Enofusión, la denominada «isla del vino» de Madrid Fusión 2012, celebra su segunda edición asentando una fórmula que ya le fué muy bien en la pasada edición y que continúa su andadura entre catas, mesas redondas y maridajes.
La sesión comenzó muy pronto con una interesante charla entre blogueros y expertos en redes sociales sobre el efecto de las nuevas tecnologías en el mundo del vino, en la que Raquel Pardo, periodista especializada en vitivinicultura y bloguera, además de los consultores Álvaro Cerrada, de Yalocatoyo; Luz Divina Merchán y José Ramón Martín de Quelujo y Joaquín Parra, de Wine-up coincidieron en que las bodegas deben concienciarse de la importancia de la red y saber que existen formas de medir su impacto social, con herramientas de comunicación que han revolucionado el mundo del vino, y apostaron por un mayor acercamiento entre las bodegas y el consumidor final, especialmente el más joven, a través de Internet. Todos ellos criticaron además que las bodegas crean una web pero olvidan en muchos casos que deben alimentarla y renovarla constantemente, ya que las redes sociales han democratizado el acceso de todos a la información y la actualidad manda en los medios digitales.
Justo después, la primera cata de Enofusión tenía como título «De Padres a Hijos», y en ella Marisol Bueno y su hija Vicky Maresque Bueno, de Pazo de Señoráns; Fernando Remírez de Ganuza y su hija Cristina; y René Barbier, padre e hijo, presentaron algunos de sus vinos e hicieron hincapié en que «no es necesario matar al padre para hacer bien las cosas en el mundo del vino». Todos ellos apostaron por la continuidad generacional y resaltaron la importancia que tiene ésta en bodegas como las que representan, en una cata que aportó algunos consejos y ejemplos prácticos sobre cómo llevar a buen puerto este tipo de procesos, que a veces resultan complicados para ambas generaciones.
«Entre damas anda el vino» fue el título de la segunda cata que congregó a Mayte Esteve, de Marqués de Gélida en Sant Sadurní d’Anoia; Susana López Mendiondo, directora técnica del grupo Pago del Vicario en Ciudad Real; y Rosalía Molina, de la Bodega Alto Landón en Landete (Cuenca). Todas ellas reivindicaron el papel de la mujer en el sector, un rol que consideran cada vez más importante y creciente.
También disfrutamos de una cata vertical de Viña Pomal en la que pudieron degustarse añadas como 1955 o la mítica 1982 junto a muestras de barrica de 2010, tras la cuál Juan Manuel Bellver entrevistó al enólogo francés Nicolas Joly, padre de la biodinámica moderna, mientras que se pudieron degustar hasta once vinos, algunos de la talla de Corullón, de la D.O. Bierzo, o El Patio, un atrevido airén con crianza elaborado en la localidad conquense de Mota del Cuervo.
A media tarde Manuel Louzada, director técnico del grupo Louis Vuitton Moët Chandon, ofreció una cata de sus vinos de Toro Numanthia y Thermantia, dos magníficos vinos que se salen de la filosofía del grupo de vinos en el Nuevo Mundo, en un evento que merece un artículo propio que próximamente os ofreceremos.
La cata final la protagonizaron Luis Hurtado de Amézaga, de Marqués de Riscal, y Danielle Rolland, del grupo Rolland, donde se cataron grandes vinos de ambas empresas bajo la dirección de la enóloga Isabel Mijares, poniendo así un broche final de lujo para una jornada que demostró que tenemos Enofusión para rato.
Hoy miércoles, seguimos con un frenético y variado programa del que os daremos buena cuenta muy pronto aquí, en Con Mucha Gula.
