Hemos hecho un Taller de Pruebas con las hamburguesas congeladas Brooklyn Town. En cada paquete vienen dos, y hay de diferentes variedades y pesos: Premium Burger Ternera del Pirineo (Huesca) 100% Carne de vacuno del Pirineo (130 g), Deluxe Burger Wagyu, con carne de Wagyu tipo Kobe (130 gr), Classic Burguer Vacuno de raza (carne de vacuno extra, 130 g), También su versión vacuno y cerdo (70% y 30%, 80 gr); Con carne de retinto 100% (160 g) y la Black Angus USA (100% carne black angus USA, 130 g).
La cata
Las hamburguesas no presentan cristales de hielo en la carne ni sueltan agua en la descongelación o al cocinarlas congeladas. Una vez descongeladas, parecen hamburguesas típicas de carnicería: su color y aspecto es fresco y natural. Su textura es compacta pero no apelmazada y el sabor, dependiendo de las variedades, resulta muy natural. Saben a carne con más o menos sabor a grasa, pero principalmente a carne, algunas con matices lácteos e incluso con recuerdos herbáceos a campo.
Al cocinarlas
Preferimos no cocinarlas congeladas, sobre todo las variedades Premium, principalmente por los puntos de cocción, más difíciles de controlar cuando están congeladas, y las que tienen carnes más exclusivas deben tomarse menos hechas. Nosotros hemos utilizado la técnica de marcado cuando las hemos cocinado congeladas: marcadas, casi fritas por ambos lados un par de minutos a temperatura alta, y escurridas se vuelven a cocinar en sartén o plancha a baja temperatura, hasta que se terminen de cocer. Se pueden pinchar con un palillo, y si el interior no tiene resistencia sabremos que están listas. Descongeladas se deben cocinar como una hamburguesa más de carne de calidad, lo mejor sin demasiados aderezos ni salsas, ya que no los precisan, salvo un poco de sal gruesa y quizá pimienta.
Variedades para todos los gustos
La Classic Burger tradicional es en nuestra opinión la más indicada para cocinar sin descongelar, ya que la carne de cerdo le aporta más jugosidad, y cocinarla más no la va a dejar seca. Nuestra propuesta es freírla directamente en una sartén a fuego fuerte con tapa, marcarla, sacarla a un plato, retirar el aceite y volverla a cocinar a fuego lento para terminarla de hacer. La hemos utilizado como hamburguesa normal con pan, lechuga, tomate natural y queso, sin bacón porque la carne ya lleva cerdo. Nos parece una opción perfecta para niños, y también para los no tan niños….
Algunas variedades, como Deluxe Burger Wagyu o la Black Angus USA resultan excelentes cocinadas levemente a la plancha o brasa (sin panes), y acompañadas con una guarnición, casi como si fueran un filete, fácil de comer y de muy buena calidad.
Las hamburguesas de Retinto se pueden aderezar con un poco de pimentón picante, mientras que las de Vacuno del Pirineo potencian su sabor de Alta Montaña con una pizca de tomillo. También hemos hecho una prueba con la carne de vacuno extra para improvisar un steak tartar. El resultado ha sido bastante sorprendente, aunque con una textura quizá demasiado picada. Para ello hemos mezclado dos hamburguesas con una yema de huevo, salsa perrins, pimienta, sal y mostaza… y el resultado nos ha gustado bastante.
En definitiva, hamburguesas de carne y sólo carne, sin aditivos, que nos han gustado y que nos parecen una buena opción para tener siempre carne de hamburguesa en casa, y con ella poder improvisar una comida o cena.