En una ocasión escuché a alguién decir que una hamburguesa es un trozo de carne entre dos panes: grave error. Quizás ese fue el principio, el concepto original, pero hoy en día muchas cosas han cambiado para los amantes de las hamburguesas. Existen infinidad de posibilidades para transformar este trozo de carne entre dos panes en auténticos bocados sofisticados con sabores tradicionales, exóticos, dulces, salados, amargos… Las posibilidades son infinitas.
La palabra hamburguesa, según la RAE, tiene varias acepciones: por un lado «Natural de Hamburgo», por otro «tortita de carne picada con diversos ingredientes, frita o asada». El origen de la palabra es, por tanto, claramente alemán.
Al contrario de lo que podemos pensar, la hamburguesa no es una invención moderna. Los romanos tenían su versión, así como diferentes pueblos turcos y mongoles. Llega a Estados Unidos importada por inmigrantes alemanes a finales del siglo XIX, pero el verdadero origen de la hamburguesa moderna está muy discutido, y varios estados americanos aún se discuten su autoría.
Tras ser la imagen de la generación fast food, la hamburguesa se ha convertido en algo más, ha trascendido convirtiéndose en un plato de tendencia que los más grandes restaurantes del mundo versionan y transforman.
Este artículo, además de ser un homenaje, pretende otra cosa: que, a partir de los diferentes elementos que la componen y sus diferentes posibilidades, seas tú y solo tú quién, con tu imaginación, tu paladar y tu talento culinario, se encargue de realizar la mezcla oportuna y de crear tu deliciosa y particular Sweet Burguer. Arriésgate, comete errores con las pruebas y las diferentes combinaciones que este delicioso plato te ofrece y, finalmente, consigue un plato particular y exclusivamente tuyo con el que no solo sorprenderás a tus comensales, sino también a tí mism@…
El Pan
Existen cientos de variedades de pan, por lo que existen otras tantas posibilidades para montar tu hamburguesa. A continuación os doy algunos, sabiendo que sería imposible abarcar todas las posibilidades…
Pan con sésamo: Es el pan de toda la vida, un pan esponjoso con una perfecta forma circular, bañado con semillas de sésamo. Este pan va bien con todo tipo de hamburguesas y le dan a la misma un aspecto de «la mítica hamburguesa de siempre».
Pan rústico: Es un pan más duro, más imperfecto y que te proporcionará un toque diferenciador. Con este tipo de pan consigues darle autenticidad a tu hamburguesa y un toque casero que la hará alejarse de la imagen habitual. Puedes combinarlo con cualquier tipo de carne, pero evita el pescado. Dentro de esta variedad puedes usar una chapata, un pan gallego o una barra artesana.
Pan mollete: Si te decides por esta variedad, encontrarás un pan plano, esponjoso y con un sabor y una textura excepcional. Son panes que vienen acompañados de su origen andaluz, por lo tanto deberían ir de la mano y estar acompañados por tomate untado y un buen aceite de oliva virgen extra.
Pan de pita: Para que le des a tu hamburguesa un toque diferente. Este pan, fino y crujiente y que debe servirse tostado, es ideal para una hamburguesa con toques orientales y principalmente funciona bien con pollo o con cordero.
Pan de soja: Una alternativa para celíacos amantes de las hamburguesas. Conserva un buen sabor y está libre de gluten.
Consejos:
- No te obsesiones con que el pan de tu hamburguesa sea un círculo perfecto. Muchas veces en la imperfección está escondida la llave de lo diferente. Puedes hacer un cuadrado, un círculo irregular, ¿por qué no un triángulo?
- Tuesta el pan en la sartén justo antes del montaje, siempre le dará un toque crujiente que agradecerás…
- Si no te decides por ningún pan, siempre puedes prescindir de él y montar una hamburguesa desnuda. Con cado uno de los demás ingredientes montados en orden, pero sin el pan que los vista…
La Carne
Una hamburguesa sin hamburguesa no es posible. Pero que no nos confundan los prejuicios, porque la carne puede incluso no ser de carne….
Ternera blanca gallega: Le dará a tu hamburguesa el sabor que contiene la ternera, pero sin ser excesivo, suavizándolo. Muy recomendado para niños o personas que no sean grandísimos amantes de la carne roja.
Buey: la clásica. Una buena hamburguesa de buey, con un grosor de dos dedos, crujiente por fuera y poco hecha por dentro. Una delicia. Prepárala con cualquier tipo de pan, aunque uno rústico y tostado realzará su sabor.
Wagyu: una de las carnes más caras del mundo y también una de las más deliciosas. Si optas por esta carne para tu hamburguesa, dale todo el protagonismo que se merece y prescinde de salsas o sabores fuertes que le resten fuerza o que disimulen su sabor.
Mollejas de ternera: un toque especial para tu burguer (ideal para que los niños tomen algo de casquería). A la plancha y muy tostadas.
