Eva Celada
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Traducción:
Publicado el
02/04/2009
Aunque en las primeras conversaciones en Julio se pensó en un plantel de 15 prestigiosos cocineros, Gordon Brown ha preferido elegir a un joven cocinero con fama de solidario, Jamie Oliver, para que se ocupara de la cena de bienvenida que ofreció, en su residencia de Downing Street, a los 20 jefes de gobierno más importantes del mundo. Por 12€ el mismo menú puede tomarse en las casas, según manifiesta en su web el propio chef, que forma parte de la Fundación Fifteen, que recoge chicos de la calle y les enseña cocina, muchos de estos chicos forman parte de su equipo de cocina y por supuesto también de los que han cocinado para el banquete del G20.
Muy moderno, popular y controvertido, Jamie ha escrito libros y participa en programas de televisión de máxima audiencia, es el Robim Hood de los fogones, el que persigue la comida basura de los colegios ingleses, el que predica que se deben comer alimentos sanos y saludables, y sobre todo ingleses y de temporada.
Con la que esta cayendo en el mundo, Gordon Brown ha preferido acallar habladurías, ya que es sangrante que en este tipo de encuentros para resolver problemas económicos, o para hablar de la pobreza, el derroche campe por sus fueros.
Los únicos requerimientos para el diseño del menú los tuvo el chef británico con Arabia Saudí, Turquía e Indonesia, que reclamaban que no hubiera carne de cerdo, para los muslmanes asistentes a la cena que lo desearan hubo además zumo de naranja natural y pan ácimo -sin levadura- tal y como pueden tomarlo los judios.
“Estoy muy orgulloso de mi país y sus tradiciones culinarias y se que los invitados en Downing Street lo disfrutarán”, ha asegurado Oliver días antes del banquete, lo cierto es que todo el menú del mismo fue genuinamente británico y los invitados lo disfrutaron.
El menú consistió en:
Primer plato
Segundo plato
De postre
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