de San Román, a partir de este encuentro «tenemos la posibilidad de liderar un cambio a nivel mundial. Si España es líder en alta gastronomía, también podemos serlo en la situación estratégica de la mujer en este campo».
Rakel Cernícharo, del restaurante valenciano Karak, se mostró convencida de que «si aún no estamos es porque aún no hemos llegado, pero llegaremos, no nos faltan aptitudes» y resaltó el poder de elección que las mujeres tenemos, «elegir a la persona con la que queremos estar está en nuestras manos y ahí está la clave». Además, se mostró partidaria de «despojarnos o liberarnos de esa educación recibida, que tanto daño nos ha hecho».
Nuria Morell, una de las pocas sushi woman del país, comenta: «Sin ánimo de minusvalorar a los hombres, nosotras tenemos algunas capacidades mejores y hay que explotarlas. Podemos conseguir lo que queramos, nadie puede decirnos que no podemos».
Estrella Carrillo, presidenta de los restaurantes de Murcia y cocinera de su propio restaurante, puso el foco en «los micromachismos postergados por las mujeres» afirmando que entre nosotras «falta solidaridad». También hizo un llamamiento a la prensa, preguntándose «¿por qué no veo periodistas interesándose por el desarrollo en I+D de cocineras que conozco?».
Más contundente fue Lourdes Planas, directora del congreso internacional Madrid Fusión: «Las mayores zancadillas que he recibido han sido de mujeres», y agregó que «tenemos que ir todas juntas hacia adelante, hay que apoyar lo que hacen otras mujeres. Y también con los hombres vayamos de la mano: los hombres son indispensables para nosotras y nosotras para ellos». En la opinión de Plana, a las mujeres «nos falta autopromoción, pelear por la visibilidad, sin violencia».
La inacción femenina: mito o realidad
Según Susi Díaz, que no acudió a la cita pero mandó una carta para ser leída, «falta mucho para la igualdad real, pero estamos en el camino y llegará». La ilicitana comentó en su misiva que «en las escuelas de cocina, las alumnas representan el 48% del total, eso quiere decir que somos más de lo que parece. Lo que tenemos que conseguir es visibilizar una realidad».
Begoña Rodrigo apuntó que «en cocina tenemos las mismas oportunidades, pero el miedo nos paraliza. No comunicamos para darnos a conocer. Nos empeñamos en hacer todo tan perfecto que no nos atrevemos a hacer algo mediocre. ¿Acaso no estamos hartas de asistir a ponencias soporíferas? ¡Hagamos algo!». Annette Abstoss atribuyó a su fortaleza el que le haya ido bien en la vida, una fuerza que todas podemos mostrar. «Ir con la actitud de ser el dueño de la calle, y no ponernos límites».

Pepa Muñoz, del madrileño El Qüenco de Pepa, se lamentó de que «nunca una compañera me ha llamado para pedirme una receta y nunca nadie me ha alabado el trabajo en mi restaurante como los hombres» y, a hilo de la poca visibilidad femenina en congresos (presente durante todo el encuentro), Muñoz aclaró que «yo sí voy a congresos, incluso comparto cartel con compañeros con estrella Michelin y yo no tengo ninguna. Hay que pelear duro por estar, te paguen o no te paguen, hay que salir».
Como apuntaba Susi Díaz, somos casi la mitad en escuelas de cocina, pero datos como los que comentó Nicoletta Negrini acerca de la participación en el concurso patrocinado por Negrini en Madrid Fusión, «las candidaturas sólo son de hombres» o Carolina Álvarez, segunda de cocina de Quique Dacosta que compartió que «de las candidaturas que recibimos para stagiers solo el 35% son de chicas», muestran un panorama un tanto desolador. ¿Realmente en ésas estamos? Lo cierto es que muchas de las mujeres asistentes se expresaron en ese sentido. «Tenemos vergüenza de mostrarnos», «Tenemos miedo porque nos han educado así», «Lo importante es atreverse»… frases así salpicaron el encuentro.
La palabra hermandad
«Las mujeres son las que más me han apoyado», manifestó rotunda María José Martínez, del restaurante Lienzo, y Yolanda Bustos mostró su creencia en que «las mujeres hablamos el mismo idioma, nos hablamos de tú a tú». A juicio de Nicoletta Negrini, «es importante que entre nosotras nos ayudemos. Yo misma ayudo más, apoyo más, proyectos de mujeres que de hombres», y la periodista Rosa Rivas demandó una «mentalidad en femenino».
¿Es la hora de unirse en serio? Carito Lourenço, del restaurante Fierro lo manifestó bien claro: «entre nosotras debe haber hermandad».
La perspectiva de género
«Si damos un paso atrás y miramos con perspectiva, veremos que la vida está regida por un manto masculino y nosotras estamos debajo. No estamos llegando en masa a la cúspide pero, bajo mi punto de vista, es porque hemos salido de casa hace poco, y nadie está entrando. El problema básico, pues, es la conciliación, y las medidas para favorecerla se tienen que imponer desde arriba, desde la administración», expresó Marta Escauriaza.
Silvia García, jefa de sala de Mugaritz: ‘Como a mí nunca me había pasado nada, no creía que hubiera diferencias de trato entre hombres y mujeres, pero un día tomé conciencia de ello. He preguntado a compañeros por la invisibilidad femenina y la respuesta ha sido que no existe tal, que es culpa nuestra porque las leyes son iguales para todos, y que el talento se tiene o no se tiene. Pero la realidad es que no tenemos herramientas para estar a la altura de las circunstancias, hay mucho por cambar. Hay una invisibilidad de la invisibilidad’.
«A igualdad de oportunidades, se nos ve. Por eso es importante la paridad», así de rotunda se mostró Rebeca Hernández, cocinera y propietaria de La Berenjena, en Madrid. Lejos de autoflagelarse, Hernández se mostró optimista ,»con ganas, se consiguen cosas», aunque confesó sentir rabia «al ver, muchas veces, que soy en la única entre hombres. Ellos me dicen que no hay más, pero sí hay y tenemos mucho que decir».
En conclusión, el encuentro sirvió para concretar unas acciones de salida, como la creación de una base de datos completa y actualizada de las mujeres en el sector gastronómico; también crear grupos de trabajo por especialidades profesionales y ámbitos territoriales, además de lanzar una imagen de marca para comunicar todos los encuentros, noticias, investigaciones y cualquier otro aspecto de interés para las profesionales de la gastronomía.
Para más información o para inscribirse en Mujeres en Gastronomía: http://www.mujeresengastronomia.wordpress.com