El otoño es la mejor época para practicar el enoturismo, sin duda. Hace unos días, en Con Mucha Gula tuvimos la oportunidad de asistir a una experiencia cien por cien recomendable en la Ruta del Vino de Rueda: la vendimia nocturna. Aún quedan días para vivirla, aunque este año la recogida de la uva ha sido muy temprana y ya son muchas las bodegas que tienen casi terminado el trabajo de la recolección.
Aunque a primera vista parezca que la vendimia nocturna encierra mucho romanticismo, lo cierto es que esta labor se hace por la noche por cuestiones meramente prácticas y para conseguir que la uva no sufra las altas temperaturas diurnas que puedan hacer que en su traslado hasta la bodega se inicie el proceso de fermentación. De cualquier forma, asistir a la luz de luna y bajo un manto de estrellas a la vendimia es impresionante. Algunas bodegas hacen parte de su vendimia a mano, pero en Rueda la mayoría recoge la uva con la ayuda de grandes máquinas que, en la noche, parecen naves espaciales llegadas de otro mundo. Estas máquinas van agitando las cepas colocadas sobre espalderas y los racimos se desprenden con una facilidad pasmosa. Algunas realizan al mismo tiempo el trabajo de despalillado, dejando solo el grano. La uva se vuelca sobre los contenedores de los remolques que llegan a acumular más de 8.000 kilos. Toda esta labor se hace bajo la atenta mirada y supervisión de los veedores, quienes siguen el control de la vendimia para el Consejo Regulador de la DO Rueda.
Los viñedos de los Hermanos Villar están a pocos minutos de la bodega, la uva llega perfecta y enseguida se pone en marcha la prensa para conseguir el primer mosto, que inunda con su dulce olor toda la instalación. Así empieza el largo proceso de la elaboración de sus vinos Oro de Castilla.
Las bodegas PradoRey, y hasta que se termine la vendimia, invitan a los visitante a conocer el viñedo El Balcón de la Lobera en La Seca, donde se termina degustando sus vinos, junto al queso y aceite gourmet de elaboración propia.
También ofrece una experiencia en viñedo Bodegas Mocén, para acabar con una degustación de dos vinos, las uvas recolectadas, embutidos y quesos. El resto de la temporada visitar esta bodega es un descubrimiento, ya que atesora una importante colección de pintura y la biblioteca del restaurador José Luis, que fue inaugurada por Camilo José Cela. Sus galerías subterráneas están llenas de homenajes a personalidades y amigos de José Luis, desde presidentes de gobierno a toreros, escritores, actrices y directores de cine.
La Bodega Emina Rueda nos lleva a su Jardín de Variedades de Uvas Blancas y enseña las técnicas de viticultura y vendimia de la bodega, para después conocer las instalaciones y degustar sus vinos. Este año también ha incluido la vendimia nocturna en uno de sus pagos para ser así testigos del inicio de la vinificación.
Bodegas Menade es la primera ecológica de la Ruta del Vino de Rueda y, junto a los viñedos, nos muestran los jardines de polinización para explicar su filosofía y plan de trabajo. Es una bodega moderna y vanguardista, pero basada en la agricultura más primitiva. Organiza visitas originales, como un recorrido en el que combina el avistamiento de aves por el alcornocal Valdegalindo con un almuerzo especial ‘del vendimiador’ en la bodega, participar en un taller de esgrima o en una clase de yoga con vistas al viñedo, tras recorrer la bodega. Además del vino tienes que probar su cerveza Burra y el aceite ecológico A Eva.
El mejor verdejo del mundo 2014 lo han elaborado en Bodegas Castelo de Medina que, a modo de chateau francés, está rodeada de 100 hectáreas de viñedo. Para conocerlas debes reservar la visita.
Bodega Verderrubí, en Rubí de Bracamonte, es el sueño de la familia Pita, que ha vuelto a plantar viñas en los lugares donde previamente lo habían hecho sus antepasados. Emilio José Pita lidera este proyecto, a punto de certificarse como ecológico, y del que ya han salido grandes vinos.
Vinoterapia, buena gastronomía y fiestas
Una ‘agotadora’ jornada de vendimia merece una recompensa en forma de relax, como la que ofrece el Balneario Villa de Olmedo, que propone un paquete especial ‘Entre aguas y viñedos con vinoterapia’, que incluye un exclusivo tratamiento de vinoterapia con efecto antioxidante, al que se añade una cena con menú castellano, botella de vino y pastas y una visita ‘El hilo de Ariadna’ con degustación en la Bodega Yllera.
