Lupulo

La fiebre del lúpulo

Los hay frutales, cítricos, florales, resinosos, especiados, herbales, frutas tropicales, terrosos, pino…los hay que aportan más amargor, otros más aroma. Descubre todo lo que necesitas saber sobre este ingrediente fundamental.

Dani Vilar24/09/2019

Dentro de la variedad de estilos de cerveza en el mundo artesanal, no hay duda de cuál suele ser el favorito entre los consumidores, y no es otro que las IPA’s y todas sus variedades, que tienen en común el cuidadoso tratamiento de su principal ingrediente: el lúpulo.

Las flores de la planta del lúpulo, llamadas conos o piñas, contienen en su interior unas glándulas de color amarillo llenas de una resina llamada lupulina. La lupulina aporta componentes amargos, aportados principalmente por los llamados ácidos alfa, dotando a la cerveza de su característico amargor, contribuyendo a la formación de espuma y ayudando a la conservación de la cerveza. Así, también proporciona el contrapunto adecuado al dulzor de la malta y aporta componentes aromáticos, llamados aceites esenciales, que incorporan aroma y sabor a la cerveza. Y por último, también es fuente de los taninos que contribuyen a la conservación de la cerveza. En la actualidad existen gran variedad de lúpulos con características muy diferentes, por lo que la gama de aromas y sabores es amplísima. Los hay frutales, cítricos, florales, resinosos, especiados, herbales, frutas tropicales, terrosos, pino… los hay que aportan más amargor, otros más aroma y otros que aportan las dos finalidades, influyendo la mezcla de lúpulos empleados, cantidades y momento de incorporación en la elaboración. Por todo ello, las combinaciones son infinitas y los resultados finales de las cervezas también lo son.

Las flores de la planta del lúpulo contienen unas glándulas llenas de una resina llamada lupulina

El estilo IPA (siglas de Indian Pale Ale) es una variedad de cerveza inglesa que se caracteriza por ser una ale pálida y espumosa con un alto nivel del alcohol y de lúpulo. La creación de la India Pale Ale durante la década de 1790 fue el resultado de esfuerzos de los cerveceros británicos por superar un problema difícil: a comienzos del siglo XVIII la cerveza no se conservaba bien en los largos viajes por el océano, especialmente en climas cálidos. Estos ambientes hacían que la cerveza se volviese caduca y agria. Antes de la refrigeración y de la pasteurización, las armas de los cerveceros para evitar la caducidad y tiempos largos de almacenaje eran el alcohol y el lúpulo. El alcohol proporcionaba un ambiente hostil para los microbios y el lúpulo prevenía el crecimiento de las bacterias que causaban la acidez.

Pasaron muchos años desde aquello, y  los americanos han sido los principales responsables de su expansión, perfeccionamiento y ampliación. Hoy en día no existe cervecera artesanal en el mundo que no tenga una IPA en su catálogo y siguen evolucionando hasta nuestros días con diferentes subestilos que siguen teniendo en común la fiebre por el lúpulo.

Si quieres comenzar por este maravilloso mundo de las cervezas lupuladas te recomendamos comenzar por estilos Hoppy Pils, Pale Ale, Session IPA, Neipa para ir acostumbrando poco a poco el paladar a las sensaciones de amargor y dejar para el final las West Coast IPA e Imperial IPA que suelen ser las más agresivas. Ante la duda déjate siempre aconsejar por el vendedor especializado que seguro las ha probado todas y es el más preparado para aconsejarte en lo que tú estás buscando, ya que por la etiqueta muchas veces es difícil acertar y cada uno debe disfrutar con el perfil de amargor y sabor que más le guste.

Dani Vilar es el co-Fundador de Entre Cervezas