Con entrada independiente del hotel y una luminosa barra de bar, se llega al comedor de la última apuesta de Óscar Velasco, con una cocina que poco o nada tiene que ver con la que realiza en Santceloni, con dos estrellas de la Guía Michelin en el hotel Hesperia. Ya en La Cesta demostró su capacidad de hacer lo difícil y lo menos difícil, porque nunca diremos que hacer croquetas es fácil…
En este nuevo local, con un espacioso comedor y algunos acogedores reservados, Velasco nos propone Lata de sardinas sobre coca de hojaldre, tomate y pimiento rojo (7,25 euros) casi una golosina que no puedes parar de tomar: jugosa, suavemente salada, deliciosa. Tampoco están nada mal las Croquetas de jamón al estilo de la abuela María Luisa (6 piezas 9 euros), son redonditas, medianas, crujientes en su cobertura, nada grasas y en su interior cremosas y con mucho sabor, en resumen: riquísimas.
Su fama la precede: la Tortilla de patatas y cebolla con huevos de corral (13,75 euros) de la Atrevida se ha convertido en objeto de deseo, y cotilleo si me apuran, porque muchos hablan de ella y, claro, cuando la pruebas sabes por qué. Está muy jugosa, sin llegar a la exageración de la de Betanzos, la cebolla aún permanece y se agradece el exterior, suavemente cuajado: buenísima.
Seguimos con los Raviolis rellenos de mejillones al Jerez (12,75 euros), los raviolis son una fijación de Velasco, quizá de la época de Santi Santamaría, el caso es que estando buenos, estos en concreto no conforman el plato más destacado de los que probamos de la carta. Le sigue la Sopa de jarrete de ternera con fideos chinos (11,40 euros). El Jarrete es uno de esos platos que el cocinero sublima, aquí nos lo ofrece en sopa y le estamos agradecidos: está muy buena, es reconfortante pero a la vez muy limpia, un plato que visualmente es asiático pero, en sabor, profundamente tradicional.
De platos principales probamos el Salmón con jugo de marisco y verduras (14 euros), donde el pescado resulta jugoso e intenso y el resto muy integrado, es casi un guiso marinero, elegante. Terminamos con la Costilla de cerdo asada a baja temperatura con salsa barbacoa (16,75 euros), una concesión a la cocina más contundente resuelta con solvencia.
Los postres son una debilidad para Velasco (cuya esposa es la responsable de la cocina dulce de Santceloni), y La Atrevida cuenta con algunos muy relevantes. Entre ellos probamos la Tarta de queso, sencillamente imprescindible (6,50 euros), pero hay muchos más: desde el Plátano al horno al Brownie de chocolate o el Bizcocho de aceite de oliva, además de fruta fresca.
La carta de vinos es correcta, a precios ajustados con al menos cuatro vinos por copas. El servicio de sala se encuentra al límite en relación con la calidad del resto.
En definitiva, un restaurante muy recomendable para disfrutar de una cocina informal pero muy bien hecha, quien sabe hacerlo bien no sabe hacerlo mal y, si la calidad se mantiene, el restaurante seguro que será un éxito total. Aconsejo encarecidamente compartir los platos y hacer un almuerzo o cena de tapeo. El restaurante es accesible y se puede comer bien por 25-30 euros.
La Atrevida
Lagasca, 64. Madrid.
Teléfono 913 48 61 88