Los vinateros borgoñones han acusado al BIVB (Bureau Interprofessionel des Vins de Bourgogne), máximo órgano representativo de los vinos de esta zona, en una dura nota de prensa, de haber trabajado en contra de los intereses de sus socios. La acusación se centra en la estrecha cooperación que ha mantenido este órgano con Beaujolais sin poner límites a la plantación y al etiquetado.
El foco del problema se centra en que sus vecinos de Beaujolais están cultivando mas cantidades de la uva Chardonnay, característica de la Borgoña, a la vez que se permite en el etiquetado de los vinos obtenidos de aquellas el uso de la denominación Borgoña Blanco (Bourgogne Blanc).
«Beaujolais ha comenzado a plantar más y más Chardonnay, lo que no sería un problema si el vino se llamara Beaujolais Blanc«, dice Guillaume Willette, Director de la CAVB (Confédération des Appellations et Vignerons de Bourgogne). «Sin embargo, los productores de Beaujolais han comenzado a llamarlo Bourgogne Blanc. Esto, unido al incremento de producción de la zona, resultará perjudicial para la Borgoña… La crisis económica ha animado a los productores a plantar más y más «: 200 hectáreas este año.
Se solicita al BIVB que se revisen a la baja los permisos de plantación para ambas regiones hasta llegar a los niveles de hace siete años, incluyendo la abolición de alguna otra anomalía, como el llamar Borgoña tinto (Bourgogne Rouge) a los vinos procedentes de los 10 Beaujolais village ‘crus’.
Mientras los franceses se aclaran en sus peleas intestinas, atentos los consumidores españoles, a ver si lo que compramos es un Cote D’or o un Beaujolais.
Fuente: decanter.com