Comer bien es imprescindible cuando se visita un restaurante, pero para un gran sector de clientes, el restaurante es además un lugar social de encuentro donde estar y disfrutar de un buen ambiente, música y otras posibilidades. El equilibrio es dificil, porque un bar de diseño como el que nos ocupa, es además un restaurante de diseño, podríamos decir que allí donde puedes ir a tomar un cóctel o una copa, es poco probable que puedas ir a tomar un menú degustación de setas que merezca la pena… Pués en Olsen Belvedere Winter Lounge es posible, no vamos a decir que sea el mejor restaurante de Madrid, pero sí uno de los más especiales, donde la sobremesa puede alargarse en el bar y, sobre todo, donde además de beber se puede comer.
Nombre: Olsen
Dirección: Prado nº 15 28014 Madrid
Teléfono: 914 293 659
Página Web: www.olsenmadrid.com
Tipo de cocina: Internacional, con toques argentinos
Entorno: Local tipo neoyorkino con una gran barra, luces indirectas, dos sofás, espacioso, con cocina vista
Servicio: Servicio muy correcto y amable, dirigido por Eduardo Algost, aunque el lunes nos atendió Matías Menéndez, con bastante conocimiento de la cocina del restaurante.
Accesibilidad: Buena, a excepción de dos peldaños bastante altos en la entrada
Ambiente: Treintañeros urbanos
Aparcacoches: No
Precio: Buena relación calidad-precio, sobre todo en los menús degustación
Fecha visita: Cena, lunes 19 de octubre de 2009
Cocina:
Nuestra intención era probar el menú degustación de setas (28 euros), que es la novedad del restaurante en otoño. Arranca con una Tosta de setas, helado de setas, chalotas y eneldo, con buen sabor, aunque la tosta algo grasa; después un Confit de boletus, jamón crocante y rúcula, un conjunto que resulta armonioso, aunque el boletus queda un poco deshidratado. A continuación llega el mejor plato del menú, el Hongo Portobelo relleno de queso de cabra con textura crujiente, ensalada de brontes de manzana verde y pistachos: completamente delicioso y absolutamente armonioso. Acabamos con un Risotto de mascarpone, setas de otoño salteadas y parmesano: el risotto magnífico, muy cremoso, con un gran sabor y en su punto, aunque tenía poca integración de las setas, que parecían las mismas de la tosta, puestas sencillamente encima.
Como no podíamos resistirnos a otros clásicos del restaurante, también probamos los cócteles. La carta de cócteles y demás bebidas es impresionante, con precios que oscilan entre 8 y 12 euros. Algunos de los más consumidos son el PeperBerry, con vodka Absolut Pepper, frambuesas, Cointreau y pimienta: muy refrescante y vistoso; también con un gran sabor está la Mandarinoska, que lleva Absolut Mandarin y mandarinas. Finalmente probamos el Mint, con vodka, menta y maracuya… buenísimo. Otro clásico del restaurante son las tablas, que llaman Smorlebrod: sandwiches abiertos y 5 vodkas (5+5). Su precio es de 22 euros y tienen diferentes tipos de canapés, muy bien hechos, con su maridaje de chupitos de vodka. Se aconseja tomar primero los más suaves y finalmente el más potente: una forma de beber y comer curiosa y divertida. Los canapés eran todos ellos muy buenos, y estaban hechos con panes de cereales, crujientes… siendo mi preferido el de pera.
También probamos otro clásico de la carta, la Bondiola (17 euros), una carne exquisita del cuello del cerdo, que es una receta muy típica de Argentina; se presenta sobre un puré de patata y con una salsa de frutos rojos: deliciosa la carne, el puré maravilloso, sólo un poco excesiva la salsa (en mi opinión). De postre Plátanos rustidos con jengibre, vainilla, canela, sorbete de coco y leche (7 euros), también buenísimos, y la Mousse de chocolate, con helado de chocolate y galletas de sal maldom (8 euros): muy buena la combinación del chocolate y las galletas. Bebimos agua, porque entre los cócteles y los maridajes de vodka es dificil tomar vinos, aunque el restaurante dispone de una carta amplia e internacional, con caldos españoles, franceses, italianos, portugueses, australianos, argentinos y chilenos.
Observaciones:
Es recomendable no dejar pasar la oportunidad de probar las roscas de pan que se hacen en la sala, de diferentes tipos, con las salsas de queso y salmón: están buenísimas. Conviene reservar con antelación, sobre todo en fin de semana.
Calificación:
El presitigioso chef argentino Germán Martitegui, que tiene dos restaurantes en Buenos Aires: Olsen Casa Cruz y Tegui, asesora el restaurante donde cocina Esteban Pérez. Se trata de una cocina para alternar bien preparada, con productos de calidad, pero donde ni prima la estacionalidad ni el producto, sino las preparaciones cuidadas con toques de fusión, del gusto de una clientela cosmopolita, joven y urbana, de poder adquisitivo medio, que no sólo desea comer correctamente, sino también estar en un lugar agradable, incluso hasta más allá de la media noche. Un restaurante muy coherente con su clientela, con una cocina correcta y un servicio muy agradable, que merece la pena conocer.
Puntuación:
6,7/10
Galería fotográfica:
- Olsen dispone de una sala espaciosa, con cocina vista
- El piso de abajo de Olsen es ideal para probar sus cócteles y vodkas
- Las roscas de pan que se hacen en la sala, de diferentes tipos, están buenísimas
- Mandarinoska, con Absolut mandarin y mandarinas, uno de los muchos cócteles que Olsen ofrece
- Tosta de setas, helado de setas, chalotas y eneldo
- Confit de boletus, jamón crocante y rúcula
- Smorlebrod: sandwiches abiertos y 5 vodkas
- Hongo Portobelo relleno de queso de cabra con textura crujiente, ensalada de brontes de manzana verde y pistachos
- Risotto de mascarpone, setas de otoño salteadas y parmesano
- Bondiola
- Mousse de chocolate, con helado de chocolate y galletas de sal maldom
- Plátanos rustidos con jengibre, vainilla, canela, sorbete de coco y leche