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O Semáforo de Fisterra y Faro Lariño, el principio del placer en el fin del mundo

Finisterre, en la provincia de A Coruña, es un lugar lleno de magia y lugares fascinantes. Hoy visitamos dos de ellos.

Alberto Barciela27/12/2022

Es posible que el infinito comience a unas ocho millas de Finisterre, allí donde ya no alcanzan las luces de su Faro ni se escucha la Vaca -aviso acústico- en las noches de niebla. Pero el Paraíso está en tierra, en los mismos límites de lo que fue el Imperio Romano, en el fin del ecúmene o mundo conocido hacia el Oeste, en el Promontorio Sacro desde donde se aprecia la puesta de Sol en el imponente océano Atlántico, en lo que había sido el “caput Europa” en la concepción geográfica antigua.

Hotel O Semáforo de Fisterra

El paisaje que se otea desde el Hotel O Semáforo de Fisterra es el mismo que se percibe desde cada espacio de su restaurante. El entorno alberga una de las reservas culinarias más sabrosas del mundo, una geografía de sabores, una cosmografía de deleites para el paladar, que se trasladan al establecimiento para ser gozados en la serenidad que aportan un peculiar silencio confundido con el estrépito de la rompiente. Esa es la melodía, el hilo musical, para tres espacios diferenciados  – 4 si el tiempo acompaña y se puede disfrutarse de la terraza-.

 Foto © Hotel O Semáforo de Fisterra Foto © Hotel O Semáforo de Fisterra

Las posibilidades de intimidad o los bulliciosos compartires se ofrecen para degustar la buena mesa y la excelente bodega, que cuenta con más de 200 referencias, entre las que se recomiendan las de las denominaciones de la zona -Rías Baixas, Valdeorras, Ribeiro, Ribeira Sacra y Monterrei-, pero en las que no faltan los mejores caldos nacionales, Rioja, Ribera de Duero o lo que se tercie. La vida se brinda sobre los acantilados y sus espectaculares vislumbres. Aquí, hay que celebrar cada día, el sol o las tempestades. 

El establecimiento, regentado con el equipo de Jesús Picallo y su hijo Jacinto, ofrece una carta de 10 entrantes y 8 segundos, que varían según temporada y mercado. Podría decirse que se somete al estado del mar y de las saleadas huertas.

Mejillones en escabeche. Foto © Hotel O Semáforo de FisterraMejillones en escabeche. Foto © Hotel O Semáforo de Fisterra

Dejénse guiar como en el Camino de Santiago, que allí mismo finaliza. Sigan las indicaciones sugeridas y alcanzarán metas de placer: Calamares al godello, bogavante con huevos fritos, mejillones en escabeche, corujo al horno, empanadas de pulpo con setas, de mejillones y chorizo. Y salseen, no se priven, háganlo con alguno de los delicados panes:  de algas, de vino y pasas, de curry o de coco, que elaboran con gusto artesano Juan Luis y Germán.

Hotel Faro Lariño

Si se animan, acérquense desde allí al Hotel Faro Lariño, ubicado al mismo nivel de mar, en Punta Insua, en Carnota. Este establecimiento dispone de 9 habitaciones tematizadas con diferentes aspectos del día o del tiempo. Tiene menos presencia gastronómica, pero en el coqueto garaje que tenía la torre de luz Picallo y sus gentes han instalado la taberna marinera Ariete -el nombre alude a un acorazado que encalló en la zona-.

 Foto © Hotel Faro Landiño Foto © Hotel Faro Landiño

Allí podrán paladear conservas gourmet gallegas, molletes de pulpo y queso de Arzúa o lacón con pimientos, así como los llamados Arietes (base de pizza que realiza una panadera local con masa sin más sal que la aportada por algas, todo enriquecido con chorizo de porco celta y quesos gallegos como el ya mencionado Arzúa, San Simón y Cebreiro.

Dos experiencias culinarias iluminadas sobre su propia despensa. Sigan la luz o el Camino, llegarán al mejor puerto, al más fresco y natural.