El pasado miércoles 10 de abril se estrenó en «prime time» el talent show presentado por Eva González, con un jurado compuesto por los cocineros Pepe Rodríguez, Jordi Cruz y Samantha Vallejo-Nájera. Cuarenta cocineros amateur de toda España han sido elegido entre 453 personas que se presentaron a la primera selección, en la que se les entregó la preciada cuchara de madera que reconoce el talento de los mejores 40 candidatos, de entre los cuáles se eligió a los 15 finalistas que competirán en el programa.
Los participantes procedían de todas las regiones del país, con edades de entre 18 y 70 años: abogados, arquitectos, fontaneros, amas de casa, taxistas, jubilados, desempleados… todos ellos deseosos de cambiar su vida y convertirse en chef, además de recibir un premio de 100.000 euros, publicar un libro de recetas y optar a una formación intensiva.
El estreno ha tenido una tibia acogida por parte de la audiencia, con una cuota de pantalla del 11% y 2.058.000 espectadores, algo que seguramente cambiará a medida que el concurso se vaya «calentando» y los concursantes empiecen a ser conocidos. Los elegidos fueron: Clara, 22 años, estudiante de Madrid; Noé, 31 años, revenue manager de Córdoba; Juan Manuel, 25 años camarero de Almería, Juanma, 48 años empresario de Madrid, José Luis, 58 años, policía foral de Pamplona, Efren, 23 años, estudiante de Lugo, Nati, 42 años, administrativa de Victoria, José, 33 años, ingeniero informático de Valencia, Fabian, 18 años, estudiante de Palma de Mallorca, Eva, 32 años, administrativa de Córdoba, Maribel, 59 años, ama de casa de Castellón, María, 23 años, maquilladora y esteticista de alicante, Cerezo, 37 años, soldador de Teruel, Santiaga, 52 años, ama de casa de Ciudad Real y Paloma, 22 años, estudiante de Madrid, que fué la primera expulsada del concurso, tras presentar un Rodaballo con tartar de tomate, patata confitada y jugo de almejas que no convenció al jurado.
El concurso, que tiene un presupuesto abordable, según TVE, cuenta con exteriores como demostraciones por equipos a comidas mayoritarias, como la realizada a 151 militares de la Base General Menacho de Bótoa (Badajoz).
Llama la atención el nivel de los concursantes, algunos de ellos con propuestas realmente originales, también el tono del jurado, excesivamente rígido y contracturado en sus manifestaciones, así como el montaje del programa, demasiado depurado, lo que le resta frescura. Con todo, Master Chef nos trae un poco de aire fresco en este tipo de programas, demasiado cargados de cotilleo y amarillismo.