Enrique Mendoza, el patriarca de la familia, comenzó su andadura en el mundo los vinos allá por el año 1975, demostrando un interés poco usual para la época en la elaboración de caldos. Mediante depósitos de fermentación refrigerados con hielos de la gasolinera cercana, consiguió una pequeña producción de autoconsumo, con un nivel de calidad que le animó a seguir con la aventura. A comprar más terrenos y a crecer en sus instalaciones. Hoy la Bodega Enrique Mendoza es un referente en los vinos de la zona.
Actualmente la Bodega Enrique Mendoza posee 65 Ha. con las variedades Moscatel, Monastrell, Pinot Noir, Merlot, Petit Verdot, Sirah y Cabernet Sauvignon .
Una significativa parte de la producción está en el área de Alfaz del Pi, muy cerca del mar y otra está tierra adentro, en alturas superiores a los setecientos metros en los alrededores de Villena.
Las moscateles de Alejandría se desenvuelven en las áreas costeras magníficamente después de siglos –milenios- de adaptación a un entorno difícil. Aires húmedos y salobres, pocas precipitaciones, inviernos inexistentes y veranos calurosos hacen que el Mare Nostrum esté omnipresente en los vinos procedentes de esas parcelas.

Actualmente sus dos hijos Pepe y Julián, están a cargo de la parte enológica y la financiera respectivamente. El primero, un enamorado de la tierra, tiene muy claro que es ésta de donde procede todo. No le agrede con ningún tipo de fertilizante químico; Mima la planta, la vigila y habla con ella a diario con modernos métodos de monitorización e interactúa con las viñas y dándolas lo le piden en su justa medida, con objeto de obtener un fruto pequeño y escaso. Una uva concentrada.
Los vinos de la Bodega Enrique Mendoza
Pepe transmite su pasión a todo el que habla con el, haciendo que no se puedan catar sus vinos con imparcialidad plena. Pese a ello, en un importante ejercicio de abstracción, he intentado plasmar las sensaciones que me producen sus productos:
Estrecho 2005
El bodeguero me cuenta que su materia prima procede de un viñedo Monastrell abonado con compost fermentado por la propia bodega de un año para otro. No se han usado insecticidas, herbicidas ni sistémicos. La tierra se trata con algo de azufre y cobre y el control de plagas se hace con métodos biológicos (p. Ej. influyen mediante la adición aromas de feromona en el ciclo sexual de la polilla macho, haciendo que no se reproduzca).
El vino en sí es de corte moderno, bonito color picota, con fruta roja madura y algo de alquitrán (grafito dice el bodeguero) en nariz y muy potente en boca, con taninos nobles y acidez integrada. Alguna punta de alcohol quizá achacable al aumento de temperatura en copa. Un ejemplo significativo de vino Mediterráneo.
Santa Rosa reserva 2004
Dedicado a Doña Maria Rosa Cortés, persona que transmitió las inquietudes vinícolas a su hijo y fundador de la bodega, Don Enrique Mendoza Cortés.
Coupage de Cabernet (75%), Shiraz (15%) y Merlot (15%), procedentes de pago en Villena,
Color picota, de capa media con corona teja. Arándanos, tomillo, mineral en nariz. En boca más grafito, fruta, tostados de la madera y notas de pimienta negra. Vino redondo con taninos y acidez integrada. Mucho más elegante y menos explosivo que en años anteriores. Un gran vino.