Entre el Parque Nacional de los Picos de Europa y el Parque Natural de Redes, se encuentra el espectacular Parque Natural de Ponga, declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco. Un fantástico espacio natural del Principado de Asturias, aún muy desconocido, que hará las delicias de los amantes de la montaña, el senderismo, las aventuras en familia y los coleccionistas de paisajes increíbles.

El Parque Natural de Ponga es un auténtico paraíso de montaña, lo tiene todo: grandes masas calizas que forman cordales (Cordal de Ponga, Cordal del Collau Zorru), desfiladeros como el de Los Beyos al que se asoman pequeñas aldeas, los ríos Sella, en la zona oriental, y el Ponga, en el este, atravesando el territorio de sur a norte con cascadas y arroyos, miradores en los que pararse para contemplar sus afilados picos (Picu Pierzu, Picatordos y Peña Ten, con 2.141m) y puertos de montaña con ermitas y santinas a las que honrar (las de Arcenorio y Ventaniella). Abundan los valles profundos y bosques encantados, como el de Peloño, una de las mayores reservas europeas de hayas. Y a la hora de comer, aquí probarás Los Beyos, el queso del Sella, y guisos tradicionales de caza, cabrito y pitu calella (pollo de corral). Pero, vayamos por partes.
Desfiladeros, ríos y sendas con vistas panorámicas
El desfiladero de los Beyos nos da la bienvenida al Parque Natural de Ponga. Transcurre por los concejos de Amieva y Ponga, en Asturias, y Oseja de Sajambre, en León. Su garganta se ha ido formando por el paso del río Sella creando un profundo y estrecho cañón, de unos 20 kilómetros de largo, realmente impresionante. Circulando por esta carretera encontrarás varios miradores desde los que contemplar las maravillosas estampas que ofrece el desfiladero y las aldeas que asoman colgadas, como El Beyu, Vibuli o Casielles. Las montañas de caliza se elevan más de mil metros por encima del cauce del río Sella que discurre aprisionado, donde apenas entran los rayos del sol, haciendo que las paredes se cubran de laureles, madroños, avellanos, hayas y otros arbustos, una frondosa mezcla vegetal de especies mediterráneas y atlánticas.

Para hacernos una idea más clara de todo lo que encierra esta Reserva de la Biosfera, lo mejor es dirigirnos al Centro de Interpretación del Parque Natural de Ponga que se encuentra en San Xuan/San Juan de Beleño. En sus tres plantas se reparten salas de exposiciones que muestran todos los valores naturales y culturales de la zona y allí conseguirás toda la información turística con rutas y senderos. Justo desde aquí parte una ruta de baja dificultad, circular, que recorre el valle del río Ponga de una ruta circular que parte y finaliza en el pueblo de San Xuan/San Juan de Beleño. Esta ruta tiene una longitud de unos 10 kilómetros y transcurre por un sendero que nos llevará a descubrir rincones que parecen sacados de un cuento: bosques de castaños, hoces forjadas por los ríos como la Foz del Río Ponga, cascadas… Haz parada en dos preciosos pueblos, Sobrefoz, con un gran número de casas y hórreos que conservan la arquitectura más tradicional de la zona y buen sitio para descubrir la gastronomía típica local. Y Abiegos, un pueblecito cargado de encanto, desde el que se inicia la vuelta a San Xuan/San Juan de Beleño.

De la carretera que une San Xuan/San Juan de Beleño con Sobrefoz, parte una pista que, a través de preciosos paisajes, te llevará a la Vega de Ventaniella. Un espectacular espacio natural del que parten varias rutas y en el que se puede disfrutar de bellas estampas y respirar la paz que envuelve el lugar. Además, también podrás visitar la ermita de Ventaniella y tomar algo en la venta que se encuentra junto a ella.
Otra de las rutas más transitada es la del Cartero, el PR AS-282, que parte de la carretera del Pontón (km. 134) y rememora el camino que hacía el cartero que llevaba la correspondencia entre los pueblos del Desfiladero de los Beyos, un sendero con bastante pendiente que pasa por Biamón hasta Casielles.
Cumbres por conquistar
Uno de los mayores atractivos de este Parque Natural de Ponga es coronar algunos de sus míticos picos. Y alguno está al alcance de cualquiera que esté un poco en forma. La ascensión al Pierzu (1542m) es una ruta de montaña muy asequible, de unos 5 km, ya que partiendo de una cota bastante elevada, el desnivel positivo a salvar apenas supera los 600 m. Todo el camino está señalizado con marcas blancas y amarillas, es una de las rutas catalogadas como PR dentro del Parque Natural de Ponga (PR AS-211) y todo el recorrido regala unas vistas increbíbles de todo el concejo de Ponga, Amieva y Picos de Europa.

