Las Navidades no se saborean hasta que no probamos el turrón, los polvorones o el mazapán. Os ofrecemos un repaso por cinco dulces que no pueden faltar en vuestra mesa este mes. ¿Ya los tienes en casa?
Turrón, tradición unida a la más absoluta modernidad

Comenzamos con uno de los productos navideños por excelencia. Elaborado a base de miel, azúcar, huevos y almendra, los más típicos son el turrón duro de Alicante y el blanco del municipio de Jijona.
Durante su elaboración, hay que dejar reposar la masa durante 72 horas.
Tal importancia tiene el turrón en nuestra gastronomía, que existe un Museo dedicado a este dulce. Además de ser un dulce delicioso, siempre ha estado unido a la felicidad, ya que se ha regalado durante años y años en las bodas como símbolo de fertilidad.
También se ha servido siempre en las celebraciones más importantes, ya que debido al uso de ingredientes de precio medio, no era asequible para todo el mundo.
Mazapán, sello de calidad gastronómica

Este es otro de los dulces típicos navideños. Se elabora a base de almendras y azúcar, siendo el más conocido el de Toledo, elaborado con almendra amarga y que ha conseguido una mención de Calidad. Esta, viene otorgada por la Comisión Europea, al estar fabricado con ingredientes de máxima calidad, sello que viene indicado en su etiquetado.
El mazapán sirve como base a otros dulces, como el Pan de Cádiz o los tradicionales Huesos de Santo, estos últimos elaborados anualmente para el día 1 de noviembre.
Como variedad del mazapán clásico, encontramos el que se comercializa en la localidad de Soto (La Rioja), que incluye entre sus ingredientes esencia de limón, tiene como base una oblea y lleva por encima un baño de jarabe, lo que le ha hecho conseguir la denominación de «calidad suprema».
En otras ciudades, como en Venecia (Italia), se ha denominado al mazapán desde su origen, Marcipane o Pan de San Marcos.
La cultura islámica no permitía crear figuras de humanos ni animales, por lo que la forma tradicional del mazapán era la de un rey sentado. Pero a día de hoy, podemos encontrar las formas más diversas, como el caracol, la vasija, el pato, la trenza, lagartos rellenos de yema, la típica anguila, las delicia, empanadillas rellenas de yema; empiñonadas, es decir, mazapán con piñones; o las bandas, mazapán con fruta y piñones por encima.
Polvorones, originales y deliciosas envolturas

Harina, manteca, azúcar y canela son los ingredientes básicos para elaborar los tan conocidos polvorones. Se les pueden añadir otros productos, como semillas de sésamo o ajonjolí, coco rallado, etc. Los más típicos son los de la Estepa sevillana.
Es considerado un mantecado, pero ambos tienen diferencias entre sí: el polvorón tiene una forma más alargada y ovalada, va envuelto y está aplastado para que no se deshaga, va cubierto por encima y, normalmente, se consume sólo durante la época navideña.
Roscón de Reyes, el último dulce de la Navidad

