La terraza de Iroco es una de las más glamurosas de la capital. Lo tiene todo: frondosidad, calma, elegancia… Pero lo mejor es su eficiente servicio y su cocina de mercado, con una buena representación de productos de Madrid.
Nombre: Iroco
Dirección: Velazquez nº 18 – Madrid
Teléfono: 91 431 73 81
Página Web: www.restauranteiroco.es
Tipo de cocina: Cocina de mercado imaginativa
Entorno: Barra en la entrada, con mesas para tapear, comedor amplio y acogedor y, al fondo, la terraza
Servicio: Atento y eficaz, liderado por la directora del restaurante, Carmen González
Accesibilidad: Hay dos escalones en la entrada, únicamente
Ambiente: A mediodía ejecutivos y personas que trabajan por la zona, en las cenas parejas y familias, ambiente agradable.
Aparcacoches: No, aunque hay parking en la puerta.
Precio: Buena relación calidad-precio, el promedio es de 35 a 45 €
Fecha visita: Almuerzo, martes 26 de junio de 2012
Cocina:
Comenzamos con unas cervezas, pruebo la madrileña Cibeles, de entrada fácil y muy aromática. Continuamos con un aperitivo basado en Boquerón y patatas, estas últimas las fríen en el propio restaurante y tienen un sabor muy natural.
Probamos a continuación la Tempura de esparragos de Cienpozuelos, chantarella y huevo (16 euros), bien conseguidas las texturas, así como la tempura, pero algo soso de punto.
Seguimos con unos Nachos de atún, excelente la combinación de las texturas, muy fresco el tomate y con mucho sabor el aguacate. Los nachos, perfectos, salvo por su frágil resistencia, que imposibilita tomar el bocado con las manos, aunque exquisito el conjunto. Probamos ahora la Hamburguesa de ternera con queso de oveja: la carne, de calidad, (es de la sierra de Guadarrama), aunque el pan, que se presenta como tosta, resulta algo duro y la guarnición es muy equilibrada.
Seguidamente llega el Cebiche de rape y langostinos: pura jugosidad acidulada, excelente incluso la textura del pescado, que mantiene su volumen y resistencia. Terminamos con un Tiramisú, cuya ración es bastante grande, y al que le sobra un poco de mascarpone, en mi opinión, aunque en este sentido todo depende del gusto.
Tras la cerveza tomamos un tinto de Madrid muy adecuado para el resto de los platos.
Observaciones:
Casi imposible cenar en la terraza el fin de semana sin reservar. Buen carro de aceites y posibilidad de tomar relajadamente un cóctel tras la cena.
Calificación:
Carlos Nuñez, chef de Iroco, hace una cocina honrada basada en la calidad del producto y en presentaciones que no lo enmascaran. Su gran éxito es ser capaz de ofrecer cientos de servicios sin que se resienta el plato. Magnífica la idea de apostar por un menu madrileño y la de poder tomar medias raciones para hacer cenas pica-pica.
Un lugar agradable con un buen estandar de calidad y un servicio eficaz, sin olvidar la amplitud de horarios y amplia cóctelería, muy cercano a las nuevas tendencias que solicitan los comensales urbanos.