En esta crisis existen muchas incertidumbres y pocas certezas. Es más, mientras estoy escribiendo este artículo o en el breve tiempo que pueda pasar desde su publicación hasta que el primer lector lo lea, puede pasar de todo: una nueva fase de desescalada en una u otra provincia, una nueva prórroga del estado de alarma, un nuevo pico de contagios, un nuevo “decreto” (y las comillas están justificadas) que lo cambie todo… dicho esto, existen varios escenarios que podemos preveer en función de la información que poco a poco vamos recibiendo a cuenta gotas y de forma totalmente caótica e improvisada.
Fase 0
La fase de partida de todas las comunidades a excepción de Formentera en Baleares y La Gomera, El Hierro y La Graciosa en Canarias. En esta fase en la que se permite hacer deporte de forma individual o paseos por franjas horarias, los negocios de hostelería cuentan con la posibilidad de abrir para ofrecer pedidos para recoger, además de los delivery con los que ya podían funcionar en la fase de confinamiento total. Esta posibilidad de ir a buscar la comida es un alivio para algunos negocios, pero para muchos no resulta rentable reiniciar la actividad y hacer frente al coste que eso supone para servir tan pocas comandas. Además, los menús de los restaurantes están ideados para servirse en sala y se deberían rehacer para esta nueva forma de servicio. Muchos negocios han optado por el delivery, pero para muchos grandes restaurantes es una opción complicada. Pese a ello, muchos restaurantes de alta cocina se han lanzado a esta fórmula. Se les exige medidas estrictas de higiene que incluyen equipo de protección, desinfección de los locales 2 veces al día y evitar aglomeraciones en las recogidas.
Fase 1
La gran novedad de la hostelería en esta nueva fase es que se podrán abrir las terrazas de los restaurantes al 50% de su capacidad, después de que el gobierno rectificase una primera propuesta que hablaba del 20%. Una solución que sin duda supondrá un alivio algo más pronunciado para aquellos locales que dispongan de licencia de terraza pero que seguirá siendo insuficiente para todos aquellos negocios que no tengan terraza (la gran mayoría) y que seguirán a efectos prácticos sumidos en la fase 0. Distancia obligatoria de dos metros entre mesa y mesa y desinfección de todo material de contacto cuando un cliente se levante y antes de atender al siguiente son alguno de los requisitos para abrir, además, se eliminarán cartas de menús y otro tipo de material como servilleteros o aceiteras que antes solíamos encontrar.
Fase 2
Es en esta fase dónde se contempla la apertura del interior de los restaurantes y que está prevista para el 25 de Mayo, aunque estas fechas, con casi total probabilidad, serán diferentes según en la comunidad en que nos encontremos. La medida, compatible con la apertura de terrazas, supondrá el punto de partida para muchos negocios. Como dijimos anteriormente, las fórmulas y requisitos que se han impuesto para esta fase siguen, a día de hoy, en el aire. De momento se establece un aforo de un tercio de la capacidad del local o separación entre clientes, cierre de barras (solo se podrá consumir sentados en las mesas), además de las medidas tomadas en las fases anteriores que seguirán siendo efectivas, como la desinfección de los espacios que toquen los clientes. Existen aún muchas dudas acerca de estos requerimientos, ya que hay locales que ofrecen muy pocos servicios y cuyas mesas ya cuentan con separación suficiente pero la normativa les sigue pidiendo que limiten al 30 % su aforo.
Fase 3
La vuelta a la “nueva normalidad” estará a la vuelta de la esquina cuando lleguemos a esta fase, que será en principio y para las comunidades que puedan cumplir los plazos el 8 de Junio. Se ampliará el aforo del interior de los restaurantes al 50% de su capacidad y se permitirá que los clientes consuman en la barra manteniendo un metro y medio de distancia entre ellos. Es en esta fase cuando está previsto que se reabran locales de ocio nocturno, siempre bajo medidas de seguridad y prevención.
Dicho esto, y como decíamos al principio, todo puede cambiar y acelerarse o retrasarse los plazos, relajarse o hacerse más estrictas las medidas. Desgraciadamente estamos sujetos a la improvisación, por lo que los planes a medio plazo son imposibles de afirmar.