Nino Redruello pertenece a una familia vinculada a la gastronomía: creció y se formó en un restaurante, pero a la vez ha hecho su propio camino, con restaurantes que nada tienen que ver con los familiares, como La Gabinoteca, un nuevo concepto de cocina divertida y participativa, con la que Redruello supo anticiparse a una crisis económica que ha modificado el estilo de muchos restaurantes, con resultados dispares. Ahora repite en Atenas y, aunque ha costado, lo ha conseguido: la cocina de Nino Redruello ya se escribe en la lengua de los clásicos, al otro lado del Mediterráneo.
La cocina es el espíritu de jugar con la ilusión, la fantasía y la alegría, pero también con rigor y profesionalidad.
¿La cocina es un juego?
Es un juego constante de texturas, sabores, mezclas, sensaciones… La cocina es el espíritu de jugar con su ilusión, fantasía y alegría, pero con el rigor y la profesionalidad necesarios para la gestión de un grupo humano de trabajo.
En el éxito de La Gabinoteca, ¿cómo influye su activa participación en redes sociales?
Las redes sociales son, a día de hoy, una ayuda gratis que tenemos todos los restaurantes sin ser ni mucho menos base de tu negocio. Nosotros tenemos un Community Manager que es un crack: Cristian Andrés, y que es consciente de que, si se usan debidamente, son una herramienta brutal para generar valor de tu marca. La Gabinoteca tiene un componente social muy muy grande dentro del restaurante, y ello es lo que hace que también sean importante las redes, por ese orden.
Háblenos de su última trastada, ese postre…
Bueno, jajajaja, hemos querido homenajear a cuatro jóvenes cocineros nuestros que son como de la familia, y que vinieron de África en condiciones dificilísimas, ayudados por la Fundación Raíces y Cocina Conciencia. El postre se llama «La Kriptonita del SuperHeroe benéfico»… y aparece Armando en la mesa del cliente, que es nuestro superhéroe, te cuenta una divertida historia y te pide que realices la importante misión de destruir la kriptonita (el postre, entre humos, luces verdes y música de superhéroe total!!! Jajajajaja) para poder seguir salvando el planeta…. El 30% del precio que se paga por el postre va directamente a ayudar a la Fundación Raíces y, de una manera divertida, el cliente sé lo pasa en grande y se siente útil, a la vez que se aproxima a la situación real de estos chicos ¡y se toma un postre muy muy rico!
En una familia tan relacionada con la gastronomía, ¿cómo son las comidas familiares?
Pues son exactamente igual que todas las del mundo (bueno, siempre los domingos, que es el día que cerramos los restaurantes), salvo que al irnos del restaurante solemos hacer el ritual involuntario y, por absoluta deformación profesional, de valorar y analizar la experiencia que hemos vivido globalmente, casi siempre positiva y con ánimo de aprender.
Su última aventura: Grecia. ¿tiene alguna reflexión que desee compartir?
¡Ha sido una experiencia espectacular! Nos hemos dado cuenta que en España no somos tan malos ni tan desastre como nos creemos,que por eso estamos muy valorados fuera de aquí, éso lo primero. Luego, nos hemos quitado miedos logísticos, sobre todo de transporte, de ejecución (hemos enseñado a un equipo de 30 personas, todas griegas, a elaborar y transmitir la esencia de La Gabinoteca hasta unos niveles casi obsesivos) y casi miedos de hasta nosotros mismos, nos hemos demostrado que La Gabinoteca es un concepto muy personal pero que podemos llevarlo a cabo donde queramos con un altísimo nivel. Así que, ¡a por el siguiente!