Hablamos en Con Mucha Gula con frecuencia de las compensaciones entre elementos dentro de un restaurante: la sala, el servicio, la comida, la presentación, la decoración o la comodidad de las sillas. El restaurante perfecto sería el que tiene un diez en todos esos elementos, pero rara vez sucede así; de hecho, ni siquiera es habitual un cierto equilibrio. El restaurante que nos ocupa no es una excepción, y su comedor, situado en la planta 33 de la torre Espacio, lo que le convierte en el más alto de España, es por sí solo una razón para visitarlo. Además, no hay ningún cartel que indique su presencia, ni tampoco lo hemos visto publicitado, por lo que es una opción a tener en cuenta para sorprender al organizar una comida de empresa o, incluso, para una velada romántica «de altura».
Nombre: Espacio 33
Dirección: Paseo de la Catellana nº 259 D – Planta 33
Teléfono: 91 427 68 91
Página Web: www.espacio33.es
Tipo de cocina: Tradicional reinterpretada
Entorno: Espaciosa sala con ventanales, desde donde se puede ver el norte de Madrid casi como si se estuviera en un avión… aterrizando.
Servicio: Atento, correcto, amable y muy profesional, liderado por Manuel López.
Accesibilidad: Buena.
Ambiente: Ejecutivos y pequeños grupos que quieren hacer de la comida una experiencia
Aparcacoches: No. Es complicado aparcar en la zona, parking subterráneo de La Paz cerca.
Precio: Medio
Fecha visita: Cena, 31 de enero de 2012
Cocina:
Comenzamos con un plato que nos choca debido al entorno: Migas con Tocineta, sardinas agridulces y uvas caramelizadas (17 euros), bien preparadas, jugosas y algo agridulces, un plato excelente y sorprendente.
Continuamos con una Tarrina de foie casera con chutney de Ruibarbo y mermelada de zanahoria (22 euros), un plato bien presentado pero algo duro el foie y quizá demasiado ácido el ruibarbo.
Probamos justo después la Zarzuela de rape y Bogavante al aceite de naranja (22 euros), buena intensidad de sabor, aunque le falta un poco de textura, es un plato clásico. Excelente el Steak Tartare (28 euros), especialidad de la casa que pedimos nos sirvan en media ración. Mal hecho por nuestra parte, ya que va condimentado de más porque al reducir la cantidad de carne es dificil cuadrar la condimentación..Así y todo lo mejor del menú, en mi opinión: la carne bien cortada, en su punto de maduración, bien aderezada…
La cocina dulce, desgraciadamente, no está al nivel del resto del menú: primeramente probamos la Torrija de pan de especias y melocotón (8 euros), con demasiados elementos en el plato para tan poco sabor y, finalmente, «Chocolates» (8 euros), una variedad de cremas y mousses de chocolates con diferentes niveles de cacao, todos ellos juntos y «revueltos» sin fundamento ninguno y, lo que es aún peor, sin poder identificar matices de sabor.
Con el menú nos ofrecen dos vinos distintos: el primero un blanco Chardonnay Dehesa de Carrizales, fresco y adecuado para los platos iniciales, y un tinto para las carnes, Tinto Figuero. Se ofrecen también diferentes panes de nivel medio.
Observaciones:
Al resturante sólo se puede acceder previa reserva, ya que piden el DNI para entrar en la planta baja por cuestiones de seguridad. Además, Espacio 33 dispone de varios reservados que pueden utilizarse sin cargo adicional para grupos a partir de ocho personas, gozando de una total privacidad.
El restaurante dispone de un buen carro de quesos internacionales, que merece la pena probar, con variedades tan apetecibles como el queso Gomero Ahumado con Virutas de Jara, Mont-Dor envuelto en Corteza de Abeto, Muster Clasico De Alsacia, Pastura De Pascualete (Trujillo), Payoyo de Cádiz o un Tomme Du Fedou francés. El jefe de sala, amante de los quesos, es un buen aliado si optamos por ellos para terminar el menú.
Calificación:
La curiosidad de conocer Espacio 33 tiene los clientes asegurados en una primera visita. Regresar es posible, si se quiere enseñar el lugar a alguien, pero hacerlo habitualmente pasa necesariamente por mejorar la cocina, sobre todo la parte dulce y algunas de las combinaciones, especialmente las de texturas, pues los fondos y las salsas resultan correctos.
No es un caso frecuente, pero en Espacio 33 tiene mayor nivel el servicio de sala y el espacio que lo que se pone en el plato, algo que quizá sea normal porque el restaurante está en rodaje. Aún así, su privilegiada ubicación y la curiosidad de adentrarse en los entresijos de la Torre Espacio, una auténtica ciudad en forma de edificio, hacen que merezca la pena conocer este establecimiento.