La ascensión al Tiatordos, el famoso y más alto pico de la zona, con 1.951 m, requiere de mayor preparación física y técnica, sobre todo en su tramo final, pero no es peligroso. La ruta parte de Tarañes, se tardan entre 3 y 4 horas en llegar a la cima, y el recorrido completo es de 7,2 kilómetros.
La riqueza de los bosques ponguetos
También en San Xuan/San Juan de Beleño se encuentra el Museo Gallinar de la Madera y la Herramienta, creado por Javier Gallinar, un artesano que ha recopilado más de 2.000 piezas relacionadas con la ebanistería y carpintería y se exhiben en el bajo de una construcción de estilo rural asturiano del siglo XVII (Actualmente se visita bajo petición: 985 843 057). La importancia económica del bosque en la vida de Ponga ha estado siempre presente desde la antigüedad. De los bosques como el de Peloño o el monte Semeldón salía la principal materia prima de Ponga, la madera que se usaba tanto para la construcción naval como para su uso como combustible en forjas alimentadas con carbón vegetal y en la fabricación de muebles y piezas artesanas de madera. Aún queda algún taller de ebanistería donde se pueden adquirir piezas de artesanía con el estilo asturiano.
¡Pura adrenalinaaaa!
Preparados, listos… ¡a saltar! En el parque de aventuras de Vidosa los gritos son de emoción. Porque es un no parar. En la parte alta del Desfiladero de los Beyos hay un lugar preparado para descargar adrenalina… nada más levantarnos de la cama. Y es que el complejo Vidosa Aventura cuenta con hotel con acceso directo a los puentes tibetanos, un rocódromo a tan solo 20 metros, siete vías ferratas de distinta dificultad y siete tirolinas, algunas alcanzan hasta el medio kilómetro de longitud y a 300 metros de altura sobre los acantilados del río Sella y otras nos llevan volando por encima del hotel en un zig-zag vertiginoso. Cuando bajas por ellas puedes disfrutar del impresionante paisaje, teniendo a tus pies el torrente del Aguasaliu y la cascada del mismo nombre.

