En el Principado de Asturias se come muy bien. Por eso no es de extrañar que sea uno de los destinos más buscados y mejor valorados del turismo gastronómico en España. Si el paisaje, la Historia, la Naturaleza con sus playas y montañas, y el fabuloso verdor de la tierra asturiana son los principales atractivos para pasar allí unos días de descanso o de aventuras, disfrutar de su cocina puede ser, a veces incluso, el único motivo del viaje.
La oferta de restaurantes es muy amplia, pero si buscamos la excelencia, la garantía de encontrar una buena cocina con lo mejor de la despensa local y elaboraciones cuidadas, hay una selección formada por los Restaurantes miembros de «Mesas de Asturias-Excelencia Gastronómica» que son el mejor escaparate de la cocina asturiana.
Aquí se incluyen restaurantes que elaboran cocina de autor, gastronomía tradicional y también esa cocina renovada. Algunos cuentan con el prestigio del reconocimiento de la crítica, valorado con estrellas Michelin, soles Repsol y otros distintivos. Esta es una muestra para acercarnos a algunas de esas Mesas de Asturias:
Cocina de autor
Muchos cocineros han situado a la cocina asturiana en el top. Es el caso de Casa Gerardo (Prendes, Carreño. 1 Estrella Michelin. 3 Soles Repsol), liderado por Pedro y Marcos Morán. Su fabada es una de las más famosos del mundo. También su crema de arroz con leche. Pedro representa la tradición (aunque muy singular), mientras que su hijo, Marcos, introduce esos aires nuevos, creatividad y mucho entusiasmo en cada receta.
Con Casa Marcial (2 estrellas Michelin, 2 Soles Repsol) ocurre algo parecido. Al frente del negocio está Nacho Manzano quien, desde un lugar precioso y algo escondido (La Salgar, en la sierra de Sueve) ha dado a conocer la cocina asturiana a todo el mundo. De hecho, ha montado su restaurante también en Londres: Ibérica. Combina tradición, vanguardia y fusión, con creaciones increíbles… y prepara unas de las mejores croquetas de Asturias.
La cocina del Real Balneario de Salinas (1 estrella Michelin, 2 Soles Repsol) está en manos de Isaac Loya, la tercera generación de cocineros que ofrece sus delicias en un ambiente relajado y señorial, como es el balneario. Sus mariscos y pescados son sencillamente fabulosos, en especial el bogavante y las recetas clásicas, como la lubina al champagne Félix Loya, tanto o más que las impresionantes vistas al Cantábrico y a la playa de Salinas que se contemplan desde su terraza.
En Oviedo hay que comer en Casa Fermín (2 Soles Repsol) para disfrutar de la delicadeza y creatividad de Luis Alberto Martínez y María Jesús Gil, y la reciente incorporación de su hijo, Guillermo Martínez, en la cocina. Luis Alberto fue el pionero de la alta cocina asturiana. Hay que probar sus sugerentes entrantes, como el caramelo de morcilla, y entre los pescados destaca ese taco de salmón ahumado con yogur, aceite vainilla y germinados que ya es una receta fetiche.
El Corral del Indianu (1 Estrella Michelin, 2 Soles Repsol) está en Arriondas. Es donde José Antonio Campoviejo ‘inventa’ su cocina, siempre sorprendente, distinta y exquisita. Hay platos únicos como el tembloroso de foie, su bombón de Cabrales, manzana y chocolate blanco, y versiones de la esencia asturiana como la del pote desestructurado o su inconfundible fabada, con sabores de antaño y texturas de hoy. Sin olvidar las afamadas croquetas de jamón, de las mejores quizá por estar hechas con mantequilla casera y otros buenos ingredientes.
Cocina tradicional
La cocina más clásica tiene muy buena representación en el Principado de Asturias. Los guisos marineros de Sport o los de Villa Blanca son dos direcciones infalibles en Luarca. Jose’s es el estandarte de la cocina casera en Avilés, La Fuécara de la Torre, en Privia (Llanera), mantiene el corte clásico, y La Goleta las buenas recetas marineras, en Oviedo. También en Gijón, a un paso de la «escalerona», Ciudadela practica la cocina casera en un ambiente auténtico de sidrería, con algún tinte de modernidad y una cuidada bodega. Y en El Candil, en el barrio del Carmen de Gijón, gozan de merecida fama los pescados del Cantábrico al horno.
