Chorizos, morcillas, hamburguesas… más saludables. Ese el objetivo que persigue el Ministerio de Sanidad y para ello ha firmado un convenio, tanto con los fabricantes como con los vendedores minoristas de carne, con la intención de reducir en un 10% la sal (el sodio) y en un 5% los niveles de grasa que contienen los distintos productos derivados de la carne.
«Disminuir el consumo de sal y de grasas saturadas busca reducir las enfermedades asociadas a este consumo como son, por ejemplo, la diabetes o las patologías cardiovasculares y mejorar la calidad de la dieta de los españoles«, ha señalado Pilar Farjas, secretaria general de Sanidad y presidenta de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN).
La iniciativa forma también parte de la Estrategia NAOS sobre nutrición, actividad física y prevención de la obesidad.
Un estudio elaborado por la OCDE sostiene que en España, dos de cada tres hombres tiene sobrepeso, y una de cada seis personas padece obesidad. Además, las expectativas no son muy optimistas: la OCDE adelanta que la proporción de adultos con sobrepeso aumentará en un 10% durante los próximos 10 años en el país.
Chistorra y morcilla, en el top de grasa
- CHISTORRA: 36,6% de grasa; 8,58 g/kg de sodio.
- MORCILLA (embutido de sangre): 30,79 % de grasa; 8,88 g/kg de sodio.
- BUTIFARRA BLANCA: 22,66% de grasa; 7,52 g/kg de sodio.
- HAMBURGUESA DE TERNERA: 18,68% de grasa; 7,48 g/kg de sodio.
- HAMBURGUESA DE CERDO: 15,96% de grasa; 7,23 g/kg de sodio.
- SALCHICHA DE CERDO: 12,63 % de grasa; 7,46 g/kg de sodio.
Los representantes de las carnicerías y las charcuterías, agrupados en CEDECARNE, se han comprometido a impulsar las acciones necesarias para disminuir los niveles de sodio y grasa en sus alimentos. Y desde el Ministerio han enfatizado que éstos «seguirán manteniendo los rasgos del producto original». Esta medida cuenta con un plazo de dos años para llevarse a cabo.