Felizmente, comienzan a recuperar terreno perdido en las recetas de chefs y cocineros no sólo gracias a su excelente sabor, sino a sus increíbles propiedades nutricionales. Te presentamos cinco de ellas que seguro te sorprenden.
Los huevos de gallinas camperas, un alimento sanísimo de por sí, incorporan nutrientes adicionales a través de las hierbas, insectos y piedrecitas que estas aves encuentran en sus paseos al aire libre.
Es decir, además de aportar un riquísimo sabor y aroma a tus platos, los huevos camperos te garantizan un valor nutricional incomparable, muy superior al de otros alimentos. Así nos lo han explicado en Pazo de Vilane, la primera granja de huevos camperos de España –nació en 1996 en el corazón de Galicia- donde las gallinas pastan los 365 días del año.

Los huevos camperos tienen más vitaminas que muchas verduras
Concretamente, contienen vitamina A y todas las del grupo B –tiamina (B1), riboflavina (B2), niacina (B3), ácido pantoténico (B5), piridoxina (B6), biotina (B7), ácido fólico (B9) y colina-. Además, las vitaminas D, E y K también están muy presentes.
Minerales para dar y tomar
¿Sabías que la carencia de minerales puede dar lugar a enfermedades como la anemia, la osteoporosis, el bocio, la diabetes, la hipertensión arterial, la depresión o los trastornos de la tiroides? Si consumes huevos camperos a menudo podrás cubrirte frente a todas estas dolencias, pues son abundantes en calcio, hierro, yodo, zinc, fósforo, magnesio y potasio.
Asimismo, recuerda que una buena dieta abundante en minerales te protege frente a enfermedades infecciosas.

Grasas del huevo campero: sólo “de las buenas”
Mucho se ha hablado en el pasado del huevo y el colesterol, pero los recientes estudios científicos despejan dudas de una vez por todas. Lejos de elevarlo, el huevo aumenta el HDL o colesterol bueno. Además, es rico en ácidos grasos omega 3, fundamentales para el correcto funcionamiento del sistema nervioso central, evitar las trombosis o lucir una buena piel. Médicos y nutricionistas recomiendan tomar hasta uno al día.
Antioxidantes (o el elixir de la eterna juventud)
Los antioxidantes son unos compuestos que el cuerpo humano utiliza para mantener a raya a los radicales libres, las sustancias que causan la oxidación de las células, alteraciones en el ADN y el envejecimiento.
Pues bien, el huevo campero es uno de los pocos alimentos que ofrece la mayoría de estos antioxidantes de forma natural: lumicromo, lumifalvina, triptófano, tirosina, zeaxantina y luteína. Todos ellos, además de ayudar a mantener “la eterna juventud”, previenen cánceres, enfermedades de la vista y patologías como la ansiedad o la depresión.

Aminoácidos y oligoelementos: los grandes desconocidos
Los aminoácidos, como la taurina de los huevos camperos, actúan como reparadores de estructuras corporales y como neurotransmisores para transmitir la información dentro del sistema nervioso central. El selenio, por su parte, es otro de los oligoelementos presentes en el huevo y de los mejores aliados contra el envejecimiento celular, las enfermedades infecciosas y las cardiopatías.
Como ves, el huevo campero guarda muchos (y agradables) secretos nutricionales. Ahora que los conoces, ¿a qué esperas para aprovechar este regalo de la naturaleza?