El alto contenido en azúcares y la frecuencia con la que se toman en verano, hace de los refrescos productos con los que hay que tener cuidado, en primer lugar porque aportan importantes dosis de calorías vacias y los carbínicos además hinchan.
Por si fuera poco, la revista Circulation, de la American Health Association, ha publicado un estudio con datos obtenidos desde 1998 a 2001, dentro del Framingham Heart Study, en el que se muestra como las personas de mediana edad que consumían una o más bebidas refrescantes al día presentaban un 44% más de posibilidades de desarrollar una serie de síntomas que en conjunto aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, pero que ya en sí mismas son para tener cuidado: obesidad, aumento de triglicéridos en sangre, descenso del nivel de colesterol bueno, incremento excesivo del azúcar en sangre, elevación de la presión sanguínea. El estudio ha tenido en cuenta bebidas refrescantes, sean éstas light o normales.
Fotografía: Sergis blog