Si queremos alcanzar la ansiada sostenibilidad debemos empezar la batalla desde las cocinas. En la actualidad, uno de los mayores problemas es el desperdicio alimentario. Aunque muchas veces somos los ciudadanos los que tiramos grandes cantidades de alimentos, otras tantas lo hacemos presionados por los supermercados, que tienen ideadas ciertas estrategias de marketing que nos fuerzan a comprar más de lo que consumimos.
Sumado a eso, los propios supermercados tiran kilos de comida al día que todavía se puede aprovechar. Esto ya no es un tema económico, sino ecológico. Sumado a eso, hay infinidad de productos que contaminan un montón para ser generados, como ocurre con la fruta ya partida envasada, pues estamos utilizando un envase que podríamos cuestionarnos si es necesario o no. Aunque bien es cierto que este tipo de preparados son necesarios ya que son muy útiles para personas que no pueden manipular cuchillos o ciertas herramientas, el target real acaba siendo la gente normal que no tiene ningún problema, solamente vaguería.
La gran cantidad de desperdicio alimentario que se da en la unión Europea
El informe No Time to Waste estima que en la Unión Europea se tiran cada año algo más de 153,5 millones de toneladas de alimentos. Esta cifra se corresponde además con el 6% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero anuales. Más allá de ser una pérdida económica, es también una cifra considerable que no hace más que aumentar la huella de carbono.
Hay un rato revelador que nos indica que al año la UE importa unas 138 toneladas de productos agrícolas. Es decir, estamos en un punto en el que nuestro desperdicio es incluso mayor que el número de importaciones realizadas.

Cómo hacer frente al desperdicio alimentario
El primer paso que debemos llevar a cabo es no comprar más de la cuenta. Tenemos que ser conscientes de todo aquello que resulta imprescindible en nuestra cesta de la compra y lo que no. Si llevamos listas cerradas de alimentos evitaremos las tentativas y los productos estratégicamente colocados para que los cojamos rápido. En adición, si se quiere ser sostenible 100%, se debe evitar comprar todos aquellos alimentos que tengan embalajes innecesarios.
Por otro lado, tenemos las estanterías con productos a punto de caducar de los supermercados. Muchas veces podemos comprar alimentos por muy poco dinero que siguen en buen estado. La única condición es tomarlos rápidamente, ya que las fechas de caducidad siempre son próximas. Comprando estos no solo estaremos ayudando al planeta, también a nuestro bolsillo.
Por último, hay aplicaciones como Too Good to Go que tienen la finalidad de evitar que se tiren alimentos. Por unos pocos euros podemos comprar packs con comida del día de establecimientos como restaurantes, panaderías y otros pequeños comercios que de otra forma irían a la basura. Ayudamos al comercio local y evitamos desperdiciar, 2×1.
