Nagú abrió sus puertas en 2018 con el objetivo de aportar a una de las zonas más ajetreadas de la capital con un espacio donde reinase la paz y el sosiego. Ubicado a escasos metros del madrileño Wizink Center, en Nagú encontramos un coqueto espacio donde no hay lugar para las prisas. Un remanso de paz en plena vorágine que nos seduce con una atractiva carta de corte tradicional con sello propio.

Su nombre, Nagú, hace alusión a una remota población finlandesa que se caracterizaba por su abundante vegetación y sus aguas cristalinas. Un lugar idílico donde no había lugar para las prisas y en el que sus habitantes disfrutaban del tiempo en compañía de sus seres queridos. Por eso, en Nagú los buenos momentos están siempre asegurados, ya que siempre nos reciben con un trato amable y cercano que nos hace sentir como en casa. El proyecto del Grupo Lugali se afianza en Madrid para deleitarnos con una estudiada y deliciosa selección de platos que resultan ideales para compartir.

Jaime Amador, el chef de Nagú, nos sorprende en cada visita con sabrosos bocados que maridan perfectamente con la amplia selección de referencias de su abundante bodega. El complemento perfecto para una carta que nunca defrauda.
En nuestra visita a Nagú, comenzamos compartiendo unas sabrosas croquetas de jamón y unos riquísimos torreznos. La mejor forma de arrancar nuestra incursión en la carta de este coqueto restaurante. Seguimos con unas fantásticas gambas cristal con huevo que nos conquistaron de inmediato y que dieron paso a las espectaculares berenjenas fritas con miel de caña acompañadas de un fantástico salmorejo. El complemento perfecto, sin lugar a dudas.

No obstante, nos atrevemos a decir que el plato estrella por excelencia de Nagú son los magníficos mejillones con kimchi. Un producto de primera que se complementa de maravilla con la exótica salsa que le confiere un acertado toque picantito. También probamos los calamares en su tinta con arroz. Una propuesta de corte tradicional que nunca defrauda.

Terminamos con una riquísima tarta de queso con confitura de fresas. Suave y cremosa, nos resultó una verdadera delicia.
Una cocina honesta y de calidad que no requiere florituras ni disfraces. Una propuesta ideal para cualquier ocasión. Un restaurante que denota saber hacer y donde siempre nos hacen sentir como en casa.
C/ de Fernán González, 2, 28009 Madrid
Teléfono: 91 110 97 46
Precio Medio: 35€