«Es alucinante, es un sueño cumplido. Soy la persona más feliz del mundo y no tengo palabras para agradecer a ‘MasterChef’ el permitirme disfrutar de esta experiencia mágica» afirmaba Guillem, ganador de la novena edición de «Master Chef Junior«, visiblemente emocionado y muy sonriente tras recibir el mejor regalo de reyes posible: la chaquetilla de chef que «no piensa quitarse para nada«.
Guillem celebrando su victoria con sus compañeras y familiares. Guillem fue el primero de los cuatro aspirantes a la final en conseguir la chaquetilla. La prueba consistió en un «sigue al chef» de vértigo con Martín Berasategui, en el que Olivia, Carla, Ariel y Guillem tuvieron que repicar uno de los postres del chef. Carla, la segunda finalista, consiguió su chaquetilla en el último cocinado en exteriores en Cadaqués.
Una vez en la final, ambos aspirantes se decantaron por dos menús que hacían un guiño a sus respectivas tierras y recuerdos en familia. Guillem sorprendió en la cata desde el entrante gracias a su tartar de gamba roja con romescu de kimchi y palomitas de aguacate, cuya inspiración fueron los veranos en familia. Eneko Atxa, chef invitado con 5 Estrellas Michelin, afirmó que era un plato: «Bonito, rico, bien pensado y de territorio. Podría encontrarme este plato en un restaurante profesional«.
Carla, por su parte, comenzó con una ensalada de perdiz escabechada con espuma de vinagre balsámico al que llamó «El perdiguero» en honor a su padre. Jordi Cruz honró su trabajo asegurando que «Parece sencillo, pero no lo es. Tiene mucho mérito, está muy rico y te representa”.
Como plato principal, Guillem presentó unos exquisitos canelones de carrillera con esferas de queso de La Garrocha y ensalada de setas con aceite trufado. Mientras que Carla elaboró un arroz meloso de verduras con pulpo, mayonesa de lima y crujiente de cerveza inspirado en las vacaciones en Benidorm junto a su familia.
"Navidad" fue el plato principal presentado por Guillem. Por último, Guillem se lanzó con un postre muy de su tierra: crema catalana con helado de avellanas, bizcocho de sifón y tierra de carquiñolis. La combinación de texturas dejó anonadado a Jordi Cruz: «Es una combinación bestial». Carla se decantó por un postre típico de su pueblo, Carrizosa: árbol con ganache de amaretto, crema de cerezas, chocolate crujiente y algodón de azúcar; cuyo difícil emplatado cautivó a los jueces.
Pero solo podía haber un ganador y fue Guillem quien finalmente alzó el trofeo de «MasterChef Junior 9». El campeón se llevó 12.000 euros y un curso de cocina de cuatro días en el Basque Culinary Center. Además del halago de los jueces: «Tienes una personalidad y un saber hacer increíble. Has hecho un grandísimo trabajo«.
Guillem y Carla abrazados tras la prueba final. Más allá de la vertiginosa competición, Carla y Guillem sorprendieron a los espectadores con una lección de amistad. Las bonitas palabras que se dedicaron demostraban que, para los dos aspirantes, MasterChef era más que un «talent show»; MasterChef era una experiencia única en la que demostrar compañerismo y ganas de entregarse a este oficio.
