Durante el mes de Febrero, la ribera vallisoletana del Duero rinde especial homenaje a uno de sus productos estrella: el lechazo. Esta carne tierna y deliciosa del cordero lechal es la protagonista de las III Jornadas del Lechazo de la Ribera del Duero, en las que participan un total de 11 restaurantes y 10 bares:
- En Peñafiel: Restaurante Molino de Palacios, Asados Don José, El Lagar de San Vicente, Asados Mauro, Alabrasa Restaurante, Hotel AF Pesquera y Restaurante Chicopa.
- En Castrillo de Duero: Restaurante Cepa 21.
- En Curiel de Duero: Residencia Real Castillo de Curiel.
- En Pesquera de Duero: La Posada de Pesqeura – Rte. El Ambigú.
- En Valbuena de Duero: Restaurante de Duero.
Estos establecimientos ofrecen todos los fines de semana del mes de febrero un menú cerrado, con entrantes, plato principal (lechazo asado, chuletillas o guiso) con postre y bebidas, incluido vino de la Denominación de Origen Ribera del Duero, por supuesto, por un precio de 32 euros. Han mantenido el precio desde su primera edición.
Además, el lechazo se podrá degustar en forma de tapa en cualquiera de los 10 bares participantes que han preparado pinchos originales como una fajita de lechazo con humus o deliciosas croquetas. El precio de la tapa, acompañado de una copa de vino joven de la Denominación de Origen Ribera del Duero, es de 2,50 euros.
La receta de un buen asado parece sencilla, según nos lo cuenta Fernando Díez Román, dueño y cocinero del restaurante El Ambigú, en la Posada de Pesquera de Duero «lo primordial es un buen producto, un lechazo solo se ha alimentado de leche de la oveja, pesa entre 5 y 8 kilos, y hay que asarlo en horno de leña. Nosotros solo le ponemos agua y sal. Nada más. Y lo dejamos una hora y media por cada lado. Así está tierno y exquisito«. El menú que propone El Ambigú se compone de entrantes con lechazo, como las croquetas, asadurilla o pimientos rellenos, aunque también ofrecen otros para que no todo sea lechazo. El plato fuerte es el asado, las chuletillas a la brasa o una caldereta, un guiso de lechazo. Todo se acompaña de pan, vinos de la zona (u otras bebidas), y postre casero, donde no faltan las natillas o el arroz con leche.
Estas jornadas gastronómicas se completan con algunas actividades especiales en el Museo Provincial del Vino, en el castillo de Peñafiel y otros museos que organizan los fines de semana visitas guiadas muy didácticas y divertidas. Por cierto, las fotografías de recuerdo que hagas puedes enviarlas al concurso que convocan los organizadores de las Jornadas del Lechazo Ribera del Duero y conseguir un lote de productos.