Felices sin comer perdices

Tras la introducción, las autoras desglosan el libro en diez capítulos, desde cómo ser vegetariano: definición, tipos y motivaciones, una breve historia del vegetarianismo, los conceptos básicos sobre nutrición en la infancia y la adolescencia, etapas de crecimiento del niño y alimentación: del embarazo a la adolescencia. Le sigue un capítulo que habla sobre los posibles déficits nutricionales del niño y el adolescente, cuáles son los que consideran nutrientes esenciales, qué ventajas tiene este tipo de alimentación y cuestiones que normalmente se preguntan los padres.

Si vamos al capítulo 7, en el que nos indican los nutrientes esenciales, los marcan por grupos: Legumbres, cereales, Verduras y hortalizas, frutas, frutos secos y semillas, leche y derivados lácteos, huevos… y los que consideran claves: proteínas, que para un vegetariano se sacan principalmente de la combinación de legumbres y cereales; también ácidos grasos, omega-3, vitamina D, vitamina B12, Calcio, hierro, cinc. Y vamos a las ventajas, capítulo 8: menos obesidad, menos hipertensión arterial, menos cáncer, menos diabetes, menos demencia y menos casi de cualquier enfermedad…

Este libro esta recomendado  para quienes hayan tomado la decisión de que sus hijos sean vegetarianos y con él tengan algunas instrucciones que les puedan resultar aclaratorias. Sin embargo es imprescindible, antes de poner en práctica la dieta vegetariana en los más pequeños, hablar con su pediatra o su especialista en nutrición. No es una decisión que se deba tomar a la ligera, especialmente cuando hablamos de niños que están en pleno crecimiento.