
El Camino de Santiago francés discurre por La Rioja a lo largo de 70 kilómetros repletos de arte, naturaleza, historia y buena gastronomía. El Camino entra en La Rioja proveniente de la localidad Navarra de Viana, bordea el monte de Cantabria y llega hasta a las tapias del cementerio municipal antes de entrar en la ciudad de Logroño. Esta será la primera parada de la ruta jacobea que se dirige a Santiago de Compostela para honrar la tumba de Santiago apóstol, a 600 kilómetros de distancia.
Logroño: murales, tapas y helados
En Logroño se unen el Camino francés, que viene de los Pirineos por Navarra y Aragón, y el Camino del Ebro, que enlaza Tarragona y Astorga y que atraviesa ostras ciudades riojanas como Varea, Calahorra y Alfaro. Los peregrinos entran a Logroño atravesando el Ebro por el Puente de Piedra para tomar la Rúa Vieja, donde se encuentra un albergue municipal. Desde esta calle se puede visitar la iglesia de Santa María de Palacio y, más adelante, la iglesia de Santiago, que destaca por su imagen barroca del Apóstol en la fachada y un retablo en el interior en el que se ve al santo y a un peregrino. En la plaza que hay junto a la iglesia de Santiago verás un curioso Juego de la Oca incrustado en el suelo, con motivos jacobeos, y la fuente de los Peregrinos.
La calle Ruavieja da paso a la calle Barriocepo y por ella se sale de los límites de la ciudad antigua, junto a la Puerta del Revellín. En un lateral de la calle te sorprenderá el gran mural dedicado a los peregrinos que adorna una de las fachadas, y que todo el mundo se para a fotografiar. Se trata de la original imagen de un anciano con el cuerpo tatuado con los sellos del Camino… incluido uno de otra galaxia, con la figura de Darth Vader, de La Guerra de las Galaxias.
Después de Logroño, la siguiente parada será Navarrete. El Camino pasa junto a las ruinas del Hospital de San Juan de Acre, cuyas portada y ventanas son ahora la entrada del cementerio del pueblo. Navarrete es una localidad alfarerara y aún puedes ver cómo trabaja Antonio Naharro en su taller de alfarería, pegado al Camino, y comprar alguna pieza de recuerdo. Y si te apetece visitar una bodega a pie de Camino, haz una parada en Bodegas Corral, con paseo por los viñedos, explicación de la elaboración del vino en la bodega y cata de 2 vinos y degustación de productos locales. Las ruina del antiguo Hospital se encuentran dentro de sus dominios.
Para comer:
Aprovecha para probar las cocinas que más despuntan en este momento en Logroño, como el restaurante Íkaro, que ha obtenido una estrella Michelin, con Carolina Sánchez e Iñaki Murúa en la cocina, fusionando sabores riojanos, vascos y ecuatorianos. Otro nombre propio que está dando mucho que hablar es Juan Carlos Ferrando, y si quieres tener una experiencia de cocina japonesa inolvidable, reserva la exclusiva mesa para solo 10 comensales en Kiro Sushi, con una estrella Michelin. Otra buena recomendación es La Cocina de Ramón, en la calle Portales, y la versión informal y moderna de Francis Paniego en su restaurante Tondeluna.
Visitar las calles del tapeo más famosas del mundo es también obligatorio si estás en Logroño… y acompañar los pinchos con vino de Rioja, por supuesto. La calle Laurel, con los clásicos como El Soriano y sus champiñones, las bravas del Jubera, el pincho de sepia del Mesón del Abuelo o la careta de La Tavina y los recién estrenados, La Brasa de la Laurel, del cocinero Txebiko, y el nuevo restaurante de Ramón: La parrilla riojana. Y la calle San Juan, donde hay que entrar en Tastavín, en el número 25, y disfrutar de su barra de pinchos y buenos vinos.
Otro imprescindible gastronómico de Logroño son los helados de Fernando Sáenz, en la heladería DellaSera de la calle Portales, que este verano estrena nuevo local, más amplio. Tienes que probar el sabor creado en homenaje al Camino de Santiago: Paseo de verano, al tramo que une Viana, donde se encuentra el obrador Grate donde se elaboran los helado, y Logroño. Los ingredientes son almendruco crudo con piel, brote de hinojo y esa paja de heno que se mastica en medio del campo.
Para dormir:
Logroño cuenta con tres albergues de peregrinos y otros turísticos para acoger a todos los caminantes. El Albergue Municipal ocupa desde 1993 una casona del siglo XVIII situada en plena ruta jacobea, próxima a las iglesias de Santiago y Palacio. Dispone de 500 metros cuadrados para dormitorios, salones de estar, cocina, sala de usos múltiples… además de un amplio patio para descansar y hablar con otros peregrinos. El Albergue Albas se encuentra en la Plaza Martínez Flamarique, 4 Bajo, una preciosa plaza circular (fue la antigua plaza de toros) porticada, peatonal y con un bonito jardín. Y el Albergue Logroño, en Capitan Gallarza, con capacidad para 10 plazas y que admite mascotas en habitación que no sea de literas. Con un aire más moderno y joven tienes Winederful Hostel y Café, un albergue turístico con cafetería, un espacio único que mezcla el ambiente cálido y cosmopolita de los mejores hostels europeos con las comodidades de un hotel, con habitaciones privadas y camas en habitaciones compartidas. Quienes prefieran pernoctar en hostales, apartamentos y hoteles, en Logroño van a encontrar una gran variedad de alojamientos.
