Jabugo, la patria del jamón

La sierra de Aracena, en Huelva, fascina los sentidos porque cuenta con una naturaleza exuberante, peculiar y de un gran valor paisajístico; posee pueblos con monumentos bonitos y con mucha historia y, por supuesto, allí se disfruta de una gastronomía sabrosa y de calidad.

Joaquín del Palacio04/01/2016

Castillo de AracenaAl norte de la provincia de Huelva está la sierra de Aracena, un territorio en el que se puede disfrutar de actividades muy diversas, desde recorrer la naturaleza a través de rutas de senderismo, que en algunos casos unen pueblos preciosos pasando por bosques y dehesas, hasta visitar los secaderos, las tiendas o los restaurantes, en los que se come muy bien. La tierra onubense es un verdadero paraíso repleto de maravillas naturales, una historia singular que se siente al pasear por sus pueblos y una gastronomía con una excelente calidad, un territorio en el que también encanta su gente, agradable y hospitalaria.

Una geología muy rica

Gruta de las Maravillas. AracenaEl Parque Natural de la Sierra de Aracena y los Picos de Aroche, que forma parte del extremo occidental de Sierra Morena, es una sierra con una geología muy interesante y diversa. Desde tiempos inmemoriales diferentes civilizaciones han conocido las virtudes de esta tierra y han buscado minerales por la gran riqueza minera existente. Incluso se puede disfrutar de ella entrando bajo tierra.

La Gruta de las Maravillas es el corazón hueco del cerro del castillo de Aracena, y se trata de una cueva muy especial porque está formada por roca caliza y mármol. Sus salas, las formaciones y los lagos forman un conjunto acorde a su nombre. Además, junto a la entrada de la gruta está el Museo Geológico Minero.

Producto de cercaníaEl tío Blas, un pastor que buscaba su carnero perdido, descubrió esta cavidad a finales del siglo XIX y por lo que vio dentro pensó que era un pozo de nieve (nombre de la calle en que se encuentra). En 1914 se convirtió en la primera cueva abierta al turismo en Europa, y en algo más de un siglo la han visitado miles de personas, jefes de estado, personalidades y artistas. Alfonso XIII estuvo allí en 1915 y repitió en 1929. Por su encanto e imágenes de otro mundo, incluso ha sido escenario de algunas películas, como Viaje al centro de la Tierra o Las minas del rey Salomón.

Esta exuberancia geológica onubense da forma a montañas y relieves, creando unos paisajes que son el entorno perfecto para una biodiversidad que genera bosques mágicos y da origen a un aprovechamiento agropecuario que es ejemplo de sostenibilidad en el mundo: la dehesa.

Bosques mágicos

La situación de esta sierra en el suroeste de la península Ibérica hace que la entrada de borrascas procedentes del Atlántico hallen en este relieve el primer obstáculo, provocando muchas precipitaciones. Se acumula tanta humedad en estos bosques que es fácil ver cómo se forman las nubes cuando los primeros rayos de sol calientan las laderas… Aunque brilla mucho el sol en verano, las temperaturas no son muy cálidas y, a pesar de ser sierra, los inviernos tampoco son demasiado fríos.

La montanera en la dehesaEstas características geográficas originaron unos bosques de flora muy diversa y algunos detalles que les hacen únicos, como el caso de encontrar castaños centenarios, que fueron traídos del norte, de climas más fríos y húmedos, junto a encinas o alcornoques, que resisten las altas temperaturas y las sequías. Estas especies tan diferentes componen una espesura misteriosa que da gusto ver en cualquier época del año, pero sobre todo en primavera y otoño parecen postales.

Una ruta sencilla de 5 km. va desde Aracena a Linares de la Sierra y recorre estas arboledas desde dentro. Es sensacional caminar por ella. Al finalizarla hay una buena mesa de avituallamiento en el restaurante Arrieros, en Linares de la Sierra. Sus dueños, Luismi y Adela, miman las viandas y hacen que el cliente se sienta a gusto. Ofrecen buen producto de cercanía, manejado con habilidad, y le dan el punto clave en la cocina, consiguiendo buenos platos y ricos sabores que acompañan con buen vino, fundamental para comer bien.

