Ponemos rumbo a esta villa marinera para descubrir un hotel boutique (4*) que es un destino en sí mismo porque lo tiene todo: Villa Magalean cuenta con solo ocho habitaciones y suites, todas con terraza, luminosas, amplias y decoradas con un gusto exquisito. En su Spa Henriette es fácil encontrar el relax más absoluto con sus tratamientos y masajes. Pero esta villa familiar de estilo neo-vasco de los años 50 convertida en un alojamiento de lujo es además un hotel gastronómico, con el restaurante Mahasti, dirigido por el chef Juan Carlos Ferrando junto a Markel Ramiro.

Ferrando es un cocinero argentino que tras pasar por prestigiosos restaurantes del País Vasco y La Rioja se hizo cargo de la dirección de Mahasti desde su creación, hace tres años. Siempre soñó con montar su propio restaurante y hace unos meses inauguró JC Ferrando en Logroño, pero sigue asesorando Mahasti y cocinando a cuatro manos junto al joven chef de Irún, Markel Ramiro, formado en el Basque Culinary Center.

En la cocina de Mahasti se siguen los mandatos de la naturaleza para incorporar productos de temporada, del mar y la tierra, en una carta que cambia tres o cuatro veces al año para ir incorporando lo mejor de cada momento. Bajo una aparente sencillez esconde elaboraciones precisas, de raíces claramente vascas pero con influencias francesas y algunos destellos latinoamericanos en determinadas preparaciones. Una cocina esencial, sin grandes artificios, donde manda el producto y con una cuidada presentación que consigue seducirnos.

Ahora que entramos en el otoño, salen de escena las recetas más refrescantes para dar paso a guisos, platos de caza y setas, entre otros productos. Uno de los estrenos de la temporada son las Vieiras con guiso de garbanzos y crema de marisco, con un fondo marino delicado.

En el menú degustación le sigue la Perdiz en escabeche, champiñón guisado y yema de huevo curada que da melosidad a esta receta tradicional que se sirve templada y con el punto perfecto de acidez.

El siguiente plato es de los llamados a convertirse en un clásico de la casa: Merluza de anzuelo y txangurro a la donostiarra. El punto del pescado y la textura y sabor de la base de marisco son sencillamente perfectos, un homenaje al mar redondo.
En el apartado de carnes, De la Tierra, el Solomillo (22€) no necesita mucho más para brillar, acompañado de una crema del jugo y ajo negro y una sencilla cebolla asada. Otras opciones de la carta son las Carrilleras glaseadas con crema de boniato y chips de yuca (18€) o la Presa ibérica con hongos confitados y melocotón (19€).

En los postres, la sencillez vuelve a reinar y las frutas de temporada encuentran su lugar en versión dulce, como en el plato de Peras confitadas o el Cremoso de Pera, hojaldre y helado de avellana (7€). Su Torrija de pan brioche artesano con crema de canela (7€) y el Brownie de chocolate y helado de mango (8€) están pensados para los más golosos. Todas las elaboraciones son caseras, incluidos los helados, muy buenos.
Estando tan cerca de Francia, en Mahasti no falta una buena tabla de quesos para terminar la comida. Markel los consigue de Beñat, un afinador artesano de San Juan de Luz, con variedades que sorprenden.

La bodega de Mahasti es muy destacable. Maite Madariaga se encarga de la sala y de recomendar los vinos, con una buena variedad de españoles y franceses, una carta seleccionada cuidadosamente por el propietario del hotel, Didier Miqueu, un experto y apasionado de la enología.
El restaurante está abierto a todo el público (jueves noche a domingo a mediodía), no solo a los huéspedes del hotel, y si el tiempo acompaña, comer en su terraza interior o tomar algo para picar es una delicia. Hay que estar atentos a su calendario porque organizan unas muy atractivas cenas gastronómicas maridadas con vinos franceses y chefs invitados.
Escapada gastronómica otoñal

La experiencia gastronómica resulta perfecta si la combinamos con la estancia en este maravilloso hotel. Hasta diciembre, dispone de una oferta que incluye tres días (dos noches) en habitación doble, desayuno gourmet servido en sala o en la habitación y una Cena Degustación en Mahasti, con maridaje de vinos incluido.

Y, además, acceso gratuito al Circuito Sensaciones en el Spa Henriette y un 25% de descuento en los tratamiento. El precio: desde 480 euros para dos personas.