Los beneficios del kefir de agua y cómo elaborarlo

Aliado natural para nuestro cuerpo, el kefir de agua es una bebida probiótica fermentada y muy sencilla de elaborar. Esta colonia simbiótica de microorganismos, bacterias y levaduras aporta importantes beneficios para la salud.

Silvia Álvarez Martínez16/01/2019

El kefir de agua es una bebida probiótica, fermentada a base de una colonia simbiótica de bacterias y levaduras que aporta importantes beneficios para la salud. Se pueden encontrar tres tipos de kefir: el de leche, el de agua o el de té verde (kombucha). El más conocido suele ser el de leche, sin embargo, el de agua aporta el mismo tipo de propiedades y resulta mucho más fácil de «cultivar».

Elaborar kefir de agua casero no es en absoluto complicado, es un proceso bastante sencillo para el cuál sólo necesitamos un poco de tiempo y que alguien nos regale los gránulos (la tradición dice que el kefir no se compra, sino que se regala, así que busca por internet.. Los nódulos de kefir se reproducen con mucha facilidad y siempre encontrarás a alguien dispuesto a regalarte unos pocos del cultivo que le sobran).

Kefir de aguaKefir de agua

Gran aliado para aquellos que sufren de digestiones lentas, el kefir no sólo nos ayuda a regenerar nuestra flora intestinal y reforzar nuestro sistema inmunológico, sino que también actúa como antibiótico natural y es bueno para la piel, para combatir el sobrepeso y la diarrea, y para eliminar toxinas de nuestro cuerpo. El kefir ayuda, además, a rebajar los niveles de colesterol, reducir la ansiedad y la depresión y a prevenir algún tipo de enfermedades, como el cáncer de colon, entre otras.

A pesar de estar hecho a base de agua azucarada, el kefir es una bebida bastante baja en azúcar, ya que los granos consumen gran parte de ella durante el proceso de fermentación, siendo entonces cuando los microorganismos con los que cuenta se transfieren al agua, que pasará a tener altas propiedades probióticas.

Ingredientes

Preparando kefir de aguaPreparando kefir de agua
  • Un litro de agua mineral a temperatura ambiente (muy importante: nunca se debe utilizar agua del grifo, ya que el cloro es perjudicial para los gránulos).
  • 3 cucharadas soperas de azúcar de caña (si es integral, mejor).
  • 2 higos secos o un puñado de pasas.
  • Medio limón sin exprimir, previamente lavado.
  • 4 cucharadas grandes de gránulos de kéfir de agua.

También necesitarás

  • Un envase grande de vidrio de boca ancha (al menos de 1,5 litros).
  • Un escurridor de plástico.
  • Una cuchara de madera o de plástico.

Elaboración

  1. Introduce en el recipiente todos los ingredientes (asegúrate de no utilizar ningún instrumento metálico, ya que podría alterar el ácido de los gránulos).
  2. Cierra el recipiente. Puedes utilizar un paño de cocina limpio con una goma. Si lo prefieres, puedes utilizar un recipiente con cierre hermético, pero has de tener en cuenta que el resultado será una bebida gaseosa, ya que la fermentación produce gas.
  3. Déjalo reposar durante entre dos y tres días, a temperatura ambiente. Una vez pasados los tres días, abre el tarro. Coloca un recipiente o bol grande junto con el escurridor de plástico y cuela la mezcla. En la parte de arriba del escurridor permanecerán los gránulos, que podrás volver a utilizar, mientras que en el recipiente tendrás la bebida.
  4. Se puede utilizar un embudo para introducir el líquido en una botella (de plástico o de vidrio) y facilitar así su consumo en los siguientes días.

Conservación

  • La bebida resultante se puede conservar en el frigorífico, como mucho, durante una semana.
  • Es recomendable enjuagar los gránulos de vez en cuando con agua mineral. Si no vas a elaborar kefir, puedes conservarlos en un tarro de cristal con agua y azúcar, renovándolo cada tres o cuatro días.
  • Para períodos de tiempo más largos, puedes conservarlos en la nevera o incluso congelarlos. Cuando vuelvas a utilizarlos, tendrás que tener en cuenta que tardarán algunos días en reactivarse y que su crecimiento será menor hasta que vuelvan a su ciclo habitual.