La dehesa, cuna del ibérico

Es un animal felizEsa misma magia forestal es la que propició que desde hace muchos siglos se practicaran labores de aclareo de este frondoso bosque para sacarle más provecho, manteniendo el ecosistema natural. En la península Ibérica existen 500.000 Ha de dehesa, el sistema agropecuario menos contaminante y más sostenible del mundo y lo es, fundamentalmente, por su biodiversidad y porque al ser abandonada recupera en pocos años el mismo aspecto frondoso natural que tuvo. Es, además, el entorno del cerdo ibérico y el único lugar en el que se puede criar casi en libertad y alimentarse durante la montanera (época en que cae la bellota madura: de noviembre a enero) de ese virtuoso fruto. Este alimento enriquece su carne, provocando que el tocino entreverado en sus músculos esté compuesto por grasas que aumentan el colesterol bueno, siendo saludables y muy ricos al paladar. Los cerdos son como «olivos con patas».

Pasear por una dehesa y ver los cerdos ibéricos es una experiencia que hay que conocer al menos una vez en la vida, y más si a uno le gusta el jamón ibérico de bellota. En la Finca Montefrío, en Cortegana, se puede disfrutar de esta experiencia porque cuentan con cuatro casas de campo en la dehesa para conocer, gracias a las explicaciones de Armando, la explotación y los cochinos y probar sus jamones.

Secadero de jamonesPor si apetece continuar tomando los productos ibéricos más auténticos, está muy cerca el mesón Los Canastos, en El Repilado. Buenos embutidos, la caza, las setas más frescas y, en general, todo el producto que procede del cerdo ibérico son los mejores platos del mesón. Sirven un vino de la tierra que procede de los viñedos de Almonaster la Real, un vino agradable y rico que va perfecto con los ibéricos.
La pieza estrella del cerdo es el jamón y también la paleta, pero aún existe bastante confusión entre los consumidores para diferenciar las calidades de los jamones: que si es de cebo, de bellota, ibérico 100%, etc. Esto va a desaparecer en breve, al menos aquí. Este jamón ibérico de bellota en poco tiempo va a ser conocido por la Denominación de Origen Protegida Jabugo, una apuesta por la calidad para que nadie dude de que un jamón bajo esta denominación siempre será un producto de máxima calidad, o sea: jamón ibérico de bellota.

Vestigios de una interesante historia

Calle Barco en JabugoEn medio de estos bosques compuestos de muchos verdes surgen pueblos blancos que tienen preciosos rincones y muchos edificios históricos que merecen ser conocidos. Hace muchos siglos la cercanía a La Raya, la frontera con Portugal, no era un territorio tranquilo. Durante el siglo XIII hubo muchas refriegas, debido a que el rey de Portugal, Sancho II, quería unir estas sierras al alto Algarve y el castellano, Sancho IV, tuvo que fortificar los pueblos. El castillo de Cortegana, que domina imponentemente desde lo alto un amplio horizonte, es uno de los ejemplos, pero los de Aracena, Aroche o Encinasola son parte de los once más dos fuertes que componen un conjunto que es Patrimonio Cultural Europeo y que se disfruta recorriendo la Ruta de los Castillos.

Durante la Reconquista también cambiaron las mezquitas por iglesias, y en algunas, como la de Almonaster la Real, se aprecia perfectamente el templo islámico y, además, es un edificio que tiene mucha actividad: en octubre se celebran allí las Jornadas de Cultura Islámica.

Algunos pueblos tienen tanto encanto que recorrerlos es como vivir un documental. Castaño de Robledo o Linares de la Sierra son pequeñas poblaciones con rincones, lavaderos, placitas, calles empedradas… En fin, tienen el encanto de los pequeños pueblos. Además algunos tienen buena restauración, el restaurante Maricastaña, en Castaño de Robledo, que sirve en la mesa buenos productos ibéricos, de la huerta y del campo, y un pan muy rico. Cocinan buenos platos en general y sus especialidades son las ensaladas, las carnes y los arroces.

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