En un espacio moderno y acogedor, con una amplia barra y bancos de madera imitando las pulperías gallegas, se encuentra este restaurante que incluso tiene su propio Pulpeiro, el joven Diego López.
Nombre: La Pulpería de Victoria
Dirección: La Victoria nº 2 – Madrid
Teléfono: 910 804 929
Tipo de cocina: Cocina gallega
Entorno: Comedor con bancos corridos en la entrada y un pequeño espacio con mesas en el interior
Servicio: Servicio amable y correcto
Accesibilidad: Buena
Ambiente: Turistas y aficionados a la cocina gallega
Aparcacoches: No
Precio: Muy buena relación calidad-precio
Fecha visita: 26 de Julio de 2012, cena
Cocina:
Bien presentada y servida, la cocina que nos ofrecen son básicamente las especialidades del restaurante, empezamos por Pulpo a Feira al estilo de O’Carballiño, la ración cuesta 13,90 euros, también se sirve media ración y tapa. El pulpo está bien cocido, y se sirve si se desea con cachelos: patatas 2,75 euros, que están bien hechas pero no recuerdan al sabor de las gallegas.
Seguimos con unas Croquetas de pulpo, bacalao y lacón, (6 croquetas cuestan 6,50 euros), buena cobertura, bastante bien hechas y muy cremosas.
Continuamos con una Empanada de bacalao con pasas (7 euros), jugosa aunque la masa, siendo gruesa, no resulta tan sabrosa como sería necesario. Tiempo ahora para probar la Carne Richada (10,5 euros), que es un guiso tradicional de carne, de sabor excelente, aunque la carne algo seca.
El siguiente plato son los Mejillones al vapor (7,15 euros) bien hechos, así como las salsas.
Le sigue un Revuelto de bacalao, que en la carta se denomina Bacalao Da Miña Casa (12 euros): el revuelto está bien hecho, pero el bacalao no queda jugoso.
Terminamos con un Buey gallego salteado con ajo (16,80 euros), con buen sabor.
Cerramos el menú con un postre conjunto que contiene Filloas (2 unidades 5 euros), Tarta de queso y Queso de Arzua con membrillo (5 euros). En las filloas resulta demasiado dura la crema, y dificil de comer en general, mientras que el queso es muy bueno, aunque el membrillo debiera ser algo más natural. Terminamos con un café de puchero.
Acompañamos el menú con cerveza, bien tirada y servida. El pan es absolumente delicioso.
Observaciones:
Si se puede conviene reservar, ya que hay una mesa corrida compatida y varias individuales, y quizá se prefiera comer solo.
Calificación:
El problema de quienes conocemos la cocina gallega de verdad, bien hecha y con fundamento, es que cualquier cosa no nos sirve. En La Pulpería de Victoria se hacen varias cosas muy bien: el pulpo está bien cocido y bien cortado, otra cosa es el sabor, que ya depende de la pieza, etc. El resto de los platos son correctos, los productos de una calidad media y la forma de prepararlos, en algunos casos, algo deficitaria. Ni el lomo de buey es de buey ni los cachelos son cachelos… y eso hay que mejorarlo, porque frecuentemente quienes van a este tipo de restaurantes regionales buscan, sobre todo, autenticidad.