Y otro plan de vértigo: barranquismo en el río Vibuli, uno de los más espectaculares del principado de Asturias, en pleno desfiladero de los Beyos. Este río es un afluente del río Sella (a la altura de Puente la Huera) y el barranco se encuentra en el ayuntamiento de Ponga. Prepárate para un recorrido lleno de rápeles, saltos, toboganes, pasillos estrechos y encajados. El río forma un tajo profundo entre 2 montañas donde aparecen rapeles de más de 20 m. de altura y saltos opcionales de hasta 6 m.
De pueblo en pueblo
Para los menos aventureros, el recorrido en coche por los pueblos del concejo es un plan muy apetecible para ir descubriendo lo mejor de cada uno, desde los hórreos de Vibuli al caserío de Casielles con sus vistas alucinantes. Los que no llegan a Casielles caminando por la Ruta del Cartero, lo hacen por una carretera “encerrada” en un espectacular cañón forjado por el río Vibuli, que no se olvida: en apenas 3 kilómetros de longitud se ascienden 344 metros de altitud siguiendo un trazado de 21 curvas en forma de herradura. La recompensa son las vistas espectaculares que se obtienen desde el mirador junto a la iglesia de Casielles. Cada pueblo tiene sus joyitas, como la torre medieval de Cazu, el palacio de la Costaniella en Sobrefoz. En la recóndita aldea de Pen, presumen de tener el hórreo más grande de Asturias, y un reloj de Sol en la casa del Fondón. Hay pueblos ya abandonados que mantienen el misterio y te gustará conocer, como Villimoru, que conserva la leyenda de su origen como pueblo donde se refugiaron los moros tras huir de la batalla de Covadonga, al arranque de la Reconquista. Hay una ruta que parte de Tarañes hasta Vallimoru y siguen muchos senderistas.
En estos pueblos escucharás la historia de sus personajes más populares: la tradición festiva más importante se celebra al estrenar el Año Nuevo, en San Xuan/San Juan de Beleño, con la figura de El Guirria, un encapuchado mitológico que abraza a las mujeres que se encuentra mientras los Aguinalderos, los mozos del pueblo, le siguen a caballo y piden el aguinaldo de casa en casa y deseando salud y prosperidad.
Entra en el bosque
La magia del otoño se apodera de los rincones y bosques de Ponga, el mejor momento para disfrutar del maravilloso colorido que aparece a cada paso. Nuestro destino es el Bosque de Peloño, un espectacular hayedo, considerado el mejor conservado de la península, con más de 200.000 árboles, donde la belleza y la calma se respira en cualquier momento del año. La ruta (13 km ida y vuelta hasta el Roblón de Bustiello) comienza en el paraje de Los Bedules, donde se celebra la fiesta de los Arándanos. Desde el aparcamiento sale una pasarela de madera adaptada que termina en un precioso mirador con un panel en el que aparece el perfil de las montañas y picos que se ven al fondo, con sus nombres. Las vistas son magníficas. Desde aquí se divisa el Cordal de Ponga, Picu Pierzu, Los Picos de Europa… La ruta PR-AS 181 La Foz de los Andamios aparece señalizada en blanco y amarillo, y se adentra en el Bosque de Peloño donde las hayas conviven con algunos robles, el más famoso, señalado en un camino hacia la izquierda, es el Roblón de Bustiello, un hermoso ejemplar de 8 m de diámetro en su base. La vuelta se hace por el mismo camino.

Loa más preparados pueden ampliar la caminata hasta el puerto de Arcenorio, antigua vía de comunicación de Ponga con Castilla por el camino de Los Arrieros. Considerada una de las zonas mas espectaculáres del concejo. En su valle se asienta la ermita de Arcenorio, donde descansa la santina, que cada 8 de septiembre sale de procesión con los lugareños, caminantes y montañeros que acudan a la fiesta.
El queso del Sella
El queso de Los Beyos IGP se puede elaborar tanto con leche de vaca, como de cabra u oveja, pero nunca encontraremos un queso con la mezcla de diferentes tipos de leche, cada queso solo llevará un tipo de leche. Su corteza es fina de color amarillo suave y ligeramente enmohecido. Es un queso pequeño de forma cilíndrica y su peso puede oscilar entre los 300 y los 500 gramos. La pasta es semidura tirando a dura. Es una pasta cerrada en la que no se aprecian ojos, hablamos de un queso compacto. Su olor y sabor son suaves, tiene un ligero toque del ahumado y nos deja un regusto algo ácido. Y variará según el tipo de leche, de vaca, cabra o de oveja.

En la Quesería La Collada, en Amieva, llevan haciendo ‘los beyos’ de forma artesana desde 1987. La encuentras en Cirieñu, un pequeño pueblo de montaña a 15 km de Cangas de Onís. Además de Los Beyos IGP elaboran otros quesos asturianos, como te explicarán si les visitas. Este pueblecito parece sacado de un cuento y desde aquí puedes encaminarte a Pen, otra aldea preciosa donde vas a encontrar la panera (edificio de arquitectura popular que se usaba de granero y despensa) más grande de Asturias, con 14 pegollos. Para encontrar la mejor oferta y variedad de quesos de la zona hay que acudir al Certamen de Quesos de Los Beyos que tiene lugar en San Juan de Beleño (Ponga) cada primer domingo de diciembre. Los más afortunados pueden llevarse a casa un trozo del queso ganador, sin duda el mejor recuerdo del viaje.