La reciente cata vertical con maridajes de Viñas de Vero Gewürztraminer con algunos de los platos del chef madrileño Rodrigo de la Calle en el Villamagna soprendieron por su originalidad y calidad. Mauricio González, presidente de González-Byass comentaba en el acto que algunos de los vinos que tuvimos el privilegio de probar están prácticamente agotados y que sólo en esta ocasión es posible catarlos porque ya no quedan en bodega. Y no nos sorprende, vinos todos ellos blancos, con un perfecto equilibrio entre azúcar residual y acidez, con cuerpo, llenos de matices minerale. Vinos con personalidad que potencian y armonizan la excelente cocina de Rodrigo de la Calle, concretamente el 2001 es una auténtica obra de arte.
El menú, compuesto por unos aperitivos de Ajoblanco con melón, sandwich de cítricos, croqueta de quinoa y macaron de algas, como primer plato Puerro tostado con esencia marina: una delicia, tomamos el Gewürztraminer de Viñas de Vero 2012. Con la añada 2006 tomamos la Coliflor crujiente con mole y maíz seco, demasiado picante para mi gusto, lo que me imposibilita para disfrutar dicho plato.
Seguimos con el que en mi opinión es el maridaje mejor conseguido: el Viñas de Vero Gewürztraminer 2001 con el Risotto de algas y salmonete: puro sabor a mar, intensidad y profundidad en cada bocado. Exquisito también el Lomo de Wagyu con hongos y mostaza, que se acompaña con la añada 1994 y, finalmente el postre, Tierra de panela, madroños y peras, que se acompaña con una rareza: el Gewürztraminer 1991.
Servicio de sala correctísimo y el pan excelente.