Ponemos rumbo al noroeste de Almería para recorrer una zona llena de sorpresas, pueblos unidos por el cauce del río Almanzora que forman un valle lleno de vida. En la parte más alta, el Alto Almanzora, vamos a encontrar picos de más de 2.000 metros y pueblos que mantienen vivas sus tradiciones, dedicados a la agricultura, la industria del mármol y también a un turismo rural que promete experiencias únicas en este entorno dibujado por las sierras de Los Filabres, de Bacares, de las Estancias y de Lúcar.
La Comarca del Alto Almanzora forma parte del territorio de AlVelAl, la asociación que trabaja por un cambio positivo en un territorio cohesionado, uniendo las comarcas del Altiplano Estepario, pero creando también sinergias con personas e instituciones ubicadas en comarcas vecinas de características parecidas en Almería, Granada y Murcia.
En estas comarcas vamos a encontrar productos alimenticios sanos (aquí se encuentra la mayor superficie de almendra ecológica cultivada en secano del mundo y el excelente cordero segureño con Indicación Geográfica Protegida), gente hospitalaria y un impresionante patrimonio natural, histórico-artístico, etnográfico y gastronómico.

Uno de sus municipios más conocidos es Macael, de cuyas canteras salió el famoso mármol blanco Macael con el que se han embellecido monumentos tan importantes como la Alhambra de Granada, la Mezquita de Córdoba o el Monasterio del Escorial. Pero además de la ruta del mármol, el valle del Almanzora está plagado de maravillosos senderos y pueblos con encanto.
Un paseo por las nubes
Desde Alcóntar, a un paso de la Fuencaliente, donde nace el río Almanzora, arranca este recorrido rodeados de las cumbres y el paisaje impresionante de la llamada Comarca del Alto Almanzora.
En Bacares encontramos un sitio único que merece una escapada. Calar Alto es una meseta situada en la sierra de los Filabres (Bacares-Gergal) que llega hasta los 2.168 m de altura. En ella se encuentra el Observatorio Astronómico Hispano en Andalucía (CAHA) que desde 2019 es 100% español, compuesto por cinco grandes cúpulas. Hay visitas guiadas previa reserva. Es común encontrarse con ciclistas en busca de retos y senderistas que acuden hasta aquí para disfrutar de las impresionantes vistas, se puede divisar hasta África y Sierra Nevada, y de los bosques: la sierra de los Filabres es el pulmón verde de Almería.
Los jamones de Serón y la fritada de Suflí

Si avanzamos hacia el este, llegamos a Serón. Su casco antiguo conserva las huellas del pasado musulmán, con calles estrechas, casas apiñadas y la mezquita alcazaba. Serón se sitúa en medio de la comarca y puede ser nuestro punto base desde el que organizar las excursiones por el Alto Almanzora. En el pueblo hay bodegas, secaderos de jamones (el jamón de Serón cuenta con I.G.P) y parte una Vía Verde de 18 km. Un buen sitio para alojarse es La Posada del Candil, un complejo rural que cuenta con cinco apartamentos y un pequeño restaurante abierto al público, donde se cocina con alimentos ecológicos y cocina típica de la sierra de Almería.

El edificio es bioclimático, en verano abren la piscina y la terraza al aire libre, y tiene su propio huerto ecológico que abastece al restaurante según la temporada. Desde aquí organizan rutas y actividades en la naturaleza, talleres temáticos como la observación astronómica, jornadas micológicas, la berrea del ciervo, curso de pan al horno de leña… pero si buscas tranquilidad, aquí vas a descansar en este entorno a más de 1.000 m de altitud rodeado de un apacible paisaje, el cielo estrellado y el silencio de la naturaleza. Los desayunos son inolvidables, con productos locales como el jamón de Serón, queso semicurado, huevos ‘felices’ y fruta del huerto.
Suflí es un pequeño pueblo pegado al río con una buena huerta que se ha hecho famoso por la fritada o fritá: una conserva de tomate y pimientos asados al carbón y elaborados artesanalmente, que está lista para añadir aceite y sal y tomar una ‘ensalá asá’ o preparar con ella otros platos. Hay quién lo usa como un sofrito con carnes de pollo, conejo, ternera (choto) o magro de cerdo. La receta es un secreto bien guardado en las casas y pequeñas fábricas que lo venden en Suflí y Purchena. A finales de junio se celebra la Fiesta de la Fritá, con degustación de platos preparados con la típica fritada de Suflí y venta de otras conservas con productos de la huerta. Tienes que ir hasta el Mirador de Suflí para tener la mejor panorámica del pueblo y la sierra.
Muy cerca del río Almanzora, en la parte norte, está Somontín, un pequeño municipio situado a 820 metros de altitud y conocido como el “Balcón del Almanzora”. Desde este pueblo se aprecia gran parte de la sierra de los Fibrales y algunos pueblos como Lúcar, Serón, Bacares, Sierro, Purchena, Macael o Cantoria, entre otros.
La ruta del mármol

Macael y sus canteras de mármol han dado fama mundial a esta comarca almeriense. De aquí sale el 80% de esta piedra caliza metamórfica que se produce en España actualmente. Con el mármol de Macael se construyeron monumentos como la Alhambra de Granada, la Mezquita de Córdoba o el Monasterio del Escorial. Esta y otras muchas historias las conocerás en Centro de Interpretación del Mármol de Macael, y si tienes interés, puedes apuntarte a una visita guiada a las canteras y los talleres artesanos. El Bulevar es un agradable paseo adornado con esculturas de mármol, pero la figura más imponente de este pueblo es el Mortero gigante que adorna una rotonda, el más grande del mundo. Desde el mirador de las Canteras se abre un paisaje marcado por el mármol y el mirador Virgen del Rosario, en la parte alta del pueblo, tiene las mejores vistas del pueblo y del valle de Almanzora.

