Un 76% de los españoles asegura no sentirse contento con su peso actual, según se desprende de la Encuesta XLS Medical sobre factores de éxito y fracaso en el intento de adelgazar, realizada entrevistando a 2.944 personas por la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo), en colaboración con esta firma.
Una gran mayoría de esas personas que se muestran disconformes con su peso inician una dieta de adelgazamiento pero, según esta encuesta, el 81% de los españoles fracasa al hacer un régimen. Se trata de unos porcentajes que, a juicio del vicepresidente de la Seedo, Albert Goday y recogidos por Europa Press, son «preocupantes» y demuestran que «algo está fallando» en el sistema, debido a que la población quiere perder peso, pero no lo consigue. De hecho, este problema se acentúa aún más si se tiene en cuenta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado de que las previsiones mundiales de obesidad para el 2030 se van a cumplir mucho antes de lo previsto: el próximo año.
¿Por qué queremos perder peso?
La encuesta muestra que los españoles quieren perder una media de 10 kilos en cinco meses, siendo la principal motivación para hacerlo el hecho de sentirse sanos (82,8%), vestirse mejor (85,6%), equilibrar su estado emocional (78,8%), buscar trabajo (65,4%) y mejorar su vida sexual (58%).
¿Cuáles son las causas del fracaso?
Hay tres aspectos fundamentales: falta de constancia y de motivación, y plantearse objetivos demasiado ambiciosos. «Muchos creen que es cuestión de dos semanas o un mes, porque no son conscientes de que la obesidad es una enfermedad crónica que no se puede tratar en un mes. Es necesario un cambio de hábitos y mantenerlos en firme en el tiempo», explica Albert Goday, vicepresidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad. «No hay plazos. Intentar fijarse objetivos irrealizables, como perder 15 kilos en un mes, tampoco es aconsejable ni deseable«.
¿Cómo hay que seguir con éxito una dieta?
«El fracaso en la dieta suele crear una insatisfacción personal que, en ocasiones, puede producir el llamado efecto rebote o el abandono del tratamiento«, comentó Goday, quien informó de que la constancia (85%), la motivación (58%) y el deporte (51%) son los principales factores destacados por los encuestados a la hora de finalizar con éxito un régimen.
¿Acudimos al especialista?
La obesidad es una enfermedad crónica y para combatirla se necesita motivación para adoptar unos hábitos de vida saludables y, además, ayuda por parte de especialistas. En este punto, el informe muestra que solo el 35,1% de las personas que han querido bajar de peso han consultado a un profesional médico y que, por el contrario, el 49% se han autoprescrito los alimentos y los hábitos que consideraba más sanos. Solo un 35 % de los españoles dice acudir al especialista médico para perder peso. Muchos consultan con amigos, familiares o Internet, pero no suelen ser buenos consejeros.
¿Sabemos qué y cómo comemos?
El 65% de los encuestados considera que come de forma saludable, sin embargo la realidad es que hay muchas personas que comen mal y consideran que lo hacen bien, por eso es necesario que se informe y se enseñe a la población sobre la importancia que tiene controlar las raciones, no comer entre horas y alternar la ingesta de determinados alimentos grasos y bebidas de gas.
Asimismo, a la hora de comer, un 68% asegura que lo hace en casa y acompañados, aunque el 84% de los que hacen dieta no incluyen a su pareja en la misma. Respecto a la hidratación, el 51,3% de los encuestados asegura que bebe entre uno y dos litros de agua al día; el 31,8% menos de un litro; y el 14,5% dos o más litros.
Ante todo esto, los especialistas abogan por concienciar a la población sobre la importancia que tiene llevar a cabo una dieta mediterránea y recomiendan huir de todas aquellas que restringen alimentos saludables. El vicepresidente de la Seedo lamentó que con la actual legislación, comer sano sale ‘caro’ y recordó que ya hay diferentes países de la Unión Europea que están reduciendo el IVA a los productos denominados sanos y aumentándolo a aquellos con alto contenido en grasas. «Si la obesidad provoca un mayor gasto sanitario sería fundamental que los alimentos saludables fueran más baratos ya que así se favorecería su consumo«, recalcó Goday.