Es obligatorio probar el pote asturiano o la fabada en Casa Telva (en Siero), también sus callos o las fabes con setas. Casa Adela, en Lada (Langreo), ofrece una cocina tradicional en un entorno rural y cuenta con una maravillosa terraza para el verano. Eutimio (en Lastres, Colunga) borda las calderetas, la crema de nécoras y otras delicias marineras con lo que consigue cada día en la lonja de Lastres, y en el restaurante de La Posada de Antrialgo (en Piloña) hay mezcla de cocina asturiana tradicional con la criolla.
Casa Tataguyo está en Avilés y lleva desde 1845 dando de comer, cuando abrió como Casa Campanal. El pescado llega de los puertos de Avilés y Cudillero, y aquí hay es obligatorio probar la Longaniza blanca de Avilés con patata del cocido de garbanzo.
En Panduku (en Pola de Siero) tienen buena fama las recetas de verduras. ¿El motivo? Querían buscar un producto que les distinguiera, además de las carnes y pescados asturianos, bien representados ya en su mesa. El resultado son recetas tan acertadas como las alcachofas fritas con oricios, aunque no hay que dejar de probar otros de sus platos estrella, como los callos y los guisos caseros de garbanzos, además de la fabada.
Casa Belarmino (1 Sol Repspol) es un sitio de lo más pintoresco, en Manzaneda (Gozón): es bar, tienda, estanco y, sobre todo, una auténtica casa de comidas en manos ya de la tercera generación, de Ramona y Juan Luis. La carta es asturiana de antaño, con el pote de berzas con fariñona, las croquetas de compango y ese arroz con pitu caleya tan aplaudido. Tiene carta sin gluten.
A Casa Eutimio se va a comer buenos pescados y mariscos en Lastres. Los pescados de tenedor eran los de los días de fiesta, como el besugo, la merluza o el rape. Los platos de la barca son los guisos de los pescadores, como la sopa, las almejas a la marinera y la crema de nécoras, que hay que pedir por encargo pues se hace a la manera tradicional.
Palacio de Cutre ocupa un edificio del siglo XVII, en Villamayor, en el concejo de Piloña, y su especialidad es la caza, con jornadas muy apetecibles rodeados de hermosos bosques.
Cocina tradicional renovada
Por último, entre la tradición más pura y la creatividad personal, encontramos algunos buenos ejemplos de restaurantes que reinventan, interpretan y actualizan la cocina de siempre, ésa que no puede faltar en los restaurantes asturianos, que parten de la esencia para sorprender. El Asador de Abel (con 1 Sol Repsol, en Siero) esconde una cocina moderna detrás de ese título de asador, Palermo la cocina más moderna y cuidada de Tapia de Casariego, o Blanco (en Navia), con su propio vivero de mariscos y toques de autor, forman parte de las Mesas Asturianas con una cocina tradicional renovada.
También encontramos Casa Conrado y Del Arco (1 Sol Repsol) en Oviedo, El Cenador del Azul de Mieres, El Barrigón de Bertín en Lastres, o El Cenador de los Canónigos, un lugar precioso con una vistas excepcionales de los Picos de Europa y una rica cocina creativa, en Cangas de Onís.
Los Arcos, también en Cangas de Onís, es una buena recomendación para comer después de visitar Covadonga. Está junto al Ayuntamiento y combina el tapeo de sidrería en el bar con una cocina creativa y de gran calidad, obra de su chef Ramón Celorio.
En Los Arándanos, en el maravilloso entorno de Taramundi, Miguel Ángel Robles cultiva sus verduras y frutos rojos, incluidos los arándanos que dan nombre al restaurante, en una finca ecológica. Vamos a encontrarnos con una cocina delicada, saludable y exquisita en un entorno muy agradable, rodeado de jardines, estanques y puentes… es como entrar en una casa de cuento.
Al Son del Indiano, en plena plaza de la aldea de Malleza (concejo de Salas), ocupa una casa de indianos y está regentado por un descendiente de aquellos que ‘conquistaron’ las Américas. Cocina de siempre con algunos toques creativos, como las croquetas líquidas de ortigas y las recetas de pato y bacalao.
El pescado es el producto estrella de Casa Zabala, en Gijón. En su carta conviven los clásicos, como el besugo a la espalda, con otros platos llamativos y de gran sabor, como la lubina con risotto de llámpares.
San Pelayo es una marisquería reseñada en las mejores guías que presenta los pescados y mariscos con elaboraciones exquisitas (hasta con algún guiño a la fusión) y hay que prestar atención especial a su repostería. El encuadre es fabuloso: se encuentra en Niembro, cerca de las playas de Toranda y Torimbia.