Pero Macael no es el único pueblo dedicado a la explotación de la piedra. Por el Alto Almanzora podemos seguir una ruta del mármol que nos lleva a Olula del Río, con sus aceras y las placas de sus calles de mármol. Pero es también la Ciudad de la Cultura, con el Centro de fotografía Pérez Siquier, el Museo de Casa Ibañez, con más de 400 obras de arte español de Andrés García Ibañez, Goya, Sorolla, Picasso, Antonio López, Ginés Parra… y, a su lado, una de las obras de arte más impresionantes que vas a encontrar: «Mujer del Almanzora», obra del artista Antonio López.

Laroya está rodeado de terrenos montañosos repletos de almendros y olivos, en la sierra de Los Filabres, a una altitud de 860 m, un auténtico paraíso natural. Cóbdar se distingue por ser un pintoresco pueblo situado al pie de una impresionante piedra de mármol, la gran cantera de Los Calares, con cinco espectaculares bajadas de agua. Quedan restos de la industria de la minería que merecen ser visitados. Desde Cóbdar, la carretera nos conduce hasta Chercos.
En Purchena, al comienzo del puente sobre el río Almanzora, encontraremos el arquero tallado en mármol blanco, estatua colocada en conmemoración a los Juegos Moriscos de Abén Humeya que se celebran cada año. Este municipio ofrece un frondoso paisaje de bosques, con parajes de especial interés como la zona recreativa de La Silvera, el Barranco de Gevas y Las Estancas. No es extraño que se conozca a Purchena como ‘la perla del Almanzora’. Su Iglesia de San Ginés está declarada Monumento Histórico-Artístico, y en su Museo Arqueológico se conservan las únicas piezas de mármol de la época árabe de Almanzora.

En Finés se encuentran la Escuela del Mármol y el Museo del Mármol. Hay que visitar la iglesia parroquial, de estilo mudéjar, y el Centro de Interpretación de la Historia a la Leyenda. También oirás hablar de la fiesta que cada año cuenta con más adeptos: la representación de Moros y Cristianos, que se celebra el último fin de semana de agosto en el Monte Icarada.
El recorrido puede finalizarse en Cantoria, donde está ubicada la empresa Cosentino, quizás la más activa en la comercialización del mármol Blanco Macael de todo el mundo.

Para alojarte en esta ruta, una buena opción es el cortijo El Rancho: se encuentra completamente aislado y rodeado de naturaleza, entre olivos, almendros pinos y monte bajo. Pertenece al término de Códbar aunque está a unos 5 km de Albánchez, un precioso pueblo blanco de la sierra de Los Filabres.
La casa se abastece únicamente de energía solar fotovoltaica y es ideal para los amantes de la naturaleza y la natación ya que disponemos de una piscina grande de medidas casi semiolímpicas (20×10 m). El agua de la misma procede de un manantial situado en la finca (flujo continuo) y no se trata con ningún producto químico (agua no clorada). Hay varias rutas de senderismo por la finca y alrededores y también es perfecto para los aficionados al ciclismo ya que hay rutas tanto por pista de tierra BTT como por carretera.
El aceite del Alto Almanzora
Nos desviamos hacia Oria para encontrarnos con un paisaje variado donde abundan grandes zonas verdes y bloques de rocas que nos acompañan en la subida hacia la sierra de las Estancias. Desde aquí la vista que regala este municipio de toda la comarca almeriense es espectacular.

El producto estrella aquí es el aceite (junto al almendro y los cereales). Y hay productores, como La Solana 2, que elaboran sus aceites ecológicos y en agricultura regenerativa. Se trata de un olivar situado a 1100 metros de altitud, con un microclima particular, y muy diferente del resto de zonas olivareras. Fueron pioneros en el cultivo de olivos dentro del altiplano, en un terreno acostumbrado al cultivo de almendra. Las aceitunas se recolectan a mano en su momento óptimo de maduración (recolección temprana en verde) y molturadas inmediatamente a su recolección, con extracción en frío por centrifugación en la Almazara de «Oro del Desierto». Tienes que probarlo para saber por qué es uno de los aceites más premiados dentro y fuera de España.

En la gastronomía del Alto Almanzora un buen AOVE es fundamental en platos que mantienen los sabores tradicionales, como las migas cortijeras, las gachas, la olla de trigo, la fritá de conejo o las típicas patatas boca abajo. Los embutidos y el jamón goza de fama en pueblos como Serón, que celebra su Feria en julio, con un Concurso Nacional de Cortadores de Jamón. Y en verano, se sirven recetas más refrescantes, como el gazpacho con miel, gazpacho de pepino y cebolla. La parte dulce tiene también buena representación con postres como la leche frita, el pan de higos, el cuajao de almendras, los soplillos, los mantecados de miel y muchos otros dulces con almendras.