La Boella restaurante, calidad y esmero

Eva Celada23/02/2010

El restaurante La Boella presenta una decoración muy cuidada y ofrece una cocina de producto y temporada bien elaborada por su chef Manuel RamírezSituado en un lugar estratégico en la Autovía Reus-Tarragona y en el hotel del mismo nombre, este restaurante con una decoración muy cuidada elabora una cocina de producto y temporada bien presentada y elaborada por su chef Manuel Ramírez. Las cenas en verano se hacen en el bello jardín del complejo, que merece la pena conocer, pués no es el típico restaurante adosado a un hotel, más bien se podría decir que el hotel llegó después del restaurante. Además dispone de una tienda y zona de catas donde se puede adquirir el magnífico aceite que se elabora, en especial el premium y el de arbequina.

Nombre: La Boella
Dirección: Autovia Reus-Tarragona (t-11), Km. 12 – 43110 La Canonja (Tarragona)
Teléfono: 977 77 49 93
Página Web: www.laboella.com
Tipo de cocina: Cocina de mercado creativa
Entorno: El restaurante esta en el primer piso, la decoración es elegante con toques barrocos
Servicio: Muy correcto y amable
Accesibilidad: Buena
Ambiente: Parejas, grupos y familias de clase media alta de la zona y otros: alojados.
Aparcacoches: No, aunque sí tienen aparcamiento
Precio: 65 euros el menú degustación
Fecha visita: Cena, jueves 26 de Noviembre

Cocina:

Aceituna verde líquida de La BoellaLa cocina que se realiza en el restaurante, independiente de la que se realiza para eventos en otras salas, tiene considerable prestigio en la zona, tanto por la calidad de los productos como por su esmerada elaboración. El menú que se nos ofrece es el gastronómico, que empieza con un snack de bienvenida: Nueces de Macadamia al curry y chips de vegetales; de aperitivo, Aceituna verde líquida de la Boella, algo insípida y el Bocado de bacalao, bien presentado y de calidad. Continúan tres entrantes: Coca de ventresca de atún rojo y escalivada, espectacular; Calamar de costa con alcachofas confitadas, los calamares en su punto exacto y las alcachofas tiernas y deliciosas; el último entrante es el Gallo de pata negra del penedés con bogavante y salsa de avellanas y vino dulce: tierno, muy sabroso, en esa línea de los guisos catalanes tan ricos de mar y montaña. En este momento del menú ya sabemos que el cocinero domina la cocina de siempre y que va un poco más allá.

Granizado de menta fresca, un prepostre ideal para pasar del salado al dulceDespués llega el pescado con la Dorada salvaje con estofado de sepia y erizo de mar con judía: la dorada fantástica, es tan poco frecuente tomarla salvaje que de nuevo llega a la memoría esos sabores tradicionales. La carne llega con el Cochinillo confitado a baja temperatura y la piel crujiente, parmentier de patata y peras al vino, la parmentier causa furor entre mis acompañantes, que piden una «dosis» extra. El cochinillo está deshuesado, resultando tierno y poco graso, sin embargo la piel no esta crujiente. De prepostre nos ofrecen Gajos de naranja, granizado de menta fresca, sorbete de mandarina, espuma de lima y limón deshidratado: un soplo de aire fresco, una magnífica manera de pasar de los platos salados a los dulces. Llega el Bizcocho de aceite, helado de leche de oveja, gelatina de manzana y espuma de canela, fantastico también, sobre todo el helado: absolutamente cremoso, maravilloso.

Observaciones:

Se puede tomar menú degustación o pedir a la carta los platos de preferencia, entre los que hay carnes, pescados y sobre todo la especialidad, que bien en menú (nosotros no pudimos probarla porque no la tenían) o bien a la carta no hay que dejar de probar, se trata de la Arbosana con verduras (es el nombre de una variedad de aceite de olvia virgen). Hay diferentes tipos de pan, todos ellos buenísimos. Es conveniente llamar para reservar aunque no cierran ningún día del año, incluyendo las grandes fiestas navideñas.

Calificación:

Equipo de cocina del restaurante La Boella, capitaneado por el chef Manuel Ramírez

Aunque para muchos no es un descubrimiento, fue para el equipo de conmuchagula.com una agradable sorpresa comer en el restaurante del complejo turístico La Boella, quizá el hecho de que sus dueños también se dediquen a hacer aceite de calidad y vino, quizá la vocación del trabajo bien hecho, lo cierto es que en una zona poco frecuentada por los grandes restaurantes en éste se come realmente bien: cocina bien presentada, bien servida, con muy buen ritmo, buena calidad, cierta originalidad en los productos y presentaciones, en definitiva, un lugar al que merece la pena ir, y de paso quedarse a dormir en alguna de las 13 habitaciones de sus dos hoteles boutique.

Puntuación:

7,5/10