La mañana del 6 de enero está repleta de sorpresas, alegría y color para todos, sobre todo para los pequeños de la casa, ya que descubrimos qué nos han traído los mágicos Reyes de Oriente. Es tradición acompañar la mañana con un chocolate caliente con un trocito de roscón de Reyes, el dulce con el que termina esta época de excesos navideños, aunque se puede consumir ya durante todo el año.
Se caracteriza por un sabor propio a agua de azahar y se elabora con harina, levadura, leche, huevos, margarina, azúcar y sal, aunque siempre se le pueden añadir otros ingredientes, como el anís. Los rellenos se pueden variar, desde los más tradicionales, como el de nata, hasta los más actuales, como el de moca, trufa o cabello de ángel. Además, se decoran con almendra por encima y fruta escarchada de colores rojo y verde, que simbolizaban las joyas de la realeza y / o el brillo de los trajes de los Tres Reyes Magos.
Un detalle bonito y curioso en torno a este dulce es que si vivían cuatro personas en una casa y se elaboraba roscón, éste se partía en cinco pedazos y se dejaba el sobrante en la ventana, para que también pudiese comerlo la persona que habitaba en la calle o no tenía suficientes recursos.
No podía faltar aquí tampoco una leyenda, y es que se dice que este dulce típico se inventó durante los Saturnales o Fiesta de los esclavos, unos días en los que los campesinos habían terminado de trabajar y tenían descanso, lo que significaba el fin de la oscuridad y la llegada del periodo de luz, por lo que se festejaba comiendo torta de miel con frutos secos. Esta receta ha ido modificándose, aunque se ha mantenido su origen. Ya aquí se incluía una sorpresa, que decía a la persona que lo encontrara que iba a tener un año de prosperidad.
Esta sorpresa también ha sufrido cambios con el paso del tiempo: al principio se escondía un haba en el roscón para divertir a los niños, coronándose «Rey del Faba» el que la encontrase. Después se nombró «tonto del haba» o «tontolaba» a quien la encontraba y «rey de la fiesta» al que encontrase la figurita escondida. Hoy, podemos encontrar roscones con billetes o papeletas de sorteos de cestas dentro, una tendencia que se ha puesto muy de moda entre las pastelerías últimamente, así como esconder una colección de figuritas, para que los clientes puedan tenerlas todas. Pero sigue manteniéndose la tradición de que quien encuentre el haba, paga el próximo roscón.
Panettone, un trocito de Italia en España

Este producto típico de Milán, pero extendido por toda Italia, se elabora a base de harina, levadura, huevos, mantequilla y azúcar, tarda dos días en estar listo, ya que la masa debe fermentar, y se ha puesto cada vez más en moda en España. Es tradicional el de sidra y pasas, o el de naranja y chocolate, pero se puede elaborar también con avellanas o añadir pasas, piñones, uvas o almendras.
Pesa alrededor de 1kg. tiene forma de cúpula y una altura de unos 12 a 15cm. Se sirve en rebanadas verticales y puede acompañarse de un chocolate caliente, aunque ya hay muchos sitios en los que se sirve con salsas y mermeladas, o con queso, como en Italia, donde muchos empresarios se lo regalan a sus clientes como obsequio en Navidad.
Andrea Tumbarello, jefe de cocina de Don Giovanni, nos ayuda a preparar tres tipos de panettones diferentes. Si quieres elaborarlos, estos son los ingredientes que necesitas:
- Panettone de chocolate: Harina de trigo, cobertura de chocolate negro (cacao, manteca de cacao, emulsionante (lecitina de soja) y vainilla), mantequilla, azúcar, agua, huevo, levadura, miel, almendras, sal, cacao en polvo, ralladura de naranja, sémola de trigo y especias.
- Panettone de naranja: Harina de trigo, mantequilla, piel de naranja, agua, azúcar, yema, harina fuerte, clara, almendra con piel, miel, azúcar perla, sal, harina de trigo, piel de naranja triturada, sémola de trigo y cacao en polvo.
- Panettone Gianduja: Harina, mantequilla, agua, azúcar en grano, yema, piel de naranja, cobertura de chocolate con leche, azúcar, harina, avellana con piel, clara, almendra con piel, miel, sal, piel de naranja triturada, sémola de trigo y cacao en polvo.
Terminamos con dos leyendas en cuanto a su origen: la primera de ellas hace referencia a una cena que celebró un Duque, en la que se iba a servir un gran postre. Cuando el cocinero abrió el horno, descubrió que se le había quemado y habló con el encargado de lavar los platos, que había elaborado un pan dulce con todos los ingredientes que habían sobrado de la comida. Le pidieron servir ese dulce como postre y fue todo un éxito, por lo que a partir de entonces se denominó a ese postre el «Pan de Toni».
La segunda leyenda habla del amor, como no podía ser de otra forma: había una vez un joven que se enamoró de la hija de un pastelero, así que decidió hacerse pasar por aprendiz en su pastelería e inventó un pan con azúcar y frutas confitadas, aroma de limón y naranja y forma de cúpula para conquistarla. Todo el mundo iba a la tienda a comprar ese pan, por lo que decidieron nombrarle el «Pan de Toni», ya que así se llamaba el joven enamorado.
Y tú, ¿de qué otros dulces disfrutas durante estas fechas?