A pocos kilómetros de Madrid por la N-II y en la provincia de Guadalajara, hay una comarca bastante desconocida pero muy interesante por sus paisajes y su gastronomía: La Alcarria.
Sin embargo, su nombre nos suena porque Camilo José Cela la visitó en junio de 1946 y escribió Viaje a La Alcarria. A pesar de todo esto, sigue siendo una zona rural que mantiene todo el encanto porque está poco habitada.
La Alcarria es un paisaje llano con vegetación arbustiva en el que algunos ríos, como el Tajuña, el Ungría o el Badiel, entre otros, han erosionado esas llanuras formando valles muy bonitos. Algunos de los pueblos como Tendilla, conocida por la calidad de sus cortezas de cerdo, están en el fondo del valle, pero otros se encuentran en las zonas altas y son verdaderos balcones.
El escritor, en 1946, empezó su viaje por Torija. Su castillo, destrozado por El Empecinado en la Guerra de la Independencia para que no fuera usado por los franceses, es un museo que muestra los encantos de la provincia de Guadalajara y también la obra de Cela: Viaje a La Alcarria. Es la atalaya perfecta para iniciar el recorrido.
Balcones naturales
El Balcón de La Alcarria está en Trijueque, junto a la autovía y a 7 Km. de Torija. Es el mejor lugar para ver, en la distancia, la sierra con su relieve más abrupto, más cerca la campiña guadalajareña repleta de campos de cultivo con sus formas geométricas en suaves lomas, y el inicio de La Alcarria, el lugar precisamente en el que se asienta este balcón.
Otro balcón es el pueblo de Horche, situado en lo alto de las laderas del valle del río Ungría. En la distancia, es un pueblo que resulta muy atractivo. Ya en el interior, se ve que típicamente alcarreño, en el que destacan su plaza y un lavadero con más de 400 años, así como las vistas desde las «atalayas» que el pueblo ofrece para disfrutar de la imagen del valle. El lavadero es una construcción circular con techo y varias pilas anejas, que forman un conjunto precioso y muy fotogénico. Para disfrutar de las panorámicas, lo ideal es subir a las ermitas de San Isidro, San Roque o San Sebastián o también desde la Iglesia de la Asunción, que están en las zonas más altas.
Gastronomía alcarreña
Horche es un buen destino para comprar buenos productos gastronómicos. Muy cerca del lavadero hay una panadería que elabora unos panes muy ricos y además, tiene una bollería de buena calidad. La Panadería Calvete, en la calle de las Fuentes está especializada en pan candeal, un buen recuerdo para llevar y compartir. «Con pan y vino se anda el camino», dice el refrán, y en Horche se cumple a la perfección, porque también el vino es muy importante en esta comarca. Las bodegas horchanas, que proceden de los siglos XV y XVI, son otro de los encantos que se pueden visitar para disfrutar de los ricos caldos.
Pero, sobre todo, hay que recordar que La Alcarria es conocida por su miel. La Ciudad de la Miel, que está muy cerquita de Horche, ofrece una gran variedad de buenas mieles y a buenos precios. Y por si necesitamos conocer más aún el mundo de la apicultura, Peñalver es otro encantador pueblo que está repleto de rincones bonitos, además de albergar el Museo de la Miel. Aquí se aprende todo lo necesario para conocer las labores apícolas y apreciar aún más uno de los productos más sanos que podemos tomar.
Y si de una buena mesa estamos hablando, en el mismo pueblo de Horche, podemos encontrar La Fuensanta, un Hostal Rural que cuenta con restaurante en dos salones, una zona de barra y cafetería, futbolín, piscina, jacuzzi, zona para niños, etc.
Aquí, se puede disfrutar de una gastronomía basada en el producto local, al que se cuida, para elaborar sencillas delicias, como Ensalada mixta, Tortilla de jamón y queso acompañada de patatas fritas, Guisantes con jamón o Merluza con salsa de almendras. Como colofón dulce, se puede disfrutar de la Costrada, típica en Alcalá de Henares, y que ellos elaboran incluyendo una variación que tendrás que averiguar. Y para desayunar, pide lo que más te apetezca. Porque cuando el producto es bueno y se trabaja bien, el resultado es estupendo. Y por si fuera poco, a un precio económico. Con su exquisito trato, te hacen sentir como en casa.
La Posada Rural El Marañal, alojamiento recomendado por la tranquilidad y belleza de la zona, es otro punto clave a destacar, en el pueblo de Caspueñas. Un servicio muy agradable sirve las típicas Gachas, que no puedes irte sin probar, en un restaurante luminoso y espacioso. Sirven asados y arroces por encargo y también raciones, que se pueden degustar en su terraza o en la zona de cafetería. De postre, las clásicas Fresas al vinagre o la Tarta de queso, muy suave. Platos abundantes decorados muy elegantemente. Un lugar ideal para poder disfrutar después de un bonito paseo a la orilla del río Ungría.
Panorámica capital
Pastrana puede ser considerada la capital de La Alcarria porque su historia, sus anécdotas o su tamaño así lo confirman. Esta población no se sitúa en lo alto, pero la posibilidad de acceder a sus miradores hacen de Pastrana un balcón precioso, al que podemos subir después de haber recorrido sus calles y haber visitado el palacio y la Iglesia Colegiata.
Ahora que se cumple el centenario de Santa Teresa de Jesús, no hay que olvidar que un importante destino para ella fue Pastrana. Aquí fundó dos conventos carmelitas descalzos, uno para mujeres, el de San José y, otro para hombres, el de San Pedro, que hoy se llama del Carmen. Ambos fueron fundados a la vez, siendo la única vez que lo hizo. También compartió y departió con la princesa de Éboli en la que fuera su prisión, el Palacio Ducal.
No te puedes perder:
- Visitar el castillo de Torija;
- Ver la panorámica de El Balcón de La Alcarria
- Pasear por Horche y comprar recuerdos comestibles;
- Visitar Pastrana, el Palacio Ducal y la Colegiata y su Museo de Tapices