Prizren vista de toda la ciudad

Kosovo, el país más joven de los balcanes, un destino turístico sorprendente

Está lleno de vida y de jóvenes que disfrutan a diario de su gastronomía y del bullicio de las principales ciudades.

Romina Álvarez Troncoso04/10/2018

Kosovo es un pequeño territorio, no muy poblado, con reconocimiento internacional limitado como país, que se encuentra situado en una de las zonas más bellas de la península balcánica. Kosovo se convirtió en nación independiente cuando su parlamento declaró la independencia de Serbia el 17 de febrero de 2008. A pesar de los conflictos bélicos que durante años han afectado al país, hoy en día, 20 años después de todo éso, se ha convertido en un lugar tranquilo y seguro del mundo, con un paisaje montañoso y rural que cautiva y con una población numerosa y muy joven, llena de nuevos proyectos en la capital. Geográficamente limita con Montenegro, Serbia, Albania y Macedonia y tiene su capital en la ciudad de Pristina.

Imagen general de la ciudad de Pristina

La capital es una ciudad pequeña, con ambiente universitario, de casi 200.000 habitantes, ubicada entre colinas. Sus calles están repletas de estudiantes y familias jóvenes con niños mayoritariamente, que atraviesan, a cualquier hora del día, las calles peatonales que cruzan la ciudad para ir de la parte más antigua y llena de mezquitas y minaretes, a la parte más moderna y que está en continua expansión, donde se puede beber, comer, hacer negocios y disfrutar de la compañía de los amigos.

En el centro de la ciudad se pueden visitar algunos monumentos y museos como la Biblioteca Nacional, Monumento Newborn, Torre del reloj, Catedral Ortodoxa Cristo el Salvador, estatua de Bill Clinton, Mezquita Fatih o la Catedral de la Santa Madre Teresa.

Además, la ciudad invita, tanto en verano como en invierno, a pasear y a tomar algo en una terraza, a salir a comer y cenar y visitar las tiendas tradicionales en las calles más recónditas de la ciudad, donde se pueden adquirir especias, verduras frescas de gran sabor y todo tipo de condimentos para preparar la comida tradicional kosovar.

Pescado al horno con espinacas, en Liburnia

Existen lugares muy interesantes en la ciudad donde te reciben en la puerta con una amplia sonrisa y te invitan a probar comida tradicional, como el restaurante Liburnia (Meto Bajraktari, Pristina), ubicado en una calle tranquila y que está decorado con muebles rústicos y donde se puede comer o cenar en un ambiente tranquilo y acogedor, con terraza y reservados, y con música tradicional de la región en directo algunos días.

Aperitivos tradicionales

Allí es posible degustar los entrantes típicos de la comida kosovar, que incluyen una pasta de pimientos, quesos variados y ensaladas refrescantes, así como platos de pescado y carnes especiadas tradicionales.

También es posible probar un menú tradicional completo en el restaurante familiar Tiffany (Rr. Enver Zymberi, nr.55, 10000 Pristina) con un horno tradicional en el local y donde los dueños te sugieren cuáles de sus platos probar, como el Sarma, hecho con hojas de vid y relleno de carne y verduras, Balkan salat: ensalada de lechuga, cebolla, aceitunas negras y un queso salado tipo feta y diferentes platos de carne, como Elbasan o una especie de dumpling como los Manti.

Pan recién elaborado

Si lo que se quiere es probar un delicioso pollo en su jugo y con todo el sabor de su carne, es necesario visitar el muy concurrido restaurante muy cerca del paseo principal Pishat (Qamil Hoxha, 11, 10000 Pristina). En un ambiente internacional y distendido, con camareros ágiles, es posible disfrutar de la comida tradicional en un ambiente más moderno.

Existen otro tipo de restaurantes interesantes en la capital donde degustar platos de pescado fresco, por ejemplo en N’peshk tek Qafa (Rr.Josip Rela nr.3, 10000 Pristina) y que ofrece platos que incluyen sopas, mariscos y pescados a la plancha con todo el sabor a mar, que llegan de Montenegro o Albania.

Además, si lo que se quiere es salir de picoteo y de cervezas por la ciudad, hay numerosos y concurridos locales que tienen música y terraza para verano, donde disfrutar de las cervezas locales Pristina y Peja, y donde poder tapear pequeñas raciones más internacionales, como aros de cebolla, fingers de pollo, ensaladas, patatas, etc. con música en directo en algunas ocasiones en locales como el Soma Book Station (Fazli Grajqevci, 10000 Pristina) donde, además, se pueden adquirir libros y disfrutarlos mientras se escucha un concierto de jazz o se cena, y el Dit’ e Nat’ (Rr. Fazli Grajqevci, 10000 Pristina), donde disfrutar del gran espacio y de sus terrazas, tanto en verano como en invierno.

Nacimiento del río Istog

Alejándonos de la capital, existen otros sitios muy interesantes donde disfrutar de la naturaleza y de los productos frescos de la región, como pueden ser el restaurante Trofta – Istog (RRUGA Bajram Gashi, 31000 Istog), donde es posible degustar trucha fresca frita, ensaladas variadas y adquirir, a la entrada del restaurante, trucha ahumada para llevar a casa. Si lo que se quiere es comer con vistas a un bonito paisaje, es posible hacerlo casi en la frontera con Albania, a orillas del río Drini i Bardhë, en el restaurante Iliria (Vermicë, 20000 Prizren) y comer pescados o carnes al estilo tradicional o celebrar grandes eventos.

 

Prizren vista de toda la ciudadMuy cerca de esta zona, en la antigua ciudad de Prizren, además de las recomendadas visitas culturales a las ruinas de la fortaleza y los puentes sobre el río Bistrica, es posible también disfrutar en numerosos puestos callejeros y pequeños y humildes restaurantes de otro tipo de gastronomía, también tradicional, más basada en platos típicos procedentes del imperio otomano, como Kebab, tanto filetes de carne de pollo o cordero servida en pan de pita con ensalada como diferentes tipos de salchichas (cevapcici) o rollos de carne (raznjici), servidos con verduras asadas como el pimiento, calabacín, o ensaladas con pepino, tomates y cebollas, aderezados con quesos locales rallados y beber el tradicional yogurt de leche con sal, ajron.

Cevapcici

En definitiva, Kosovo es un país por descubrir, que cuenta con numerosos y bien conservados parques nacionales de montaña, largos ríos con puentes históricos, además de bosques de hayas, llanuras inmensas de cereales, montaña donde escalar o esquiar y ciudades modernas donde poder disfrutar de la gastronomía y del ambiente festivo de sus calles y la amabilidad y la ilusión de sus habitantes.