El Balneario ocupa un antiguo convento y conserva la nave de la capilla ahora convertida en un placentero hall. En su historia guarda el paso de dos grandes mujeres relacionadas con esta tierra: Santa Teresa de Jesús y Juana la Loca. Los actuales huéspedes se benefician ahora de los efectos de las aguas termales, que son sedantes y consiguen eliminar el estrés, pero también poseen propiedades antiinflamatorias y beneficios dermatológicos, especialmente indicadas para el tratamiento de la psoriasis. Del Balneario de Olmedo hay que destacar también su cocina, con recetas estrella como el Bacalao a la Olmedana, con el que participarán, en formato de pincho, en las Jornadas de la Tapa de Olmedo a finales del mes de octubre. Y hasta noviembre también se incluye en el Menú Maridaje Vendimia, con otros platos muy sugerentes como Aplastadillos de Lechazo en costra con pan lechuguino, y todo ello maridado con vinos de Rueda: blancos, un tinto y un espumoso (45 euros).
Pero si hablamos de gastronomía, en la Ruta del Vino de Rueda hay que detenerse en uno de los dos restaurantes con estrella Michelin de la provincia. Se trata de La Botica de Matapozuelos, donde el chef Miguel Ángel Cruz ha conseguido integrar el paisaje, el sabor y los aromas del bosque de pinos en sus menús de autor.
El asador de Matapozuelos no parece guardar esta joya gastronómica tan singular, pues conserva la estética de mesón castellano, donde se asa un buen cordero al horno de leña y se sirve junto a la carta tradicional en el salón principal. Pero, en una sala que en otros tiempos fue la botica del pueblo, ahora Miguel Ángel invita a disfrutar de otros sabores, igualmente llenos de raíces, pero con matices increíbles y una presentación de vanguardia. ¿Algún ejemplo? Sopa de piñón blanco, trucha y saúco con hierbas de río; Huevo de leche de oveja ahumada en un caldo de setas y verduras de temporada; o Albóndigas de carrillera con setas y piña verde rallada.
Cada uno de los pueblos que forman la Ruta de Rueda por Valladolid tienen su encanto y forman un paseo cultural impresionante: Rueda, Medina del Campo, La Seca, Serrada, Tordesillas, Olmedo, Matapozuelos, Pozaldez, Villaverde de Medina y Nava del Rey. Tordesillas, al lado del río Duero, está cargado de historia y de monumentos imprescindibles, como el palacio donde se firmaron los famosos tratados entre los Reyes Católicos y el rey de Portugal. En Medina del Campo hay que conocer su Museo dedicado a la Semana Santa (Centro Cultural San Vicente Ferrer), ya que aquí nació la tradición de sacar a las imágenes de La Pasión en procesión para enseñar al pueblo el mensaje de Cristo, y fue el santo Vicente Ferrer quien lo impuso, en una breve visita que cambió la historia de este pueblo en 1411. Los domingos todo está abierto (el día de descanso, curiosamente, es el jueves), hay un gran mercado en la plaza y también nos podemos acercar hasta el recién remodelado mercado de abastos y, justo enfrente, hacer una visita a Los Quesos de Juan, una quesería con una cuidada selección que el mismo Juan se encarga de explicar y dar a catar. Increíble el 40 kilos, un gran queso por su sabor y por ese peso y, para amantes de los azules, el Calvario. Otro lugar al que hay que acudir para conseguir buenos productos gourmet y dejarse aconsejar por Bruno a la hora de llevarse un vino es Casa Lola, en Rueda. Por supuesto, hay que probar las recetas de Lola, especialmente su tortilla de patatas.
Uno de los monumentos más impactantes de la ruta es el Castillo de la Mota de Medina del Campo, un ejemplo único de arquitectura defensiva, construido en ladrillo rojizo. Pero no menos impresionante resulta encontrar su réplica en el Parque Temático del Mudéjar de Olmedo, donde uno se siente como Gulliver, un gigante rodeado de los principales edificios y monumentos de la provincia construidos a escala. Una visita que encantará tanto a los niños como a los mayores, que volverán a sentirse como ellos por un rato.
La Ruta de Rueda siempre tiene alguna festividad o motivo de celebración, pero ahora se acerca uno de los grandes eventos. Del 9 al 13 de octubre se celebra la XXVI Fiesta de la Vendimia de Rueda con la tradicional pisada de la uva y la degustación del primer esto. Después se inaugurará la IX Feria del Vino Blanco Villa de Rueda y, durante todo el fin de semana, se celebrarán multitud de actividades para todos los públicos. Muchas bodegas organizan jornadas de puertas abiertas con motivo de la Fiesta de la Vendimia, con catas en viñedo, talleres en familia, una feria de artesanía y una exposición con las imágenes del Concurso de Fotografía.