La extensísima obra del Museo del Prado, referencia en España y uno de los museos más importante a nivel global, abarca infinidad de temas, estilos, épocas y artistas. La gastronomía no se queda fuera de las temáticas de los cientos de cuadros que contiene el museo, como no podía ser de otra forma, ya que el común denominador de la gran mayoría de los artistas es plasmar la vida en su obra, y ¿qué es la vida sin comida?
Os animamos a visitar el museo cuando las circunstancias lo permitan y os contamos cinco obras imprescindibles para disfrutar de la magnífica fusión de arte y gastronomía.
Dos viejos comiendo, de Francisco de Goya
No podríamos entender la historia del arte de nuestro país sin Francisco José de Goya y Lucientes (1746 – 1828). El pintor aragonés plasmó con personalidad la realidad de su época pintada con diferentes estilos que abarcaron el rococó, el neoclásico o el prerromanticismo, pero siempre con un característico y crudo naturalismo.
“Dos viejos comiendo” forma parte de sus “pinturas negras” y en ella podemos ver a dos ancianos frente a un plato de sopa. Dos personajes sin sexo y con aspecto demacrado frente a un mismo plato con una sola cuchara. Una obra que nos habla de la pobreza y de la miseria en la sociedad de la época reflejada a través de un plato de sopa. Sin duda el rostro sonriente y excitado del personaje que sostiene la cuchara es estremecedor.
La última cena, de Agostino Carracci.
Existen a lo largo de la historia del arte innumerables representaciones de La Última Cena, pero esta obra de Agostino Carracci (1557 -1602) contiene interesantísimos puntos diferenciadores con las demás. Uno de ellos es que podemos ver a Jesús y los demás apóstoles comiendo diferentes alimentos, no solo pan y vino como sucede en la mayoría de estas respresentaciones.
Agostino Carracci, fue un gran pintor y grabador que se movió en la transición del Manierismo al Barroco y que con su hermano Annibale fundó la Academia de los Encaminados o de los Deseosos.
El triunfo de Baco, de Diego Velázquez.
Una de las obras más populares de Velázquez es este cuadro también conocido popularmente como “Los borrachos,”. El sevillano Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (1599 – 1660) es uno de los máximos exponentes de la pintura española. Autor de clásicos de carácter universal como “Las Meninas” o “La fragua de Vulcano” pintó este cuadro poco después de su llegada a Madrid proveniente de su Sevilla natal.
En él, podemos ver al Dios Baco coronando con hojas de hiedra a uno de los personajes que lo rodean, todos en evidente estado de embriaguez. Baco, premia a los hombres ofreciéndoles el vino que les evade al menos de forma temporal de sus problemas y quehaceres diarios.
La historia de Nastagio degli Onesti, de Sandro Botticelli
Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi (1445 – 1510) y comunmente conocido como Sandro Botticelli pintó cuatro cuadros en los que representa la narración de Giovanni Boccaccio (escritor y humanista italiano) sobre la historia de Nastagio degli Onesti. En el tercer epidodio, representa una conmovedora escena de un banquete junto a un bosque de pinos, en el que vemos en el centro una mujer atacada por los perros, con un jinete a la derecha.
Como decimos, la escena es desgarradora pero a nivel gastronómico resulta interesante ver los diferentes alimentos que aparecen en la obrA, principalemtne pan, frutas y tubérculos así como la disposición en la mesa de los comensales.
Bodegón con besugos, naranjas, ajo, condimentos y utensilios de cocina, de Luis Egidio Meléndez
Imposible acabar este artículo sin incluir uno de los fantásticos bodegones que podemos contemplar en el museo. Finalmente nos hemos decantado por esta maravillosa obra del italiano Luis Egidio Meléndez (1445-1510), en la que podemos admirar con todo detalle dos besugos y a su alrededor diferentes alimentos subordinados a los dos impactantes peces. Magnífico el tratamiento de la luz en la obra y la calidad de sus detalles.