De Nájera a Santo Domingo de la Calzada

La octava jornada del camino francés sale de Nájera hacia Azofra, pero también es posible tomar desde Nájera una variante que se desvía hacia los monasterios de Suso y Yuso en San Millán de la Cogolla. En Nájera, es de visita obligada el Monasterio de Santa María la Real. Aquí están enterrados reyes y nobles del Reino de Pamplona-Nájera. No hay que perderse el claustro, el Panteón Real y el de los Infantes, y la cueva que dio origen a este monumento donde hay una talla de la llamada Virgen de la Rosa.
La ruta jacobea atraviesa la calle Mayor de Azofra y continúa después por Cirueña, rodeado de un bosque de robles, antes de llegar a Santo Domingo de la Calzada. Los peregrinos atraviesan la ciudad de lado a lado por la calle Mayor, y transitan por su casco antiguo declarado Conjunto de Interés Histórico Artístico. El camino cruza el río Oja sobre un puente cuyo origen se atribuye al monje Domingo, quien dedicó gran parte de su vida a facilitar el paso de los peregrinos por tierras riojanas. Este año Santo Domingo celebra su año jubilar, el Milenario del nacimiento del santo, y de forma extraordinaria, los caminantes podrán entrar a la famosa catedral por la puerta del perdón, que se encontraba tapiada hasta hace unos meses. Dentro, hay que admirar el mausoleo de Santo Domingo y el famoso gallinero, con las aves del famoso milagro de Santo Domingo que da pie al dicho: «Santo Domingo de la Calzada, donde cantó la gallina después de asada».
Para comer:
En Santo Domingo de la Calzada vas a encontrar una gran oferta gastronómica pensada, sobre todo, para el peregrino, con menús especiales. En Hidalgo, cocina casera y como recetas estrella la famosa tortilla de patatas y los pimientos rellenos de carne. Los Caballeros es uno de los mejores restaurantes, con una carta 100% riojana que incluye platos como la menestra, las chuletillas de cordero o el bacalao con crema de puerros, además de contar con opciones vegetarianas y sin gluten. La Piedra restaurante es otro establecimiento que ofrece buenos guisos caseros, desde las pochas a las típicas patatas con chorizo, bocadillos, picoteo y buena relación calidad-precio.
Para dormir:
El Albergue de Peregrinos se encuentra en la misma calle Mayor (38-42), ocupa un edificio renacentista y es uno de los mejores de todo el Camino de Santiago francés, después de su ampliación y restauración en 2009. Desde 1968 es albergue y sede de la Cofradía del Santo, que fundó Santo Domingo de la Calzada en el siglo XI. Es totalmente accesible y tiene 185 camas, repartidas en diferentes tipos de habitaciones. Como curiosidad, en su interior se crían los gallos y las gallinas blancos que forman parte del Gallinero de la Catedral.
El antiguo Hospital de peregrinos del siglo XII, levantado por Santo Domingo junto a la catedral, es ahora Parador de Turismo de estilo regio y elegante, con salones majestuosos y un vestíbulo repleto de arcos góticos y artesonados de madera. Y no es el único, ya que la villa cuenta con otro: el Parador Bernardo de Fresneda.
Grañón y el nuevo contador de peregrinos
Tras abandonar Santo Domingo, el Camino discurre por un viario paralelo a la N-120 y llega a un alto donde se encuentra la denominada Cruz de los Valientes, que recuerda el escenario de un juicio de Dios entre los representantes de Grañón y Santo Domingo por la posesión de una dehesa. La siguiente y última localidad del Camino de Santiago en La Rioja es Grañón, donde se halla un ejemplo del típico urbanismo jacobeo, con una alargada calle principal. De la localidad se sale por un ancho camino de tierra que conduce a Redecilla del Camino, ya en la provincia de Burgos. Este verano podrás estrenar el nuevo contador automático que recoge, a través de un sistema de bucle magnético, los datos cuantitativos de los cicloturistas que transitan por la ruta europea cicloturística Eurovelo 1. Además, un sensor permitirá contabilizar el número de peatones que hacen este recorrido, diferenciando los dos tipos de usuarios. ¿Sabes cuántos peregrinos pasan por allí cada día? El promedio de usuarios al día es de 612 usuarios, el 91,9% peatones y el 8,1% restante ciclistas. Además, los días de la semana con mayor tránsito son los jueves, viernes y sábados.