Cordero: Es una carne de sabor fuerte, así que incluye ingredientes que lo suavicen, como tomate o lechuga, y no le añadas especias.
Pollo: Elige el contramuslo y pícalo en casa. Para darle sabor es muy recomendado macerar la carne una vez picada unos veinte minutos (resevando en la nevera). Para el macerado elige ingredientes que se puedan introducir en el pollo durante la maceración: soja, cítricos, especies, etc..
Pescado: puedes elegir una merluza, pero puede servir cualquier pescado que te inspire, como salmón, pez espada o atún. Otra buena idea para que tus hijos coman pescado..
Vegetarianas: con soja texturizada (también puedes comprarlas ya hechas). Añade pimentón picante y elevarás su sabor. O elaborando un sofrito de verduras (patata, calabacín, calabaza, zanahoria, etc..) y dándole forma de hamburguesa
Consejos:
- Valora seriamente no pedir la carne picada en la carnicería: pide la pieza entera que vayas a consumir y pícala tú en casa. De esta forma, primero te aseguras de que la pieza sea exactamente la que pides, y segundo le das a la hamburguesa una textura y un sabor muy diferente, que te sorprenderá…
- Si no consigues que la carne quede compacta, usa yema de huevo y pan rallado para darle forma.
El Queso
A mi entender el queso es una cuestión crucial en una buena hamburguesa. Le aporta textura, sabor y un importante elemento diferenciador.
Queso Manchego: un buen manchego semicurado, especialmente en hamburguesas de carne roja, potenciará el sabor de la carne sin perder la esencia propia de su variedad.
Quesos cremosos franceses: especialmente con la hamburguesa de pollo, a la que le aportará sabor y cremosidad. Brie, camembert… Puedes añadirlos tras darles un toque en la plancha, así se te fundirán mejor con la carne.
Cabrales: con cuidado y con buen gusto, una hamburguesa con un toque de cabrales puede darle un toque único inconfundible a tu creación. Ten en cuenta que el queso eclipsará el sabor de los demás ingredientes si no aciertas en la cantidad.
Queso Parmesano: tiene un sabor muy fuerte, pero inconfundible. Queda bien con el pollo y con algún verde potente, como la rúcula. Debe de ir en rodajas muy finas.
Torta del casar: puedes usar esta maravilla para darle a tu hamburguesa un sabor fuerte y exclusivo. Al igual que con el cabrales, ojo con las cantidades.
Consejos:
- Es importante encontrar un queso que le aporte sabor a tu hamburguesa, pero que no se solape con la carne o los demás ingredientes. Dale al queso el protagonismo que se merece, cuidando siempre de no tapar el sabor de los demás ingredientes, ni que los demás le tapen a él.
- El queso, mejor fundido. Añádelo encima de la carne cuando esté acabando de hacerse o usa el calor del pan tostado para conseguirlo.
Los Complementos
Escoge quién quieres que sea el protagonista de tu hamburguesa y, a partir de ese ingrediente estrella, elige que productos le acompañan mejor sin quitarle su verdadera importancia…
El tomate: Sea cual sea la variedad, es importante que esté maduro y en rodajas finas. Puedes optar por un tomate típico de rama, una variedad raf o incluso usar unos tomates deshidratados. También puedes untar el tomate en el pan, pero hazlo siempre al final, si no se te mojará en exceso.
La cebolla: crujiente, cruda, caramelizada, cebolla morada… según tu gusto. Eso sí, no abuses de ella: que su sabor acompañe pero no empañe.
El verde: puedes usar la típica lechuga iceberg para tus hamburguesas de carne, especialmente si es una carne con mucho sabor, algo de rúcula o espinaca fresca para la de pollo, o lanzarte con algún alga para realzar el sabor de la de pescado o soja.
Pepinillo: un clásico, que no debes mezclar con carnes como el cordero o el wagyu, pero que acompaña perfectamente a las demás variedades. Rodajas finitas, eso sí.
Bacon: usa el bacon muy crujiente y para hamburguesas que no sean excesivamente grasientas. Yo me limitaría a la de pollo. Una vez hecho, quítale el exceso de grasa con papel de cocina. Una vez cocinado (muy crujiente) puedes machacarlo con un mortero y hacer un polvo con él.
Acompañada con…
Patatas fritas: lo clásico. Para una hamburguesa clásica con pan con sésamo haz el típico corte rectangular, para una más artesana con pan rústico puedes preparar unas patatas gajo (conservando la piel). Prueba también a preparar patatas chips, con un corte muy fino.
Timbal de fritos: ¡no sólo existe la patata! Dale un toque original y sabroso, combinándola con boniato, zanahoria, calabaza, plátano macho o yuca.
Crudités: si quieres que tu burguer vaya acompañada de algo mas ligero, prueba con unas verduras crudas (zanahoria, pimiento verde, etc..) cortadas en finos rectángulos y acompañadas con tus salsas favoritas.