Hace unos días Isaac, propietario de «la Vinoteca» de Palencia, organizo una cata de Mauro y San Román, los vinos que actualmente elabora Mariano García en sus bodegas de Valladolid. La cata la dirigió Eduardo García, hijo de Mariano y enólogo de las bodegas.
Mariano García fue el enólogo durante 30 años de la prestigiosa bodega Vega Sicilia y uno de los referentes en la viticultura española moderna. Mariano, que es un sabio de la vid y el vino de segunda generación, pues su padre ya trabajaba en Vega Sicilia cuando él nació, ha logrado que sus hijos continúen con el oficio familiar, facilitando a Eduardo desarrollar sus estudios de enología por todo el mundo, especialmente en Francia, constituyendo así la tercera generación de la familia García dedicada al vino. A Eduardo se le notan las ideas claras: lo que ve y experimenta es lo que le vale, no hace apuestas a ciegas, todo lo tiene atado y pensado, conoce perfectamente la viña, la variedad y el proceso de vinificación, lo que le permite trabajar con los objetivos definidos y una línea a seguir que deja poco al azar.
Precisamente es esta última generación de enólogos repartidos por todas las denominaciones de origen españolas, con una solida formación técnica, la que en mi opinión, logrará poner en lo más alto a los vinos españoles, pues son los que aúnan los conocimientos académicos y técnicos con la experiencia y la pasión indispensables en su oficio.
El proyecto de Mauro nació en 1978 como apuesta personal de Mariano García, con la vista puesta en los vinos de Burdeos y buscando vinos potentes y fructuosos. Actualmente manejan unas 70 hectáreas de viñedo, mayoritariamente tinta fina (tempranillo) y algo de Syrah. Los viñedos se encuentran a unos 740 m de altitud sobre suelos calcáreos que aportan cierta finura y frescor a los vinos, y en total manejan unas 22 parcelas con cepas de unos 20 años que cultivan de forma ecológica, aunque no se diga, y que están proporcionando un rendimiento de unos 4500 Kg/Ha.
En la cata se mostraron Mauro 2010 y Mauro VS 2008, ambos Vinos de la Tierra de Castilla y León, producidos en Tudela de Duero, justo al otro lado de la línea divisoria de la D.O. Ribera del Duero, faltó el Terreus pero no se puede tener todo, y dos vinos de la D.O. Toro, producidos en Pedrosa del Rey: Prima 2010 y San Román 2009.
La cata comenzó con el Mauro 2010, 90% tempranillo y 10% Syrah, esta última variedad poco habitual en la zona, pero por la que la familia apuesta para sus vinos. En nariz muestra mucha fruta y algún recuerdo mineral, bien estructurado en boca, con buena acidez, es elegante, redondo y con los taninos bien presentes pero agradables, de largo postgusto.
Continuamos con el Mauro VS 2008, 100% tempranillo. VS hace referencia a Vendimia Seleccionada, ya que se elabora con las viñas más viejas, con unos 35 meses de crianza en barrica, 70% nueva, es un vino pensado para guardar unos años, con larga vida, en nariz tiene fruta confitada y especias, en boca resulta redondo e intenso con los taninos algo duros todavía, que unos años de botella acabarán domando. Los Mauro son vinos complejos, con carácter, ricos en matices que piden un buen acompañamiento en la mesa.
El proyecto vitivinícola de la familia García, hace algo más de 15 años que trascendió hacia el oeste, con los vinos que la familia elabora en su bodega Maurodos en Pedrosa del Rey con D.O. Toro. Las viñas se ubican en los términos de de Villaester y San Román de Hornija, con suelos pobres, sueltos y pedregosos con un fondo de arcilla que aporta la necesaria humedad, buena parte de las cepas más viejas están plantadas en pie franco, ya que en estos suelos tan pobres la filoxera no actúa.
De esta zona empezamos catando el Prima 2010, 90% tempranillo y 10% garnacha, de cepas de entre 10 y 30 años. Es un vino fácil de beber, con mucha fruta, algo floral, goloso, taninos dulces e integrados, muy agradable y sin pretensiones complejas, apto para casi todo y todos, para disfrutarlo sin más.
Finalizamos con San Román 2009, 100% Tinta de Toro (tempranillo) con 24 meses de barrica, un 60% nueva, se muestra frutal con algún recuerdo mineral, en boca es sabroso y suave con un persistente final. Potente, pero nada que ver con los tradicionales y recios vinos de Toro. Con una relación calidad precio excelente, este 2009 se convertirá en uno de los vinos más buscados, especialmente después de que la prestigiosa revista norteamericana The Wine Advocate de Robert Parker le atribuyese 96 puntos.